dimarts, 20 de novembre del 2007

Caleidoscopio del lunes.

Los lunes son días trepidantes. Las líneas de acción y reacción van y vienen y los rostros suceden a los rostros en los televisores que casi parece una carrera. De la conferencia del PP en el finde para lanzar al candidato señor Rajoy nunca más se supo. A este ya no lo lanzan ni con catapulta, sobre todo después de la puñalada trapera que diz que le asestó el domingo el señor Ramírez desde su periódico dándolo ya por amortizado.

Lo único de esa Conferencia que revoloteó algo en las ondas fue la promesa de los dieciséis mil exentos que cayó como un pato gordo ante el rifle del ministro Solbes, quien cuantificó el lucro cesante estatal en veinticinco mil millones de euros y preguntó con sonrisa florentina con qué pensaban compensar.

Cambio de escenario y vemos al señor Acebes explicando la curva de Laffer: a menos impuestos más consumo de la gente y mayores ingresos para las arcas públicas, sobre todo si subes los impuestos indirectos, que es lo que se suele hacer. Ese discurso vino acompañado de un ataque al PSOE digno de reseña. Afirmaba el señor Acebes que el PSOE quiere ingresos públicos para financiar sus campañas de autobombo. De eso hay pocas pruebas (aunque algún caso habrá), nada en comparación con las fastuosas campañas de propaganda que organizaban los ministerios del PP, sobre todo el del señor Zaplana.

El PSOE tenía que defenderse de la acusación de haberse vuelto a ver con ETA, retornando a las andadas de la infausta negociación. Crecido que se estaba el señor Mayor Oreja que viene vaticinando eso mismo. Y ahora era corroborado por El Mundo. Nada menos. Parece, no obstante, que es noticia falsa, pero destinada a caldear el ambiente para la próxima manifa de la AVT del señor Alcaraz, que vuelve a la carga con la regularidad del Tenorio, aunque con peor facha. Facha de rostro, no crean.

Para desmentir salió el ministro del Interior, a quien debió de parecerle que, ya que estaba allí desmintiendo los contactos, por qué no lanzar una bomba fétida en el campo enemigo. Así que dijo que ETA jamás preguntó por los ("sus", creo haber oído al Ministro) presos. Ahí queda eso, que parece concebido en un instituto de investigaciones sobre propaganda y guerra de nervios. A ver cómo reacciona el llamado "colectivo" de presos etarras que, hayan asesinado o no, se consideran presos políticos. Quieras que no, Koldo, la vida pasa.

La inevitable nota vasca vino con un artículo del señor Ramón Jáuregui en El País, titulado PNV, anatomía de una crisis (pongo el enlace pero no estoy seguro de que funcione ya que estos de El País no se aclaran sobre si van en abierto o no), en el que sostiene que el plan Ibarretxe no es más que la aplicación práctica del programa de ETA, autodeterminación y territorialidad porque sí, "a la vasca" o, como decía un periódico inglés dando cuenta hace unos años de un asesinato de un magistrado en plena calle de un tiro en la cabeza, basque style. Referéndum de autodeterminación basque style. Pues eso, la gran esperanza de ETA es el señor Ibarretxe y viceversa. ¿Cómo no lo entendieron antes?

Del nacionalismo vasco suele la crónica nacional pasar a las regiones celestiales, que son similares. Y ahí estaba Monseñor Blázquez ("un tal Blázquez") presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) diciendo en su alocución de despedida del cargo, de modo indirecto y con circunloquio, como el que no quiere la cosa, de un modo serpentino, que la Iglesia tendría que pedir perdón por lo que hizo mal en el pasado en España. Ahí topa Monseñor con la Iglesia. Y no es poco topar. Que si una vez hubo un "Tarancón al paredón", hoy puede darse un "Blázquez, que te aspen". Porque, ¿de qué tiene que pedir perdón la Iglesia? No de haber asesinado a este o aquel miliciano o de haber bendecido los fusilamientos, sino de haber apoyado a uno de los bandos, de haberse identificado con él, de ser ella misma bando, con olvido del mandato cristiano con respecto a la reconciliación con el hermano que es cosa muy pertinente en una guerra civil. Y, si hace eso, a ver cómo sigue luego con el proceso de canonización multitudinaria que inició con pompa y boato en San Pedro hace unos días. Monseñor, que os perdéis.

Ya los gobernantes no necesitan el palio eclesial. Vienen otros a traerlo. Estaba refulgente el señor Rodríguez Zapatero, siendo amparado por la sombra protectora de un ex-presidente estadounidense ya que el incumbent no lo quiere nada. De hecho, el señor Rodríguez Zapatero se refirió al señor Clinton como "Presidente". El palio presidencial lo ha cobijado, aunque sea de un ex. Claro que no nos ha salido gratis. Menudos son los gringos. Clinton quería que España contribuyera a su fundación sobre medio ambiente, Initiative Clinton, venía a hacer lobby, a echar unas risas con el Rey en un restaurante privado y a llevarse una pasta. Y debe de haber sido respetable porque se ha hecho lenguas de la política mediambiental de España, acerca de la que sospecho que no tiene ni guarra. Cómo es la vida, ¿verdad? Por cierto, ¿se ha observado el exquisito cuidado del señor Clinton en no abordar nada que toque de lejos la política de su país? Ni palabra. Ahora comparen Vds. con el señor Aznar. Esa diferencia entre los señores Clinton y Aznar es la que los demás españoles queremos suprimir. Pero los aznares no nos dejan.

Al cierre, la Comisión Nacional del Mercado de Valores, ese organismo de impronunciables siglas, suspendía la cotización de la inmobiliaria Astroc, que ya venía perdiendo a lo largo de la jornada. Reaparece la sombra de la crisis del sector, que se cierne sobre el plácido señor Solbes y todo el mundo cruza los dedos para que eso que ya se adivina que es inevitable y llaman "el aterrizaje", no sea brusco; vamos, que no se nos caigan los ladrillos sobre la cabeza como el templo a Sansón. Y es que es difícil acostumbrarse a la idea de que la teoría de la "sociedad del riesgo" nos afecta tanto a nosotros como a los habitantes de Tabasco o de Bangla Desh.

(La imagen es una ilustración de Boticcelli para la Divina Comedia y representa el infierno con sus correspondientes círculos en los que Dante metió a muchos de sus contemporáneos, como si fuera el mismo Dios, incluido su maestro de niño. Cómo lo odiaría.)


dilluns, 19 de novembre del 2007

La americanización de la política.

Es el nombre que le dan los franceses, l'américanisation du politique, según la cual los países europeos imitamos las formas, modos, enfoques, discursos y puntos de vista de los estadounidenses en materia política. En efecto, basta con mirar a los congresos y las campañas electorales, a las que ya sólo faltan desfiles con majorettes, los debates centrados en las imágenes y no en los conceptos, en las personas y no en las ideas. En algunos casos también se da un seguidismo en los contenidos. Mayormente en España. Los conservadores han concluido su conferencia finisemanal de proclamación de su candidato a la presidencia del Gobierno, el devaluado señor Rajoy, y lo han hecho con lo que piensan que son sus mejores fuegos de artificio, lo que suena a música celestial a todos los oídos, esto es, una reducción fiscal que beneficiará, según sus cálculos, a siete millones de contribuyentes; siete millones de votos que piensan haberse metido en el bolsillo. El otro día oí a la señora Aguirre, presidenta de la CA de Madrid, explicar a un periodista su fe en la curva de Laffer.

Eso de reducir impuestos y, a pesar de ello, aumentar los ingresos públicos (que es el milagro de la curva de Laffer) ya fue bandera electoral de Reagan en los años ochenta del siglo pasado. La americanización de la política llega con veinticinco años de retraso, pero llega. Y con tiempo suficiente para evaluar resultados. La presidencia de Ronald Reagan dejó el mayor déficit de la historia de los Estados Unidos. Y la culpa no es de la curva de Laffer ya que ésta no dice que a menos impuestos más ingresos públicos a secas sino a menos impuestos más ingresos públicos, hasta cierto punto llamado de equilibro y que en la curva corresponde a una presión fiscal con tipos del cincuenta por ciento. Por debajo de eso los ingresos también disminuyen. Otra cosa es que no nos importe, como parece sucedía con el señor Reagan, porque tenemos otros mecanismos compensatorios, esto es, subir los impuestos indirectos o dejar de proveer servicios públicos. Los dos están basados en una ley psicológica que ya había descubierto Keynes según la cual la gente encaja peor un descenso en su salario nominal que en el real. Triquiñuelas electorales que en países como EEUU funcionan, pero no es claro que lo hagan en otras partes.

En esencia, el debate sobre la presión fiscal es un debate sobre el tipo de sociedad y aquí se contraponen dos modelos, el europeo (especialmente europeo del norte), basado en impuestos altos y tupida red de servicios públicos de calidad y el estadounidense (conjuntamente con el japonés), basado en impuestos bajos y malos o inexistentes servicios públicos. En España que salió del sistema franquista muy americano pues no había presión fiscal alguna y los servicios públicos eran una pena, los españoles tienen la democracia asociada a la creación de un impuesto universal sobre la renta. No es muy seguro que crean en las exenciones fiscales, pues siendo España un país con baja presión en relación a la media europea todos suponemos que la rebaja fiscal se traducirá en un mecanismo compensatorio de algún otro tipo tan oneroso como el anterior o más.

