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dilluns, 19 de setembre del 2011

El peligro somos los hombres.

Durante el fin de semana ha habido tres mujeres asesinadas por sus parejas. Tres más. Tres casos más de violencia machista. Se discute mucho sobre el nombre. Antes se llamaba a esto "crimen pasional" y, luego, se han ido empleando otros términos, como "violencia doméstica", "violencia de género" o "violencia sexual". Todas las expresiones tienen algún sentido, pero no son enteramente satisfactorias. Si por "pasional" se entiende irreflexivo, impremeditado, repentino, súbito, muchos de estos asesinatos son premeditados, planeados, alevosos. No siempre son crímenes domésticos. Desde que hay divorcio, separación, denuncias, órdenes de alejamiento, casi nunca son domésticos. Son sexuales, sí, de género; pero siempre del mismo sexo y del mismo género; del masculino. Son crímenes de hombres, viriles, machistas.

Es un terreno escabroso por lo que tiene de íntimo y lo que hace a las autoimágenes que los hombres tenemos. De inmediato se forma un coro de ultrajados varones prestos a recordar que por dos o tres casos aislados no cabe criminalizar el género. Dejando aparte el hecho de cierto peso de que no son dos o tres casos aislados (como se verá más abajo) se da la circunstancia de que el género no necesita que lo criminalicen ya que es criminal por sí. Es cierto que no todos los hombres asesinan a sus parejas. Pero también lo es que casi todos los que asesinan a sus parejas son hombres. Siempre hay algún caso, ese sí excepcional, de mujeres.

Igualmente casi todos los que abusan de los niños son hombres. Lo cual explica por qué está tan extendida la pederastia en la iglesia católica: porque es una organización exclusivamente varonil. Casi todos los componentes de las redes de pederastia en internet que, se supone, reflejan en cierto modo las del mundo real, son hombres.

Asimismo hombres son casi todos los que torturan animales hasta la muerte. Entre los individuos que alancearon a Afligido en Tordesillas no había una mujer. En el post que Palinuro dedicó al toro de Tordesillas con el título de los toros no votan se decía que el problema de la crueldad es que es atributo de la especie y atributo racional. Ahora corresponde precisar que no es de la especie, sino de parte de ella, la masculina. Quizá sea por esto por lo que los más misóginos de los varones ilustres proclaman que la mujer es una animal irracional. Porque no mata o mata poco.

Hombres son los que llevan a cabo las violaciones generalizadas y sistemáticas en los conflictos armados que se han dado o se dan en Yugoslavia, el África o algún país musulmán. Serán o no expresamente ordenadas por el mando militar, pero están siempre presentes como un acto más de guerra expresamente dirigido contra las mujeres que casi nunca son combatientes. Hombres también los que recurren a lo que ya se conoce como feminicidio.

No son dos o tres casos aislados. Y no cuenta si son ricos o pobres, jóvenes o viejos, nacionales o extranjeros, católicos o confucianos. Cuenta que son hombres.

Es decir, es violencia viril o violencia machista porque parece ser inherente al género masculino hacer violencia a los más débiles. Someterlos, torturarlos, asesinarlos. El peligro somos los hombres. El debate sobre si esta condición criminal tiene raíz natural o cultural, si es genética, por ejemplo, o aprendida en la socialización, es inútil porque, aunque fuera lo primero, genética, no se puede admitir. La especie no puede tolerar que parte de ella sea criminal por instinto. Hay que empeñarse en que es cosa de la socialización.

Pero ¡es que aquí está todo por hacer! No basta con las leyes, con ser éstas necesarias, sino que hay que entrar a saco en el lenguaje, en la educación, en veinte siglos de filosofía, literatura y arte. Y no digo nada de las religiones. En la judeo-cristiana, que tiene a la mujer como la causa de la pérdida del paraíso terrenal, anida una concepción de ésta que, se quiera o no, incita a su asesinato. Por eso, porque la tarea es ciclópea, pues consiste en cambiar la vida, no se puede perder ni un segundo, no se puede perdonar ni una broma, ni una complacencia, ni un paso atrás y en todos los asuntos hay que plantear siempre la perspectiva de género. Del otro.