No obstante esas promesas electorales de amplio aliento suelen ser muy bien recibidas y levantar coros de admiración. Es posible, es posible que la derecha se ocupe de los menos acomodados. La necesidad de conseguir votos es perentoria y los votos están en donde están. Puestos a ofertar en almoneda, el PP promete guarderías universales de cero a tres años de edad sin explicar cómo van a financiarlas ni caer en la cuenta de que esa medida está ya parcialmente prevista en los presupuestos de este año, pues fue una de las transacciones entre Izquierda Unida y el PSOE. ¡Santa María, el PP ganando por la izquierda a IU, en donde anida el siempre peligroso Partido Comunista de España! Aquí hay algo raro, ¿no? Las derechas deben de ver las elecciones muy perdidas.

La Conferencia ha soslayado los asuntos con los que el PP ha saturado la paciencia de todo el mundo a lo largo de la legislatura, en especial el España se rompe y el queremos saber. Que válgame el señor. El señor Zaplana quedó a cargo de aliñar la faena de salir airoso del barrizal de tres años, cosa que hizo con una elegante verónica mirando al gobierno: sobre el "Prestige", el Yak 42, el Irak y el 20-m el que ha mentido ha sido el gobierno. El resto del personal, a ganar las elecciones.

El señor Rajoy se envolvió en la bandera de la gran nación-no-hay-más-que-una, que le priva mucho, probablemente por la razón que apunta el doctor Johnson. Pero en este territorio de la fiel infanteria, el Gobierno ha ganado de calle aireando la bandera en los exclaves en territorio del infiel. Con su primera visita en 2006 y la de los reyes ahora, el señor Zapatero se ha ganado el apelativo cariñoso de Zapa el Africano, cosa que no es mucho en comparación con la gesta de Perejil, pero más de lo que cabía esperar de un socialista que, al fin y al cabo, siempre será un izquierdista.

Al final de la conferencia del PP da la impresión de que las posibilidades del señor Rajoy son como las que eran al comienzo de ella, esto es, bajísimas. Habrá que esperar a los próximos barómetros del CIS para calibrar el impacto de esta pólvora de artificio de la rebaja fiscal sobre la intención de voto. A mi modesto entender el señor Rajoy entró perdedor de las elecciones en la conferencia de su partido y sale igual de perdedor. Y eso que han debido de narcotizar al señor Aznar que no ha aparecido.

Dos infancias.

Dos estupendos escritores, José Saramago y Juan José Millás, acaban de publicar sendos relatos de memorias sobre sus respectivas infancias. Son dos libros curiosos, en una línea fronteriza de géneros, medio memorias medio literatura o unas memorias concebidas como una obra de ficción. En las dos se descubren interesantes paralelismos y no menos interesantes discoincidencias, siendo uno de aquellos el hecho de tratarse de dos novelistas, premio Nobel uno y reciente premio Planeta el otro, dos fabuladores que relatan su infancia, los dos convencidos de que se trata de una época en la vida en la que es difícil reputar como propios los recuerdos pues muchas veces pueden ser inducidos por parientes, amigos o pura regurgitación posterior, de donde se sigue que no habrá gran preocupación por ceñirse a unos hechos que pueden ser ficticios y de los que no se sabe si dieron lugar a determinados comportamientos o se manifiestan porque estos se produjeron.

Describir qué sienta o piense un niño es tarea harto compleja incluso cuando ese niño fue el edulto que hoy lo recrea, entre otras cosas porque aquí es donde más evidente se hace esa realidad que Wordsworth supo condensar en el bello verso de que el niño es el padre del hombre. Siendo esto así, ese viaje al pasado en el que los dos escritores bucean a la búsqueda de su padre (y de su madre, tan importante como el otro o más), bien puede interpretarse como un intento de terminar con él, siguiendo la imaginación freudiana. Los dos quieren entender al padre, al niño que fueron, asimilarlo y, con ello, apropiárselo, matarlo, emerger ellos mismos por fin con la autonomía de los adultos que son. De ahí que los dos libros sean tan curiosos y al estar además magistralmente escritos, cada uno de ellos en su personalísimo estilo, inviten a una aventura exótica, de profunda liberación personal.

En el caso de Saramago, me parece, el asunto salta como hacia el final de la obra, cuando el autor hace confesión de una mala acción de niño que lo ha estado atormentando toda su vida, sin que nunca lo haya manifestado en público, una situación de agonía que recuerda aquel pasaje de Las confesiones de Rousseau en que éste reconoce y explicita por primera vez los terribles remordimientos de conciencia que siempre lo asaltaron, al permitir que se pusiera en la calle a una sirvienta acusada de haber cometido un hurto del que él era responsable. La mala acción en el caso de Saramago consiste en haberse aprovechado de una mazorca de maíz que en buena ley hubiera correspondido a su primo, José Dinis, muerto prematuramente. Puede parecer trivial pero el propio Saramago nos da hoy, con más de ochenta años la medida de lo importante que esa trivialidad ha sido en su existencia cuando dice medio en broma medio en serio: "...sospecho que en el día del juicio final, cuando se pongan en la balanza mis buenas y malas acciones, será el peso de aquella mazorca lo que me precipitará en el infierno...".

El libro de Millás, cuya portada no reproduzco porque, siguiendo maldita e inveterada costumbre, he perdido la sobrecubierta que es muy vistosa, y la cubierta en cartoné no tiene ningún atractivo, se llama El Mundo, es el premio Planeta de este año y, como el del premio Nobel, es una narración sobre la infancia del autor, una búsqueda de la edad de la inocencia que se da en un entorno muy distinto al de Saramago ya que, si bien los dos narran infancias de muchas privaciones y gran pobreza (los sabañones de que habla Millás equivalen a las cucarachas que corrían libremente por el cuerpo de Saramago cuando se tumbaba en el suelo a dormir), la del novelista valenciano es la de un niño urbano, que crece en el medio de una ciudad mientras que la del escritor portugués es la de un niño en un medio básicamente rural. Pero también aquí se da el punto del engarce con una espina de la infancia que ahora se saca, si bien es de condición distinta a la de Saramago. Aparece, además, oculta detrás de una primera relación mucho más vistosa a la que está consagrada buena parte de la obra, la que tiene con un compañero de juegos infantiles, llamado el vitaminas que lo influyó mucho, mucho más que sus numerosos hermanos de los que apenas si habla y que, como el primo de Saramago, también falleció prematuramente. Detrás de este personaje, crucial en las experiencias infantiles de Millás aparece su hermana, María José, a cuyas manos crueles sufriría un par de desengaños en temprana edad el autor ("tú no eres interesante (para mí)") y de la que sin embargo, toma cumplida venganza andando el tiempo, ya de mucho mayor, es decir, ahora, escribiendo el libro. Casi se diría que esa licencia (que sólo se permite el autor en un par de ocasiones) de contraponer el niño que fue al adulto que ahora es, tomándose como punto de referencia, se justifica por la necesidad de ajustar cuentas con María José, el único personaje al que sigue en su evolución hasta el día de hoy, del que traza un retrato destructivo, casi me atrevería a decir cruel. Dado que el libro es de memorias, no quiero ni pensar en cómo habrá de sentirse la dama en cuestión que se ve descrita y expuesta por tanto al escrutinio público a una luz muy poco favorecedora. Tiene que ser duro verte convertida en personaje de mala en una obra quizá inmortal.

Esa diferencia de ritmo en el tratamiento del tema, esto es, infancia narrada y juicio sobre el hombre que es el narrador ahora conduce a lo que entiendo que es la gran diferencia entre las memorias ordinarias y estas otras concentradas de modo casi exclusivo en la niñez. En las primeras, esas que escribe la gente con intención de abarcar desde sus primeros pasos al momento mismo en que sostiene la pluma o teclea en el ordenador, el relato se extiende ante nosotros como una alfombra o un continuum que tiene su propia cadencia y no necesita fragmentarse de vez en cuando para compararse con algún punto de referencia como sucede con los relatos que empiezan y acaban en la infancia y sólo son inteligibles si alguien los describe desde un punto de vista privilegiado: el de aquí ahora.

Los dos libros tienen un discurrir sobresaltado, sin estructurar, dado que su materia prima se presenta con contornos borrosos y quebrados, sin pauta ni unidad de medición, que viene siempre impuesta desde fuera, desde un mundo de los mayores en donde se toman las decisiones que afectan a los niños de entonces, al extremo de determinar cosas esenciales, como en dónde se duerme, cuándo y cómo se come, con quien se convive, etc. Estas decisiones generan efectos autónomos que quizá determinen el posterior desarrollo del niño pero que, a pie de obra, carecen de explicación, al haberse tomado en regiones que ese mismo niño no dominaba y, en consecuencia, tampoco puede hacerlo su hijo, el hombre que relata su infancia y que sólo puede suponer lo que pensaba su padre.

Teniendo en cuenta que ambos escritores manifiestan un escrupuloso apego a la verdad, se entiende por qué estos relatos parecen y son fábulas. Haya tranquilidad, que no he de decir que se requiera un escritor para relatar una infancia.

diumenge, 18 de novembre del 2007

Arauco tiene una pena...

El atorrante señor Chávez no ha dejado de hacer lo que mejor sabe: dar la brasa desde el día en que el Rey lo mandó callar porque no había quien lo aguantara. Ahora dice que no oyó ni vio al Borbón imponiéndole silencio, que si lo llega a ver u oír, iba él a decirle esto y lo otro y lo de más allá. Pues debe de haber sido el único habitante del planeta que no vio ni oyó nada. Claro que lo hizo pero, como buen matón, se achanta con quien le planta cara para ir luego por ahí galleando entre los incondicionales.

El merecido corte que le dieron y que tanto le escuece le ha servido como excusa para recitar la melopea habitual de los quinientos años, el expolio, el genocidio y la inhumana crueldad de la colonia. Una desmesura muy propia de este tipo de pintorescos políticos populistas. Porque es posible que la conquista y colonización españolas fueran lo que dice él, pero no cabe olvidar que se llama Chávez, casi como el presidente de la Junta de Andalucía y, en consecuencia, es descendiente de los conquistadores y/o colonos. Con mayor o menor mestizaje, pero descendiente de los que conquistaron, esquilmaron, degollaron y asesinaron. Una muestra más de ese absurdo intento de la izquierda latinoamericana de enarbolar la bandera indigenista, identificándose genéticamente con los aborígenes y tratando de hacer olvidar que ella misma es de ascendencia española.

Quienes así hablan son los que heredaron las colonias y las administraron durante doscientos años de independencia sin que la condición de los indígenes de verdad (no la suya, que suele ser próspera) haya mejorado en absoluto.Todo el cuento chino de "nosotros somos descendientes de Caupolicán" es una patraña destinada a seguir engañando a la indiada. Se argumenta que el hermanamiento con los masacrados autóctonos, la pretendida afinidad, son electivos, metafóricos, ideológicos y que no se trata de una descendencia de estirpe. Pero eso mismo pueden decir (y muchos lo hacen) los españoles residentes en España a quienes el señor Chávez pretende culpabilizar de la degollina.

También suele argumentarse que no se está culpabilizando a "los españoles" como agregado de individuos, sino a ese ente abstracto al que se llama España. De eso sé decirle al señor Chávez que casi la mitad de los españoles no pronuncia el nombre y a la otra mitad no se le cae de la boca, como al mismo señor Chávez. Pero mencionada o no mencionada, como sujeto moral, España no es responsable ni culpable de nada. Y en todo caso doscientos años de autogobierno son tiempo más que suficiente para que los criollos dejen de echar las culpas de su indescriptible incompetencia a los demás, ya sean los conquistadores españoles, los gringos imperialistas o las fuerzas del hado. La pena que tiene Arauco, la "injusticia de siglos" que cantaba Violeta Parra, prosigue hoy su andadura, de la mano de estos oportunistas que se visten las plumas del indigenismo para ocultar la secular alternancia en que se debate la región entre la corrupción y la demagogia.

Dice igualmente el señor Chávez que él no hizo nada y que espera una excusa. Que espere sentado. ¿Cómo que no hizo nada? No dejaba hablar a quien estaba en el uso de la palabra y trataba de imponerse sobre el conjunto de la audiencia para no permitir a nadie escuchar al señor Rodríguez Zapatero. Es el estilo de un gobernante que tiene un programa diario en la tele, llamado Aló Presidente por el que se despacha a su gusto todos los días y sin dejar hablar más que a quien él quiere; un telepredicador, vamos. Un telepredicador que puede permitirse cerrar el canal de la competencia para así aumentar su audiencia.

Una de las consecuencias más desagradables de esa farfolla chavista (y hay bastantes) es que, al atacar con tanta grosería al Rey, tras haber dado pruebas de su falta de educación en la cumbre, está consiguiendo que la figura de aquel se consolide, se afiance en España y tenga cada vez más adictos, que haya cada vez más monárquicos. El asunto no es una cuestión de legitimidad o no, como pretende el señor Chávez y quienes con él simpatizan en España, sino de meras buenas maneras; eso lo ve la gente que, ante los reiterados excesos verbales del mandatario venezolano, está cerrando filas en torno al Rey, lo que pone las cosas difíciles para los republicanos, que estamos esperando la ocasión propicia para deshacernos de él mediante un referéndum.

En su bronca con la corona, a Chávez se le han sumado los señores Lula (Brasil) y Castro (Cuba). Su sueño sería que se provocase un problema regional latinoamericano con España. Así se consuelan de ese inmenso complejo de inferioridad del que, como dice Kant de la inmadurez, sólo ellos son responsables.

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dissabte, 17 de novembre del 2007

Mío o de la muerte.

La politización de la función jurisdiccional que ha realizado el PP en esta legislatura ha llevado a situaciones inverosímiles que la ciudadanía contempla con verdadero pasmo. Empezó el asunto cuando un tribunal condenó por detención ilegal a unos policías que habían interrogado a dos presuntos energúmenos que habían intentado agredir al ministro Bono en el curso de una manifestación y eran mlitantes del PP. Aquí salieron a relucir el estalinismo, Beria, la Lubianka, Vichinsky y la GPU, y el PP se sintió sometido a una persecución no sólo ilegal sino directamente criminal. Una sentencia de una instancia superior anuló después esta condena surrealista.

Es el PP asimismo el que tiene bloqueada la renovación del Consejo General del Poder Judicial como todo el mundo sabe pues precisa de una mayoría cualificada del Congreso para darse que es imposible se produzca sin los votos del propio PP. Digo lo de "como todo el mundo sabe" porque, cuando preguntan a alguien del PP, lo habitual es que culpe al Gobierno y eche sobre los hombros de éste (si los gobiernos tienen hombros) la responsabilidad de la parálisis del órgano, generalmente a base de un mero juicio de intenciones.

Ese fenómeno de que se pueda decir lo contrario de lo que muestra la realidad, esa fabulosa capacidad de la derecha para invertir la carga de la prueba, esa indiferencia ante los menores requisitos de veracidad del discurso propio requieren al menos una reflexión paralela porque no es cosa habitual. No tienen otra explicación posible que la dirección del PP cree que la gente se traga lo primero que se le cuenta, que no compara ni analiza, que le basta con que le echen cada día su ración de bazofia doctrinal. De otro modo, ¿puede alguien explicar cómo va ayer el señor Zaplana a la Conferencia del PP que está celebrándose este finde y dice desde la tribuna que defiende la "dignidad de su partido" frente a las mentiras del Gobierno con el Yak-42, el Prestige, Irak y el 11-M.¿Mentiras? ¿Del Gobierno? ¿En el Yak-42, el Prestige, el Irak y el 11-M? Pero éste ¿de qué va? Quien así se expresa en público debe de creer que la gente sólo lo escucha a él, no tiene ojos en la cara y, por lo tanto, no lo vio a él mintiendo como un bellaco en todos y cada uno de los casos citados, en compañía de los señores Aznar, Rajoy, Acebes, Mayor Oreja, Astarloa, Ignacio del Burgo, Aguirre, etc. Porque está bien claro (y quien no lo vea así es una canalla traidor a la Patria, masón, terrorista, islamofascista y etarra) que los cadáveres del Yak-42 se identificaron correctamente, la decisión de alejar el Prestige de las costas fue la más atinada, la de ir a la la guerra en el Irak la más justa y oportuna y el 11-M lo perpetró un primo de Josu Ternera. Y menos viajar y más leer el Arriba, quiero decir El Mundo.

Por último está la complicada maniobra del PP para hacerse con el Tribunal Constitucional o, si no lo consigue, cargárselo, en función de la disyuntiva de la vieja copla, de mía o de la fría tumba. Una prueba más de que para los conservadores españoles la política es una mezcla de griterío en el Parlamento y triquiñuelas de leguleyo entre bambalinas en los procesos jurisdiccionales. Cualquiera que haya seguido los meandros que ha tenido la trifulca del Tribunal Constitucional la habrá visto como una manifestación de Diez negritos, aunque los magistrados sean doce. Empezó de nuevo el PP con una chapucera recusación del magistrado Pérez Tremps, con lo que los magistrados quedaron en once. Siguió el Gobierno recusando a dos de ellos por manifiesta falta de imparcialidad. Y los magistrados bajaron a nueve. Vino por fin la triple recusación del PP, también por falta de imparcialidad en virtud de una noticia que había publicado El Mundo. Y los magistrados quedaban reducidos a seis, la mitad de la composición ordinaria del Tribunal y éste carente de quórum e incapacitado para resolver el problema que se le planteaba. Se acabaron los negritos.

Dos de los magistrados conservadores, separándose de los intereses del PP, han dejado en claro que la base de la última recusación de éste es falsa, que la noticia de El Mundo es falsa lo que, a su vez, no es una noticia. No obstante lo cual o precisamente por ello, vaya Vd. a saber, el PP ha decidido mantener la recusación. ¿Qué estábamos diciendo?