(La imagen es una foto de Paul Lowry, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 9 d’abril del 2011

El macho normal.

Hay una cuestión que me inquieta en estos casos en que periodistas o políticos de la derecha (casi siempre son de la derecha) dicen barbaridades de corte machista. Puede tratarse de ese Sostres que excusa un asesinato de género, el alcalde de Valladolid que se pone bravo con los morritos de una ministra o el otro de la televisión que no sabe si un transexual es chico, chica o chique. Tales propósitos basura, de los que es faro y guía el bolígrafo de Aznar por el escote de una reportera, dan por supuesto que quienes los formulan tienen sobrada experiencia en lances galantes. ¿Por qué, sin embargo, suenan a baladronadas de machos ibéricos de sobremesa, hartos de vino y ganas?

Sobre todo, ganas. La pregunta es si estos tres citados, que no son los únicos ni mucho menos, se han mirado en un espejo. Y qué han visto. Porque aquí puede estar la clave de la cuestión que mencionaba al principio. Con esas pintas, por favor, y aunque haya gente para todo, está claro que hablan de lo que oyen y lo que imaginan. Así dicen lo que dicen y en lo que dicen hay tal fondo de odio a las mujeres que se entiende que lo dicen porque no hacen.

divendres, 1 d’abril del 2011

Gallego, gallego.

Leo que hay algunos gallegos indignados con las gracietas de Aznar sobre gallegos. Tanto que lo tienen por un "cretino". Es para indignarse. Y es bueno que el personaje se dé cuenta de que quienes se indignan contra él no son necesariamente los izquierdistas, islamistas, antisonistas, negros, homosexuales, mujeres, catalanes y titiriteros entre otros sino también los gallegos.

Da la impresión de que el hombre es así, con escaso control sobre sí mismo y sobre lo que dice y hace. Es un temperamento autoritario y monocorde, cuando no repetitivo en sus gustos y aficiones. Las alusiones impertinentes a los gallegos pertenecen al rico mundo mental de quien dice con aplomo que le gusta la mujer-mujer y no la mujer con mezcla de hombre, supongo, igual que el famoso café-café de la postguerra no podía traer mezcla de achicoria.

(La imagen es una foto de Pontificia Universidad Católica de Chile de Santiago, Chile, vía de Wikimedia Commons).

dilluns, 31 de gener del 2011

Las mujeres y sus asesinos.

En lo que va de año han muerto seis mujeres en España asesinadas por sus parejas o exparejas. Habrá pocos problemas sociales de los que más se hable, a los que más atención se preste tanto en las instituciones como en los medios, a los que se dedique mayor cantidad de recursos, que provoquen más repulsa social y sobre los que se hagan más campañas de eso que se llama "concienciación". Y aun así, seis mujeres asesinadas en un mes son triste testimonio de que esta peste no cede.

No cede porque anida en lo más profundo de las culturas humanas, todas ellas patriarcales. No es un problema español, ni europeo, ni cristiano. La violencia de género en la China es una verdadera lacra y en los países musulmanes no solamente no es delito sino que es virtud. Esa violencia se encuentra en la base misma de la civilización y erradicarla va a costar mucho. Hasta hace poco también en Occidente se la glorificaba como prueba el vicioso concepto del "crimen pasional" que contaba con todo tipo de atenuantes y hasta gozaba de simpatía social... siempre que el crimen lo cometiera el hombre; si era la mujer la cosa tomaba otro cariz. En el hombre imperaba ese noble sentimiento que todo lo explica y justifica, el amor, que lo lleva a matar lo que ama, según reza el famoso verso de Oscar Wilde en la Balada de la cárcel de Reading.