(El grabado es de Albert Anders y representa la disolución de la Cámara de Dresde, luego de la revolución de 1848).

De si los gringos son estúpidos.

Mi amiga Pilar Ruiz-Va me envía este video que tiene bastante gracia. Trata de en donde creen los estadounidenses que está Irán o cuál es el país que prefieren invadir la próxima vez. Hay uno que se pronuncia por Italia. Tiene subtítulos en español.

Cae bien la gente diciendo unos disparates tan colosales con tal cara de felicidad. Y se admiten apuestas. Yo creo que unos realmente no tienen ni guarra pero que otros van de coña. Es imposible (supongo) que alguien mayor de edad en los EEUU crea que Fidel Castro es un cantante. Y que una señora con pinta de hija de la Revolución pintada por Grant Wood no sepa qué es el Reino Unido. Otras veces, las respuestas son lógicas desde el punto de vista del país. Efectivamente, Utah es un Estado que empieza por "U".

divendres, 16 de novembre del 2007

Abolir la pena de muerte.

La Tercera Comisión de las Naciones Unidas, de Asuntos Sociales, Humanitarios y Culturales, aprobó ayer por amplia mayoría de 99 países, con 52 en contra y 33 abstenciones un proyecto de resolución que pide establecer una moratoria en la aplicación de la pena de muerte en todo el mundo con vistas a su total supresión. Hay pocas dudas de que la resolución saldrá adelante en la sesión plenaria de la Asamblea General.

Como debe ser porque hay que acabar con esta lacra, esta vergüenza de la Humanidad.

La propuesta lleva las firmas de Albania, Angola, Brasil, Croacia, Gabón, Filipinas, México, Nueva Zelanda, Portugal (en representación de la UE) y Timor Oriental. Y ya se han levantado las habituales críticas y objeciones:

I.- Que la abolición es un intento de Occidente y más en concreto de la Unión Europea por imponer coactivamente a todo el mundo sus criterios en materia de derechos humanos. Ya se sabe, el famoso eurocentrismo con el que los europeos, que carecemos el menor respeto por la diversidad cultural, pretendemos obligar a todo el mundo a marcar el paso a nuestro antojo.

II.- Que la Unión Europea, ese club de viejas y ajadas metropolis, sigue sin entender que los felices tiempos del imperialismo pasaron hace ya muchos años. Que ya no está el horno para andar dando órdenes donde no se pinta nada.

III.- Que la pena de muerte, que no es cosa de derechos humanos, sino de derecho penal interno de los países, pertenece al ámbito de la soberanía de cada Estado y toda decisión al respecto de la Asamblea General será un acto de injerencia en los asuntos internos de los Estados Miembros.

El proyecto lo han apoyado países europeos y no europeos. Para seguir sosteniendo que se trata de un gesto eurocéntrico hay que decir que Filipinas, Gabón, Timor Oriental, etc toman sus decisiones al dictado de las viejas metropolis imperiales. Cosa tan sensata como sostener que quienes no votan como nosotros son unos vendidos, unos badulaques, están engañados y van en contra de sus intereses. Un tipo de reproche que no suele formularse a las claras, pero que está en la base de muchos análisis, en especial de la izquierda. Y que simplemente no es aceptable.

Las resoluciones de las Naciones Unidas no son vinculantes para los Estados Miembros con lo que es claro que ésta en concreto, además de no ser una prueba de podrido eurocentrismo, no es ni puede ser una imposición porque no tiene fuerza coactiva. La tiene, sí y mucha, moral. Y eso es lo que fastidia a críticos y objetores, esto es, que están obligados a salir en defensa de una práctica que nadie gusta de defender porque, a mi entender, es indefendible. Y no les gusta quedar como lo que son cuando se firman y llevan a cabo penas de muerte: como asesinos. Prefieren que no se hable de ello, que no se mencione, que se ignore. Por eso hay que hablar, debatir, someter el asunto a consideración pública.

Merece la pena ver el video que he colgado sobre la abolición. Está en inglés, pero es muy clarito. Se cuentan casos concretos de ejecuciones lastradas por algún horror, de esos que, cada uno de ellos por sí solo es un argumento definitivo contra esta odiosa práctica:

a) Error judicial. En Uganda, un hombre pasó diecinueve años en la cárcel condenado a muerte por un crimen que no había cometido. En China, se ejecutó a un hombre en 1995 por el asesinato de su esposa que apareció viva en 2005.

b) Crueldad de la pena. En Guatemala se ejecutó a un hombre mediante inyección letal. Tardó dieciocho minutos en morir, episodio emitido íntegro por la televisión. En Kuwait, un ejecutado en la horca tardó cinco horas en morir.

c) Falta de garantías procesales. En Arabia Saudí se ejecuta a inmigrantes africanos tras someterlos a procesos en una lengua que no entienden y, muchas veces, sin llegar a informarlos de que han sido condenados a muerte.

Eurocentrismo o no eurocentrismo, hay que acabar con un hábito tan inhumano. Algunos países que aplican la pena de muerte, como los EEUU, el Japón, etc, argumentan que dictan y ejecutan esta pena con todas las garantías procesales y pleno respeto a los derechos humanos. Respetan los derechos humanos pero atentan contra el fundamental, que es el derecho a la vida. Es curioso que los más acérrimos defensores de la pena de muerte suelan ser también los más acérrimos enemigos del aborto. Reconocen el derecho a la vida al feto y se lo niegan al adulto en pleno uso de sus facultades mentales. Esta contradicción muestra a las claras un núcleo de razonamiento viciado. Son igualmente los que se oponen denodadamente a cualquier forma de eutanasia.

Hay que abolir para siempre esta execrable costumbre.

La última bellota.

Mi hijo Andrés me envía este video que me parece estupendo y cuelgo aquí para general solaz. Scrat sabe muy bien lo que quiere y lo procura con denuedo pero al final puede con él su codicia. Triste y humano destino. Snifffs.

dijous, 15 de novembre del 2007

¿Por qué no se calla Vd., señor Chávez?

¿No se da cuenta de que está Vd. resultando cargante? ¿Qué pretende Vd.? ¿Entretener a su gente en el interior generando un conflicto en el exterior, como aquellos generales argentinos que provocaron una guerra con el Reino Unido para ver si conseguían que sus compatriotas dejaran de considerarlos insoportables? Dado que la opción armada queda aquí descartada, ¿hasta dónde quiere llevar sus provocaciones? ¿Va a residenciar a las empresas españolas, los bancos, que allí actúan? ¿Se toma Vd. por el país, igual que Franco sostenía que ofendía a España quien lo criticaba a él? ¿O sólo se lo hace? ¿Qué sentido tiene actuar a impulsos de la vanidad personal, jugando con el bienestar de la gente y la prosperidad de los países? ¿Qué excusas le debe el Rey? Excusas las debe Vd. por no dejar hablar a la gente. Y más que sigue debiendo por continuar emponzoñando las relaciones bilaterales y multilaterales pues, según leo, ha comenzado Vd. a amenazar a terceros países si no le complace la actitud que adopten frente a España. Eso es lo que se llama "doctrina Hallstein" pero en versión de risa.

¿Por qué no se calla de una vez y deja de agitar el patio con el sempiterno y confuso agravio de los quinientos años? ¿Que lo siguen a Vd. sus dos aliados, señores Ortega y Morales y cuentan con el apoyo lejano pero tonitronante del Comandante? Pues eso es lo más penoso de la izquierda latinoamericana, que reproduce el viejo discurso de la oligarquía criolla, con ignorancia de los últimos doscientos años (ciento nueve en el caso de Cuba) en los que las relaciones entre los dos lados del atlántico se han intensificado mucho. Primero fueron los españoles quienes emigraron a América y hace ya algunos años que son los americanos quienes emigran a España. Actualmente, casi el diez por ciento de la población española es de origen extranjero, unos cuatro millones de personas, de los que cerca de un millón y medio son sudamericanos. No venga a envenenar las relaciones, buen hombre. No chingue, hombre, no chingue. Y no amenace, caramba. Sosiéguese si su insufrible garrulería se lo permite. O sea, cállese.

Salud, don Gaspar.

Era de prever que el señor Llamazares se impusiera claramente a la candidata que la prensa llama "del sector crítico", esto es, básicamente la dirección del Partido Comunista, a la que repatea el médico asturiano. Durante unos días corrieron dos o tres especies alarmistas. La más inocente cuestionaba la validez del censo, elaborado sobre una militancia hinchada por exigencias congresuales. Es muy verosímil pero irrelevante ya que afecta por igual a ambos candidatos. La segunda especie era más corrosiva por cuanto sostenía que al tener la señora Sanz los apoyos del PCE, barrería en muchas más circunscripciones de las que se creía en un principio. No era cierto pero así se minaba la posición del señor Llamazares.

Ese sesenta y cinco por ciento del voto es un espaldarazo para la actual dirección de Izquierda Unida. Los sectores contrarios o "criticos", esos que elevan el tono de voz para ocultar la falta de voces, dirán que ha triunfado la blandenguería socialdemócrata, el entreguismo al segundo pedal de la bici capitalista, pues cuando pillan una idea no la sueltan así como así. El hecho es que, con el sesenta y cinco por ciento del voto para el señor Llamazares, los señores Alcaraz y Frutos podía ir presentando la dimisión.

La cuestión ahora se va a ventilar relativamente pronto pues consiste en averiguar cómo recibe el electorado el resultado de las primarias. IU está en uno de sus momentos parlamentarios más bajos. Por mal parada que salga en marzo 08 es difícil que empeore. Se da también la novedad del partido UPD. Izquierda Unida podía avisar de su disponibilidad para una alianza de gobierno con el PSOE. Eso que llaman los críticos "seguir perdiendo perfil". A lo mejor le da más votos; más que con el perfil de la famélica legión.

Vetusta Express.

Vaya con don Gonzalo Suárez, que ha vuelto a sorprender con su última peli, Oviedo Express, con la que, para no faltar a la costumbre, ha cosechado denuestos y aplausos casi a partes iguales. Es una virtud esta de no dejar indiferente a nadie. Sé poco del señor Suárez pero, por lo poco que sé, es hombre de mi predilección porque se me antoja una especie de maldito contemporáneo, ese tipo brillante de cuyo genio se hace lenguas todo el mundo pero a quien nadie quiere ver cerca de sí, no vaya a decir o hacer alguna inconveniencia.

Bueno, el caso es que, según parece, ha hecho una adaptación libre de un cuento de Stefan Zweig que se llama Angustia y es la historia de una adúltera a la que chantajean. Yo la llamaría mejor Miedo porque el título alemán es Angst. Por cierto, que ya se han hecho otras adaptaciones del cuento en cuestión, una de ellas, de Roberto Rosellini, llamada La paura, con la que entonces era su mujer, Ingrid Bergman. Pero no sólo es una adaptación libre del cuento de Zweig, sino una réplica de La Regenta por cuanto la historia tiene como eje una compañía de teatro que ensaya una versión teatral de la novela de Clarín que, precisamente, se estrenará en el Teatro Campoamor de Vetusta. La historia la cuenta un ángel y la mujer del alcalde, veinte años menor que él, se llama Emma. Con esos ingredientes, ¿qué se le puede pedir al señor Suárez? Pues que responda a la pregunta que el director de la obra en la peli se hace sobre si se puede llevar al teatro La Regenta. Y la respuesta es sí. Obsérvese que es exactamente la situación que aquí se comentaba con la versión cinematográfica de Tristram Shandy, donde la respuesta también es sí, todo depende de cómo se enfoque. Garantizado queda el logro si, en vez de contar la historia al estilo tradicional, se cuenta que se cuenta mientras se cuenta lo que sucede al contarlo. No es un trabalenguas, sino desconstrucción posmodernista.

Hay mucha gente que se enfada por lo que cree que es un vodevil. Y mucho más que debieran enfadarse porque, además de vodevil (y con gracia) es un tebeo, un comic en el que el desarrollo de la trama y las escenas se tratan como si fuera una especie de farsa. Sólo la escena en que la adúltera descubre en el armario a la amante de su amante es un toque de genialidad. Y con continuos guiños cinematográficos; el más obvio, el de los planos con la estatua de Woody Allen y con otros bastante claros: el ángel procede del cine de Frank Capra y la escena final remite directamente y prácticamente reproduce la de Sunset Boulevard. Los actores están bien, aunque son muy desiguales, los diálogos son muy ingeniosos y, para consuelo de los indignados por el vodevil, que echen cuenta del melodrama en el que no falta el recurso escénico por excelencia del teatro del siglo XIX, esto es, el pistoletazo en escena. En resumen, a mi modesto entender, una película inteligente, sutil, muy bien llevada, con oficio y agilidad y que se ríe de todo, incluso de sí misma. A lo mejor fastidia por eso.

dimecres, 14 de novembre del 2007

Fascistas.

Estoy desconcertado. Decía servidor hace un par de posts, en uno titulado Chévere, muchachos que

"Lo único, pero muy interesante, que he sacado en limpio del lamentable incidente en la cumbre hispanoamericana es que todo dios considera que llamar "fascista" a alguien es insultarlo."
Tal cual parece. No amaina la bronca montada con el "fascista" que el señor Chávez ha obsequiado al señor Aznar, quien se pasea ufano y mudo por América Latina. Y por si fuera poco creo haber visto que la señora San Sebastián ha demandado o va a demandar a alguien por llamarle "fascista". Pues no sé yo. Desde luego, con esta unanimidad, no cabe sino admitir que llamar "fascista" a alguien, como llamarle "nazi", es un insulto. Pero ¿lo es en sí mismo? Por lo que sabemos del sistema fascista italiano, si por fascista se entiende el partidario de ese sistema tal como se produjo, desde luego. Y eso mismo podrá decirse del régimen nazi, del soviético y de todos los comunistas. Pero lo habitual es soslayar la acusación asegurando que se es "fascista" o "nazi" o "comunista", sin estar de acuerdo con lo que los diversos sistemas perpetraron. Siendo esto así, entendiendo por "fascista" al que suscribe y defiende algún lindo programa de voluntariosa regeneración nacional (habituales entre fascistas) el término no connota insulto.

Sucede, por lo demás, que eso del insulto y la injuria es asunto sumamente oscuro pues tiene un elemento componente subjetivo fundamental. Para que haya un insulto tiene que haber un insultado. No es posible insultar al vacío. Un insultado que se sienta ultrajado, vejado, por alguna manifestación del insultador. En estos términos, ¿acaso no es cierto que habrá gente que se sienta insultada aunque el supuesto insultador se haya limitado a decir "Hola, buenos días"? Y al revés.

Toda la bronca viene porque esa especie de telepredicador que los venezolanos han elegido como presidente llamó "fascista" varias veces al señor Aznar en una intervención en la reciente cumbre hispanoamericana. Se cumplía así una vez más la famosa Ley de Godwin porque todo ha saltado por los aires. Al Rey, pobre, ahora que pierde un apoyo en la familia, le han sacado a Mitrofán, los conquistadores, el expolio, su origen romano, la muerte de su hermano, el nombramiento digital de Franco, lo que cobra, lo que gasta, lo que viste, los vicios de familia, sus andanzas y devaneos y lo que se tercie.

La acusación más frecuente que se le hace (al Rey) es que carece de legitimidad para mandar callar a un Jefe de Estado electo. Claro, esa legitimidad descansa en exclusiva y para este asunto concreto en la presidenta de la sesión, señora Bachelet, quien no la ejerció. En todo caso, se acusa al Rey de faltar a las formas. Pero ¿cuáles eran las formas del señor Chávez? Sigo pensando que lo que hizo el Rey estuvo muy bien. No hay quien soporte a los atorrantes que interrumpen a quien está en el uso de la palabra, negando a todos los demás el derecho a escucharlo y a no escucharlo a él y en eso no tiene nada que ver la legitimidad o no legitimidad. Insisto, yo hubiera hecho lo mismo. Lo que no sé es si me hubiera atrevido.

En cuanto a los fascistas, las cosas están claras. Llamar "fascista" a alguien no es insulto en sí mismo. La primera foto la he obtenido en un web que se llama Ilduce.net destinada a glorificar el recuerdo de Benito Mussolini y el fascismo, gente muy satisfecha de que se la considere fascista y a la que el término no resultará insultante en modo alguno sino encomiástico. La otra foto, la de policía, la he encontrado en la red, en la página web del profesor de Física Andreas Aste. Parece que Mussolini fue detenido por vagabundería en Basilea en 1903 y que esa es la foto de archivo de la policía de Berna.

La pregunta es si es insulto llamar a alguien seguidor del señor Mussolini con sus antecedentes policiales. Hitler los tuvo penales, bien es cierto que por preparar un golpe de Estado. ¿Queda la doctrina estigmatizada por el hecho de que su fundador haya pasado por los calabozos de la pasma por vago y quizá malhechor? En mi opinión, no, pero tampoco me parece asunto de interés.

En último término recurrir al latiguillo de "fascista" quizá sólo denote falta de vocabulario. Uno puede decir que el señor Aznar es arrogante, intemperante, autoritario, faltón, trivial y de escasas luces y no se le está insultando porque no se le llama "fascista". Claro que si no se le llama, ¿cómo saber que no se esté hablando del señor Chávez?

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dimarts, 13 de novembre del 2007

Tan liberales como mi sillón.

No sabe uno por donde empezar que en esto de emitir opinión los rumbos son muy confusos. Es posible que se deba a la ausencia del señor Rajoy, a quien se tiene en cuenta más por lo que no dice ni hace que por lo que hace y dice, pero el hecho es que en un solo día diversas voces de segundo plano pero muy autorizadas en el partido de la derecha entonan un desconcierto tan atroz que uno se pregunta si ese partido quiere ganar o perder las elecciones. Parece lo segundo. La falta de una única voz, de un único discurso hace que se oiga esta algarabía de segundones que pueden decir cualquier cosa porque ya saben que no caerá sobre ellos la tarea de gestionarla. El asunto es tan llamativo que choca que los responsables no hayan tomado medidas para resolverlo.