La matanza tiene caracteres globales (¿hace falta recordar los feminicidios de Centroamérica, los asesinatos de Ciudad Juárez, los crímenes del Congo?) y por tanto resulta ridículo plantearla en términos de opciones confesionales, locales, de secta o partido. Decir, como dicen los obispos españoles, que la violencia de género es más frecuente en las parejas de hecho que en los matrimonios canónicos es ser verdaderamente sectario. La violencia es de género y se da por igual en todos los matrimonios, religiones, clases, razas o cualquier otra determinación que no sea la esencial aquí: el sexo.

El proceso de emancipación de las mujeres es, lógicamente, imparable. Es verdad que discurre con mucha lentitud porque se enfrenta a intereses adquiridos, convicciones muy profundas, complejos de todo tipo, normas morales, tradiciones, leyes, costumbres, sistemas filosóficos y hasta estructuras lingüísticas; pero discurre, avanza. Y, al avanzar, socava la posición dominante de los varones, sus privilegios, sus derechos innatos a ser los amos de aquellas a quienes dicen amar. El género en conjunto siente la amenaza y el individuo en concreto cree que se realiza en sus carnes cuando (como ha sido el caso en uno de los dos últimos asesinatos) el objeto de su amor, o sea su esclava, le dice que quiere divorciarse. Se vuelve tan loco que, en muchos casos, además de asesinar a su pareja, trata de suicidarse.

Es que eso del amor justificalotodo es un cuento. Porque los hombres no solo matan a las mujeres una a una en ejercicio de su peculiar sentido del amor, también las asesinan por decenas en ejercicio de su peculiar sentido del negocio, por ejemplo en México. No es la relación; es la conciencia que los hombres tienen de las mujeres como instrumentos para la realización de sus superiores fines. Cambiar esa conciencia va a costar más que convencer a la humanidad de que la tierra gira en torno al sol. Y, por supuesto, en primera línea de quienes se opusieron entonces a la teoría heliocéntrica están los mismos que ahora van en contra de ese cambio de conciencia: los curas.

Así que, resumiendo, menos bromas con el feminismo que es una concepción justificadísima que todos debiéramos compartir. Cada vez que escucho expresiones como femininazismo u oigo advertencias sobre las denuncias falsas como venganza femenina o quejas por los privilegios de las mujeres a través de las cuotas o escandalizadas críticas de ruptura del principio de igualdad ante la ley a propósito de la discriminación positiva, pienso que el machismo no es un punto en el espacio sino una actitud continua con gradaciones que empieza cuestionando la legitimidad del feminismo y termina asesinando a las mujeres.

(La imagen es una foto de United Nations, bajo licencia de Creative Commons).

divendres, 22 d’octubre del 2010

Siete puntos para el alcalde del PP de Valladolid.

  • Su observación no es únicamente "sexista" sino una grosería, una falta de respeto

  • Y de educación. ¿Nadie le ha enseñado que no se hacen comentarios insultantes sobre los rasgos físicos de las personas?

  • ¿O sólo los hace cuando las personas son del PSOE?
  • La grosería es especialmente repulsiva por tratarse de una señora a quien un caballero no debe ofender jamás. Un caballero.

  • ¿Piensa el grosero que la grosería se lava pidiendo disculpas como el que ha pisado a alguien sin querer?

  • El comentario sobre el "dibujo animado” corona la grosería de imbecilidad.

  • Por último, este alcalde, ¿se ha mirado en un espejo?

(La imagen es un busto de Franz Xavier Messerschmidt en alabastro, titulado El lascivo y esculpido hacia 1780).

dilluns, 23 de març del 2009

Palinuro informa.

Queridas lectoras: se ve que, no teniendo gran cosa que hacer este finde, el armador de la nao que me honro en pilotar ha hecho algunas innovaciones que él llama mejoras (aunque no sepa yo si lo son todas) que paso a exponeros:

Ha puesto un enlace en la barra de la derecha llamado "publicaciones en papel" con una bibliografía suya para darse pisto. No sé si esto es una mejora o una peora.

También ha puesto otro enlace debajo del anterior, llamado "artículos en Público" para darse más pisto porque los de ese periódico le han dejado un huequecillo. Debería pedir que, en justa reciprocidad, le permitieran anunciar su blog en el diario, pero ya veréis como no se atreve.