Las metáforas que más se emplean en política son las marinas. Se suele decir que el presidente o el gobierno o el monarca o quien sea lleva con pulso firme la nave del Estado. En la etimología griega del gobierno -el gobernalle de los barcos- se encuentra el piloto o timonel, el kybernetes, hoy ascendido a cibernauta. Cuando se comparte barco lo más sensato es no cuestionar según qué cosas. Para entendernos, volviendo al terreno político, los que llamamos "asuntos de Estado". Igual que en un barco no se discuten las decisiones del capitán al aparejar o fijar la derrota, tampoco en política se cuestionan los asuntos de Estado. La política tiene unos límites que no pueden traspasarse so pena de convertir el buque en uno de locos, según la vieja leyenda del Narrenschiff. ¿Qué cuáles son los "asuntos de Estado"? Aquellos que afectan a bienes públicos manifiestos, en concreto la seguridad, bien a través del orden público (en lo que corresponde a las fuerzas de seguridad del Estado y los tribunales de justicia), bien a través de la política exterior y de defensa. Sobre todo lo demás cabe opinar, discrepar, disentir, sobre la política fiscal, la salarial, la de infraestructuras o viviendas, las normas culturales o la forma de vestir. Pero en lo atingente a la seguridad colectiva hay que cerrar filas con el gobierno igual que en el barco se respalda al capitán ante el riesgo de zozobrar.

Si bien se observa, estos tres órdenes aquí identificados como "asuntos de Estado" son los que Adam Smith reservaba para las actividades del soberano, además de las correspondientes obras públicas. Son pues asuntos de Estado lo que son asuntos de Estado desde el punto de vista del padre fundador del liberalismo. Buscar la confrontación en ellos es un acto de irresponsabilidad difícil de igualar. Y sin embargo es lo que hace el PP. Su liberalismo es tan inexistente como desconocidas sus propuestas en materia fiscal, de vivienda, educativa, financiera, etc, a excepción de alguna promesa electoral hecha de rebote, del tipo de "y dos huevos duros" de Groucho Marx. Pero donde falta materia de debate en estos asuntos contingentes (pero que son los que, según las derechas, verdaderamente "interesan a los españoles") suenan las grandes palabras, los juicios temerarios, las bravuconadas o las típicas felonías. Oyendo hablar a la señora María San Gil o a los señores Acebes o Del Burgo uno se pregunta si no es un comando de dinamiteros dispuesto a que reviente y se hunda el navío antes de que llegue a puerto.

A raíz del fallido atentado de Getxo, la señora San Gil dice que, si ETA no tiene éxito ello se debe a que son estúpidos o nosotros tenemos mucha suerte. Así mismo. Ni una palabra sobre los cuerpos de seguridad, que están trabajando encomiablemente, hasta el punto que uno de los artificieros vascos ha perdido cuatro dedos. Tengo entendido que esta señora San Gil estuvo retirada por un episodio de salud felizmente superado. Pues ahora convendría que meditara algo más lo que dice y por partida doble. Es claro que los etarras son tontos, tontos morales rematados, enajenados, frenéticos y que la señora San Gil lo ponga en duda es realmente sorprendente. Y, por supuesto, si ETA no alcanza lo que está tratando de conseguir a todo trance es por la eficacia de las fuerzas de seguridad autonómicas y del Estado. Pero ¿cómo se puede ignorar esto o, lo que es peor, negarlo?

En cuanto a lo que dice el señor Del Burgo sobre el 11-m, que puede verse en una entrevista publicada en 20 minutos prefiero olvidarme. Después de tres años de sembrar dudas sobre el proceso y de tratar de bloquearlo, ahora asegura el político que él jamás dijo que tras el 11-m estuviera ETA y que, en todo caso, la sentencia es mejorable. Es preferible olvidarse y concentrarse en el señor Ruiz Gallardón que por fin ha dicho lo que, de ser España un país normal, no sería necesario decir, esto es, que lo que sucedió el 11 -m es lo que dice la sentencia y ésta se acata sin más pamplinas, reservas ni distingos. La situación de disparate a que se ha llegado se mide en el hecho de que el vara mayor de la capital tenga que decir algo tan elemental y en el de que todo el mundo se pregunte qué dirá la suma autoridad partidista que ya en su día acató con racanería la sentencia visto que habría que seguir investigando en otras líneas.

La jefatura de dinamiteros recae en el señor Acebes, cuyo aspecto de lechuguino encaja fatal con las atrocidades de que colma diariamente al señor Zapatero. La decisión del señor Acebes de pegarse con el Gobierno acusándolo de ser el responsable de la falta de educación del señor Chávez es un desatino y una falta de lealtad tan patentes que no me explico por qué no se explican por qué el señor Rajoy no remonta en las encuestas. O ¿es que creen que la gente es imbécil? Sí, me temo que lo creen. Y temo asimismo que su grado de enajenación es tan extremo que piensan que están haciendo bien las cosas. De donde se sigue que, cuando el próximo mes de marzo, se den una castaña en las elecciones, la conclusión será que la gente vota equivocadamente. Mientras no crean que sea llegada la hora de enderezarla...

dilluns, 12 de novembre del 2007

¡Que siga la fiesta!

Los del InSurGente siguen varados en una misteriosa avería tecnológica y no comparecen en la red, lo que es una lástima. Espero que sea de verdad un problema técnico y no alguna sucia maniobra de censura de los poderes mundanos. En todo caso, mientras el periódico regresa a la blogosfera, estoy dispuesto a sacar aquí las viñetas de Kalvellido, pues no es cosa de que un fallo técnico prive a sus admiradores de su visión cotidiana, siempre original y con una pizca de miel y vinagre. Por supuesto, eso no implica que haya de suscribir el contenido de sus obras. Su libertad para publicar lo que quiera corre pareja con la mía para pensar lo que me parezca. Y así como ayer no coincidía en nada con la viñeta, aun reconociendo que tiene mucha chispa, llamada Y tú...por qué no te callas?, con la de hoy, también buenísima, podría coincidir con la primera parte de la expresión, pero no, nunca, con la segunda. El señor Aznar no fue, no es, ni será, probablemente, nada mío.

San Sabino Arana.

La cantidad de improperios, insultos soeces y denuestos que gente como Alfonso Ussía dedicó en su momento al obispo José María Setién, titular que fue de la diócesis de San Sebastián, hubiera bastado para hacer de él una personalidad pública. Se da asimismo la circunstancia de que Monseñor Setién es hombre de acusada personalidad, firmes convicciones, decisión y acusado sentido de su misión pastoral lo que mezclado con el vilipendio a que lo sometió la carcundia, lo convirtió en la figura más visible de la Iglesia vasca y una de las más visibles de la española.

Ahora acaba Monseñor de publicar un libro con el sugestivo título que puede verse a la izquierda y de muy interesante lectura, aunque algo fatigosa y no por la enjundia, sino por el descuido con que está escrito. Sea como sea resulta muy necesario para estudiar la actitud de la Iglesia católica y la del citado obispo en concreto frente al nacionalismo vasco y ETA en los años duros de los setenta, ochenta y noventa.

La obra es una especie de rendición personal de cuentas en la que se mezclan noticias biográficas con consideraciones de carácter doctrinal. Mons. Setién comienza bromeando con su posible doble condición de obispo nacionalista o nacionalista obispo. Pero hay pocas dudas de que es y se considera lo segundo: un nacionalista que es obispo, desde luego como podía haber sido cualquier otra cosa, pues es hombre inteligente. Se dirá que la condición de obispo, de religioso, es vocacional y es cierto; pero al definirse como nacionalista obispo, el nacionalismo es previo a la vocación, casi como una condición intrínseca del ser Setién, que no dependiera de él, como los peces tienen escamas y los pájaros plumas; aunque siempre hay excepciones.

El nacionalismo de Mons. Setién es exactamente el del PNV, aunque él lo presente como elaboración propia. Monseñor utiliza la lengua peneuve, nunca habla de España sino de Estado español, es soberanista, partidario del derecho de autodeterminación de los vascos, firme creyente en la idea de los derechos colectivos de los pueblos, defensor a ultranza de la vía negociadora para poner fin al "conflicto vasco", contrario a ETA, a la que condena sin ambages y cuya desaparición pide con reiteración, sólido puntal del llamado Plan Ibarretxe, que él menciona por su nombre oficial de Estatuto Político de la Comunidad de Euskadi, aprobado por mayoría absoluta en el Parlamento vasco y no admitido a consideración por el Congreso de los Diputados. Todo lo cual hace que no haya gran diferencia entre Monseñor Setién y cualquier jelkide.

Sólo que Monseñor Setién, además, es cura y cura que va de progre por la vida con eso del nacionalismo pero que es un reaccionario que mete miedo. Basta con ver cómo relaciona el aborto con el terrorismo de ETA:

No caí en la trampa de quien se empeñaba en hacerme decir que, de esa manera, "equiparaba" yo el aborto con los asesinatos de ETA. Pero la negación de esa abusiva identificación no podía llevar a la conclusión de que el aborto no fuera en sí una negación clara del derecho fundamental a la vida de la persona, al igual que lo era el asesinato producido por ETA." (pág. 110)
O sea, no pero sí o sí pero no.

Veamos ahora al obispo ocupándose de su grey y sin ignorar, como de hecho no ignora, que en ésta hay de todo: nacionalistas vascos, españolistas y todo tipo de matices interiores e incluso sin matices. Hay asimismo fuerte división, enfrentamiento muchas veces a muerte, conflicto, guerra. En ese contexto, Monseñor justifica la atención que el pastor dedica a los descarriados, los terroristas, los asesinos recordando los evangelios. Él no duda de que ETA es una organización criminal, pero añade que, como cristiano, tiene que amar hasta a los criminales. Ese amor por los criminales es el que le ha costado más duras diatribas de la caverna hispánica. A mí, en cambio, me parece perfectamente legítimo, mientras ese amor por el criminal no le lleve a ayudarlo en su crimen, a ser cómplice o encubrirlo; de no ser así, las relaciones que tenga Monseñor con criminales es asunto suyo, privado. Cosa, sin embargo, que él no reconoce porque, a fuer de católico, cree que la práctica religiosa pertenece al ámbito de lo público. Eso es lo que hace a los católicos bastante fastidiosos.

Lo explica muy bien Mons. Setién cuando dice que la expresión "dolor de ETA" no es ambigua, sino ambivalente, puesto que pide ocuparse tanto del dolor que ETA causa como el que le es causado a ella (pág. 159). Una distinción forzada ya que la ambivalencia no supone la coexistencia de deberes sino la idea de que uno debe erradicar al otro, que no es lo mismo. En todo caso, comienza y acaba la obra haciendo una propuesta cada vez lo suficientemente ambigua para que, en el ínterin, quepan todas las posiciones. En el comienzo se dice que hay que pronunciarse entre conseguir la paz y luego la justicia o, al revés, primero la justicia y después la paz en el País Vasco (pág. 105) y termina asegurando que nos encontramos ante la disyuntiva reconciliación y luego justicia o, al revés, primero justicia y luego reconciliación (pág. 180). Como se ve, nada nuevo. Él, por supuesto, escoge siempre la segunda opción como buen nacionalista.

Y como buen nacionalista, su compromiso de hoy es viento de mañana, pues todo depende de ese ente superior al que se refiere varias veces, el magma Nación. Si ayer se decía que no es pensable un funcionamiento democrático en el País Vasco mientras exista ETA, se apoya luego el Plan Ibarretxe que es eso precisamente: consultar a la población para que la gente se pronuncie libremente con el cañón de la Parabellum en el cogote.

Monseñor termina su obra diciendo que quiere mirar al futuro. Aparte de que futuro a él no le queda mucho pues es octogenario, su idea de él aparece claramente mediatizada por sus imágenes de madurez, de juventud, de adolescencia, de niñez. Es "su" futuro, lo que él quiere como futuro. Palpita en cada hoja de este libro: una euskadi independiente camino de una Euskal Herria independiente. Todo lo cual está muy bien y es muy legítimo mientras no se asesine a nadie. Otra cosa es que Monseñor Setién quiera establecer algún tipo de relación entre el catolicismo (¡ay las procesiones a Santa María de Aranzazu!) y el credo independentista burgués o moderado. Ahí es donde, al hablar de la "iglesia vasca" sus colegas de jerarquía le afean la denominación y él responde que igual de inadmisible es la expresión "iglesia española" y a fe que, desde el punto de vista religioso tiene razón: las dos son iguales de extensas pues, siendo católicas, son universales.

¿Contiene este libro una justificación de los crímenes de ETA. No, al contrario, contiene una condena continua. Pero también contiene un intento de comprensión de sus motivaciones y eso a muchos los saca de quicio.

Blogorismos/Blogorrea.

LA SOMBRA

Mi amiga y comentarista Marian encuentra divertida la foto de la sombra que aparece en el perfil y añade que a ella siempre le interesó su propia sombra. Pues nada, incluyo a la izquierda otra foto de sombra bastante curiosa. En esto de interesarnos por las sombras, por nuestras sombras, andamos acompañados de leyendas, gentes e historias muy apasionantes y algunas geniales. Debe recordarse que de siempre se ha vinculado la sombra al alma, al destino, a la personalidad de cada cual. Se cuenta de algunas tribus llamadas primitivas que mantenían la creencia de que, si alguien pisaba la sombra de una mujer, ésta se convertiría en estéril. Andando los siglos (en un sentido figurado, claro es, pues esos primitivos son contemporáneos) este mismo tema reaparecería en el archicivilizado y decadente mundo del Imperio Austro-húngaro a fines del siglo XIX y primeros del veinte, ya que éste viene a ser en buena medida el argumento de la ópera La mujer sin sombra, de Richard Strauss sobre libreto de Hugo von Hoffmanstahl; una reina que no tendrá descendencia en tanto no recupere su sombra. La sombra es una parte esencial de nosotros, algo que damos por supuesto, como las creencias orteguianas. Pero ¿qué pasaría si algún día ésta desertara por la razón que fuera? Precisamente por parecerse mucho al alma, tiene un momento fáustico en la fabulosa obra de Adelbert von Chamisso, La maravillosa historia de Peter Schlemihl, en la que el protagonista vende su sombra al diablo, un libro con el que arranca en plena fuerza el goticismo de la literatura alemana en el XIX.


EL RAP DEL PROFESOR.

Mis hijos, que son profesores de secundaria de español en los EEUU, están muy sensibilizados ante el problema de la violencia en el sistema educativo y tienen un gran sentido del humor me han enviado este rap del profesor que está muy bien.

Supongo que habrá quien diga que maldita la gracia que tiene, que no hay que tomarse a broma problemas tan graves y que hay que censurarlo. Nunca llueve a gusto de todos. Me parece agudo, burlón y que, siendo respetuoso con el estamento docente, pone en solfa a quienes son más culpables en esta situación, que somos los padres. Por supuesto, igualmente sin generalizar pues, como todo el mundo sabe, también hay padres responsables. Pero ¿cuántos son como los que se retrata en el rap?

En fin, tras haber disipado los últimos escrúpulos vuelvan a escucharlo porque tiene gracia.

diumenge, 11 de novembre del 2007

Actualización a media tarde del domingo.

Los amigos de InSurGente llevan un par de días fuera de la red por causas ajenas a su voluntad. Si se va a su dirección aparece el aviso "PHP-Nuke.- There seems to be a problem with the MySQL server, sorry for the inconvenience. We should be back shortly." Pero el shortly se alarga. Total, que me han enviado esta caricatura del Rey, hecha por el gran Kalvellido, suponiendo que, al ser servidor republicano de siempre, estaría de acuerdo con su significado.

Y no; no lo estoy.

No obstante, cuelgo la imagen en muestra de mi concepto de libertad de expresión según el cual ésta sólo existe si es libertad para los que piensan de otro modo. Acerca de si los demás están dispuestos a colgar en sus blogs, wlogs, webs, periódicos, etc elementos que contradigan su parecer, que cada cual hable por sí mismo.

De paso aprovecho para explicar por qué no estoy de acuerdo con arremeter contra el Borbón (en este caso) y así voy contestando a los comentarios que me han hecho en el post correspondiente.

Veamos. Presumimos que todos hemos visto el video, que somos gentes desapasionadas, con sentido de la justicia y no pensamos que haya que defender a los nuestros hagan lo que hagan. Si eso es así, que alguien me corrija si me equivoco en la narración de los hechos:

I.- El señor Chávez había hecho uso de su turno de palabra sin que nadie lo interrumpiera, poniendo al señor Aznar a bajar de un burro.

II.- Después entra en uso de la palabra el señor Rodríguez Zapatero y el señor Chávez lo interrumpe, no lo deja hablar, habla él más alto y así se organiza un guirigay en que el señor Rodríguez Zapatero no consigue hacerse oír porque el señor Chávez no lo permite.

III.- Es en ese contexto y ante la ausencia de toda moderación institucional cuando el Rey le pide a quien no deja hablar que se calle.

Me parece de perlas. Yo hubiera hecho lo mismo porque detesto a la gente que no deja hablar a los demás, los interrumpe y los achanta.

No hace falta que diga que, siendo radicalmente republicano, deseo que el Rey se vaya cuanto antes. Pero eso no me ciega al extremo de cargar contra él cuando no lo merece.

Y esto vale también para el visionado completo del video que un comentarista incluyó con mucho acierto. Después del rifirrafe, el señor Chávez tomó de nuevo la palabra, insistió en su derecho a decir lo que quisiera donde quisiera sin ser interrumpido y sin que nadie le replicara. A ver si aprende modales y nosotros... nada que reprocharnos.

Francamente, creo que esto es muy revelador de esa lamentable ciscunstancia de los españoles, siempre dispuestos a tirar contra sus representantes, en beneficio de representantes ajenos que tienen el mismo comportamiento, con los mismos valores y los mismos prejuicios que los representantes denostados. No podemos mostrar respeto por nuestra bandera (sea la tricolor o la rojigualda) pero hay que inclinarse ante la cuatribarrada; no podemos defender la unidad de España, pero tenemos que partirnos el pecho por la unidad de Euskal Herria; no podemos interrumpir a un interrumpidor, sino que tenemos que aguantarnos con sus interrupciones y criticar a quien las denuncia.