En tercer lugar, siempre en la barra de la derecha, ha puesto una pestaña desplegable para incluir las tropecientas etiquetas que tenía en perpetua exposición. Ahora, si hay alguien que quiera verlas, que lo dudo, sólo tiene que pinchar en el + y se despliegan como siempre, por orden alfabético y con la cantidad de cada una de ellas que hay.

Otrosí ha aprendido a hacer que los hipervínculos se abran en ventanas nuevas para no entorpecer la navegación y me ha prometido que ya todos vendrán así. Ya era hora.

Por último, aquellas/os de vosotras/os que aún estén preguntándose qué tenga esta entrada de específicamente femenino para empezar con un "queridas lectoras" que se lo hagan mirar a ver si aportan alguna razón que no sea la costumbre de por qué la expresión "queridos lectores" incluye a las mujeres pero "queridas lectoras" no abarca a los varones. Y recordad que también por costumbre la gente araba con arado romano.

La imagen es de Pierre Puget, Barco en Marsella (1651-54).

dimarts, 27 de gener del 2009

El machismo del Cavaliere.

Comprendo perfectamente la desesperación de mis amigos italianos. Si el presidente del Gobierno de mi país anduviera por ahí diciendo las sinsorgadas machistas y casposas que suelta il signore Berlusconi me declararía apátrida. A propósito de un caso de violencia de género dice il Cavaliere que deberíamos tener tantos soldados como chicas guapas. Carece uno de palabras para calificar a un menda así que da por supuesto que el hecho de ser una "chica guapa" te convierte en objeto de protección porque, claro es, los italianos son muy bravos. ¿Se puede ser más majadero? Es la mentalidad de: "Van provocando", "en el fondo les gusta", "qué más quisieras tú, guapa" propias de comisaría de tercera.

(La imagen es una foto de rogimmi, con licencia de Creative Commons).

dimarts, 30 de desembre del 2008

La plaga de la violencia de género.

Parece que el año va a acabar con tantas mujeres asesinadas a manos de sus parejas masculinas como el anterior. Es razonable por lo tanto preguntarse por la eficacia de la legislación integral en contra de la violencia de género aprobada ahora hace cuatro años (Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género) que no parece ser capaz de contener esta matanza. Es más, según voces autorizadas como la de la magistrada María Sanahuja (Las denuncias falsas) los efectos podrían estar siendo contraproducentes.

Sin duda hay que abordar el problema con espíritu crítico, abierto, sin prejuicios y sin actitudes demagógicas. Como siempre que se evalúan los efectos de la legislación sobre un fenómeno social tan complejo, difundido y, sobre todo, enraizado en nuestra sociedad, lo primero que llama la atención son los efectos no queridos y hasta perversos de la norma que denuncia el citado artículo de la señora Sanahuja. Cuestión tanto más difícil cuanto que no es posible comparar estas disfunciones reales con la hipotética situación de que la ley no estuviera en vigor, dado que es una típica cuestión contrafáctica. ¿Cómo estaríamos si la ley no se hubiera promulgado? Probablemente peor pero no puede demostrarse. La norma se promulgó para responder a una amplia demanda social y fue muy bien recibida por los sectores directamente implicados en el problema. Lo más razonable es revisarla a la luz de los resultados en este cuatrienio y reformarla para impedir su utilización fraudulenta y mejorar su eficacia. Tarea en la que tiene su importancia también determinar la adecuada relación entre la finalidad perseguida por la ley y los medios a disposición de quienes han de aplicarla.

En todo ello es insensato olvidar que la Ley mencionada es un intento de atajar un fenómeno producto de una forma tradicional, secular, de organización social que consagra como algo natural (cuando no de mandato divino) la supeditación de la mujer al varón; algo que no solamente procede de un pasado atávico sino que sigue contando con amplísimo apoyo en los usos y costumbres contemporáneos. Toda institución que ampare discriminaciones por razón de sexo está aportando aliento a la violencia de género. Esto que resulta tan evidente en abstracto se complica cuando se abordan sus manifestaciones concretas. Por ejemplo: ¿coadyuva o no a la violencia de género el hecho de que las mujeres no puedan ser sacerdotisas en la Iglesia católica, la confesión más extendida en España?