¿Somos tontos?

Chévere, muchachos.

Lo único, pero muy interesante, que he sacado en limpio del lamentable incidente en la cumbre hispanoamericana es que todo dios considera que llamar "fascista" a alguien es insultarlo. ¿Qué dirán los fascistas al respecto? Digan lo que digan, lo suyo ha sido un exitazo en campaña de imagen. "Fascista" y "nazi" son dos insultos en toda la línea. Mucho más que el término "comunista". A pesar de todo lo que el comunismo ha supuesto, conserva cierta aura benéfica, revolucionaria, utópica. Todavía hay quien dice que "Jesucristo fue el primer comunista del mundo". Nadie, que yo sepa, ha dicho alguna vez que Jesucristo fuese el primer fascista. Ni los fascistas.

Por lo demás, la intervención del señor Hugo Chávez en lo referente al señor Aznar me pareció extemporánea, torpe, desaforada, grosera y bastante estúpida. No porque no esté de acuerdo con el fondo del discurso, sino porque no es el momento ni el lugar de ponerlo de relieve. En efecto, también a mí el señor Aznar me parece bastante fascista (con un fascismo nuevo, propio de la revolución tecnológica) y, desde luego, lacayo del señor Bush a extremos inconcebibles. Puedo estar de acuerdo con lo que dice el señor Chávez en este video

pero la cumbre no era el lugar para decirlo. Y no lo era porque las cumbres hispanoamericanas no son un mitin de fogosos partidarios del señor Chávez en donde éste puede gallear a su sabor. Las cumbres son espacios colectivos de diplomacia, colaboración y entendimiento, esto es, lugares en los que brilla la buena educación. Cuando se tiene, claro. Quizá el señor Chávez se siente tentado a seguir las audaces propuestas de Lenin en su tiempo para suprimir la diplomacia de los acuerdos secretos y por eso revienta la confidencialidad de las entrevistas. Si es así está mal porque pocas diplomacias han estado más llenas de secretos que la soviética.

Las cumbres tampoco son el lugar para ponerse borde por la misma razón por la que, cuando lo invitan a uno a casa ajena, trata uno de no agredir ni dejar en mal lugar al anfitrión que igual no quiere que lo indispongan con otros huéspedes. No es este un razonamiento que un ególatra infantil como parece ser el señor Chávez se haga por sí mismo; pero debieran soplárselo los asesores. Más que nada para no quedar como un patán.

No, no son las cumbres los lugares para tales exabruptos. Además es cosa muy poco inteligente. ¿Cómo no darse cuenta de que insultar a Aznar de esa forma es poner en un brete a los españoles presentes y no dejarles otra vía que reaccionar en respuesta como lo han hecho? Y lo han hecho muy bien. El Rey mandando callar al gárrulo militar y el señor Zapatero propinándole una lección de buenos y civilizados modales que lo dejó tieso y frío como una iguana. Los españoles consiguieron el aplauso general y el señor Chávez se quedó colgando del hilo del teléfono de don Fidel Castro, quien llamó a su joven paladín para hacerse presente en la cumbre desde el lecho del dolor, otro a quien gustan no poco las candilejas.

Tanto brillaron los españoles en la Cumbre a pesar de los ataques de varios mandatarios que nadie reparó en que el razonamiento expuesto por el señor Zapatero tenía un grave defecto lógico. Decía que la cumbre se basa en el respeto a los mandatarios elegidos por los ciudadanos de cada país. Pero eso será si los mandatarios son respetables porque el señor Chávez es elegido por la mayoría de la población y no es respetable en tanto no retire las expresiones injuriosas hacia otras personas.

Como es claro que el señor Chávez no lo hará, siempre se podrá suponer también que su finalidad originaria fue cargarse la cumbre para colocar al personal el rollo ese de lo bolivariano que, como la frecuente advocación del "socialismo del siglo XXI" nadie sabe en qué consista.

Hay que ver cómo gusta en Latinoamérica que alguien se meta con España y los españoles. En eso se echa de ver cuán españoles son sus hijos.

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El Real Sitio.

En el ojo mismo de este finde largo, mientras Norman Mailer pasaba a formar parte de los personajes de su primera novela de éxito, Los desnudos y los muertos, dimos un salto al Real Sitio de La Granja de San Ildefonso, así llamado por tratarse de un lugar en el que los monjes jerónimos (cómo no) de Segovia tenían una granja. Aquí se retiró el primer Borbón que reinó en España, Felipe V, quien no se consideró obligado a gobernar sobre el Imperio porque eso ya lo hacían sus familiares en París. Tras doscientos años de los Austrias, comenzaba la época del convulso afrancesamiento rococó. Buena prueba estos jardines del palacio, concebidos al modo de Versalles y de todos los jardines de palacios en Europa, desde Schönbrunn en Viena hasta el Nyphenburger Garten en Munich.

El jardín tiene veintiséis fuentes de muy diversa categoría por lo general con motivos mitológicos propios del siglo XVIII. La fuente de más arriba, el Baño de Diana, parece estar más consagrada a Apolo que era un dios muy querido por el cousin aîné francés, Luis XIV en su condición de "Rey Sol", Febo Apolo. Los jardines son estupendos, aunque ni de lejos llegan a los de Versalles, pero es un placer pasear por ellos en esta época del año en que el follaje teñido de otoño fuego de los árboles, plátanos, castaños, robles, produce una luz dorada que lo baña todo del color de las memorias de la adolescencia, cuando la amarillenta calidez otoñal embalsamaba los ardores del verano.

En la foto se va a Ramoncín sobre un servidor, con los dos amigos residentes en La Granja cuya felicidad se aprecia en su relajado porte.

El conjunto del Real Sitio es muy grato de visitar. Siempre que la corte se asentaba en algún lugar, allí surgían nuevas edificaciones, hoteles, negocios para atender a la muchedumbre que normalmente se desplaza con los reyes, muy numerosa cuando se trata de los Borbones, que adoran la pompa y el boato.

Lo más característico de este ceremonial versallesco es la concentración en los temas mitológicos, especialmente las metamorfosis de Ovidio, leyendas como la de Perseo y temas alegóricos y los relativos a los consejos de los dioses, que los concentran en el Olimpo, igual que los dioses terrenales se concentraban en Versalles. Y sus primos del Sur en un lugar exótico llamado La Granja de San Ildefonso.

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dissabte, 10 de novembre del 2007

El interesante juego de la opinión política.

Para pasar el finde propongo a los lectores un divertido entretenimiento. Léase con atención el contenido del video de You Tube aquí colgado o pásese directamente a la traducción española más abajo.

La traducción dice así:

“¡La República Federal de Alemania (RFA) no es democrática! En la RFA no hay democracia puesto que la democracia significa gobierno del pueblo y aquí no gobierna el pueblo, sino sólo una parte del pueblo que es elegida por el conjunto del pueblo. Podría decirse entonces que sí que gobierna el pueblo puesto que puede elegir a los partidos que han de gobernar. Pero ese no es el caso puesto que los medios de comunicación se encargan de destruir o ignorar a todo partido nuevo que represente una oposición verdadera a los partidos establecidos.

La mayoría de la gente sólo puede formar su opinión a través de los medios y esos son los que nos engañan. Muchos no se dan cuenta de eso y los medios les influyen para formarse una opinión que se basa en falsedades o medias verdades. Se amenaza a la gente con que perderá su medio de vida si favorece a un partido “extremista”. Sin embargo, ¿qué es un partido extremista, quién decide qué es extremista y, sobre todo, qué tiene de democrático prohibir a la gente que elija al partido que quiera?

Mucha gente está encarcelada por haber expresado su opinión, pero de eso no se informa en los medios porque se pretende convencer al pueblo de que en la RFA hay libertad de expresión.

¿Se nos ha preguntado si queremos que entre Turquía en la Unión Europea (UE)?
¿Se nos ha preguntado si queremos una Constitución de la UE?
¿Se nos ha informado de qué consecuencias reales tendría una Constitución de la UE?

¿Se nos ha preguntado al pueblo alemán si queremos que los extranjeros puedan obtener la nacionalidad alemana?
¿Se nos ha preguntado si queremos el euro?

¿Se nos ha preguntado si queremos regalar submarinos nucleares a Israel?
¿Se nos ha preguntado si queremos enviar soldados alemanes a la guerra en defensa de intereses ajenos?

Parece que les dé igual lo que queramos puesto que, si no, nos preguntarían y pondrían en práctica lo que queremos y no permitirían que se construyeran mezquitas ni seguirían recortando las prestaciones sociales mientras se desembolsa más dinero para intereses extranjeros y todo ello en contra de nuestra voluntad.

En una democracia verdadera el gobierno no estaría tan en contra del pueblo, si no que haría lo que quisiera el pueblo. Por tanto la RFA no es democrática porque nunca se pregunta al pueblo y se actúa en contra de la voluntad popular y la libertad de expresión.”

Ahora el juego consiste en averiguar en menos de 1" (como diría Forges) a quién pertenece este discurso, si a la extrema izquierda o a la extrema derecha.

La solución, aquí.

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