Me parece que sí. Y me parece también que ello apunta a otra complicación todavía más endemoniada como es que muchas posibles víctimas de esta violencia la vean como algo inevitable y, en el colmo de la abyección moral, como un derecho de los varones, cosa que se evidencia al contemplar a veces comportamientos asombrosos en muchas mujeres que, de una forma u otra, protegen o defienden a sus potenciales asesinos. Está claro: la violencia de género se da en el terreno opaco de las relaciones sentimentales en donde puede quebrar gran parte de la lógica social de coste/beneficio que preside la intención legal de proteger un bien jurídico. Si una persona se entrega a otra por entero hasta reconocerle el derecho a hacerle daño, incluso a matarla, la ley se ve obligada a moverse en ese incómodo espacio tan difícil (pero no imposible) de justificar consistente en proteger a alguien en contra de sí mismo. No, no es fácil.

Cuatro años de vigencia de una norma que pretende cambiar costumbres ancestrales, sobre las que se yergue la estructura patriarcal de nuestra sociedad, consagrada en sus creencias, en su lengua, en sus artes (los celebrados temas de la "doma de la bravía" son buen ejemplo de ello), en su organización laboral, religiosa, etc, es un tiempo infinitesimal. Por supuesto que hay que hacer balance de los resultados y mejorar lo que se pueda. Pero no hay que olvidar que las sociedades no se cambian sólo por decreto sino que es preciso inducir cambios de mentalidad y esos, que implican la educación tanto de niños como de adultos, son muy lentos.

Tampoco es disparatado pensar que la violencia de género que no remite viene movida en parte por los avances en el proceso general de emancipación de la mujeres. Muchos hombres que pierden su preeminencia reaccionan violentamente. En parte esa violencia es un peaje que las mujeres tienen que pagar por su liberación. Un peaje que hay que eliminar radicalmente, por supuesto.

Esta vergüenza tiene que acabar. No lo hará de la noche a la mañana y no hay que equivocarse en el diagnóstico. La ley es una buena ley y nos lleva en la dirección correcta. Habrá que revisarla para corregir sus defectos, hacerla más eficaz y evitar los fraudes. Pero vamos por el buen camino, las mentalidades están cambiando, las connivencias y complicidades institucionales, morales, consuetudinarias (piénsese, por ejemplo, en la detestable costumbre de los chistes machistas, tan frecuentes en las sobremesas en España incluso en presencia de mujeres) se van reduciendo. Encuentro que una prueba de ello es la cantidad de criminales que, una vez asesinada su pareja, convencidos de su ignominia, vuelven el arma contra ellos mismos.

Hace bien pocos años el llamado "crimen pasional" no sólo no era visto como un acto vergonzoso sino que se tenía por timbre de gloria y orgullo. Hoy eso es impensable

(La imagen es una foto de Tomás R Vigo, bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 24 de juny del 2008

¿Publicidad libidinosa?

Durante unos días, los usuarios de correo electrónico de Yahoo! pudieron ver esta imagen que, se supone, es publicidad de una empresa llamada Flycell. Haciendo el consabido click (no aquí), al parecer, cabe descargarse imágenes de tías imponentes al tiempo que se consigue algún tipo de ventaja en la contratación del móvil. La invitación es bien clara: poner en marcha el ventilador para ver el culo a la chica. Francamente, no sé cómo encaja esto en las abundantes recomendaciones sobre carácter no "sexista" de la publicidad, la denigración del cuerpo femenino, su mercantilización y otras consideraciones muy a la orden del día. ¿Es aceptable esta publicidad? Y ¿por qué no poner a la chica de frente, aplicar el ventilador y que se le vea el coño? Está claro: porque se supone que, por detrás, se sorprende su buena fe, se abusa de ella, cosa que sería más difícil por delante pues, salvo aplicación de violencia (nunca descartable con gente que hace estas cosas), lo más probable es que no se deje. Así que esta publicidad consiste en un abuso. Asunto oscuro y complejo. En principio, toda censura es detestable. Ya se ejerce alguna con diversos pretextos que la mayoría encuentra aceptables: respeto a la verdad (prohibición de publicidad engañosa), protección de la infancia, prohibición de publicitar sustancias estupefacientes o simplemente adictivas (como el tabaco y el alcohol), prohibición de contenidos machistas, racistas, xenófobos, discriminatorios... ¿Cabe este anuncio en alguno de estos supuestos?

Lo primero que se me ocurre es preguntarme a quién va dirigido. Según parece, a un público joven, con independencia del género puesto que éste no es, en principio, relevante a la hora de consumir telefonía móvil. Por eso me he parado a imaginar qué efecto podría tener una imagen similar pero de un muchacho al que se pudiera bajar unos pantalones cortos para verle el culo o la polla, según estuviera de espaldas o de frente. Supongo que el mismo, aunque no estoy seguro. Así que lo irritante de la imagen de la chica no es lo que invita a hacer sino que sólo sea imaginable tratándose de una chica. Si fuera normal la alternancia no resultaría tan chocante. ¿Por qué, sin embargo, no es normal? Si no es por la diferencia de la capacidad adquisitiva del público al que se orienta (target dicen los "creativos" pedantes), ¿podrá ser por los prejuicios aún imperantes en la sociedad machista? ¿Por los prejuicios también machistas de los publicitarios? ¿Por las diferencias importantes entre chicos y chicas, hombres y mujeres a la hora de manifestar la curiosidad y el interés en este eterno juego de la sexualidad?

dimecres, 27 de febrer del 2008

Matanza de mujeres.

La violencia contra las mujeres es una de las lacras de nuestra sociedad, como el terrorismo, los accidentes laborales y las muertes en la carretera. Por supuesto, los cuatro fenómenos, fuentes de muertes indebidas, periódicas, injustas, evitables mantienen distintas relaciones entre sí. Las más equiparables son las muertes por terrorismo y las de violencia de género porque, entre otras cosas, ésta tiene bastante de terrorismo. Se trata de agresiones con intención de dañar y hasta destruir a personas físicas con la finalidad asimismo de conseguir un efecto "ejemplificador". Los asesinos de género, esos maridos, exmaridos, novios, exnovios, amantes o lo que sea, que asesinan a sus parejas o exparejas hacen llegar un mensaje siniestro al conjunto de las mujeres: que los hombres no aceptarán sin más el proceso de emancipación de aquellas y que tratarán de truncarlo por la fuerza bruta y el terror. Cada mujer asesinada quiere ser un escarmiento del género dominante al género dominado que trata de dejar de serlo.

Por eso es tan importante que los hombres apoyemos el proceso de emancipación de las mujeres, porque es un asunto de vida o muerte y porque la única forma de no acabar englobados en el bando de los victimarios, es alinearnos con las víctimas y hacerlo de modo activo. ¿Cómo? Adoptando los criterios siguientes:

Primero. Apoyando toda iniciativa legislativa o administrativa contra esta lacra.

Segundo. Denunciando todo caso de violencia de género, hostigamiento, acoso, etc.

Tercero. Erradicando todo comportamiento machista em nuestro entorno, desde los piropos hasta los chistes verdes. La violencia de género empieza a incubarse en la tolerancia con estas actitudes por considerarlas "inocentes".

Cuarto. Inculcando en nuestros hijos el rechazo rotundo a toda violencia, especialmente la de género.

Quinto. No tolerando las bromas con lo "políticamente correcto" en materia de género que es donde también se incuban por desidia los comportamientos violentos.

Hay más. Que cada uno incluya la que quiera. Lo que está claro, a mi entender, es que la emancipación de los hombres depende de la de las mujeres.

(La imagen es un grabado de Durero titulado Hombre violento, 1494.)

diumenge, 24 de febrer del 2008

Somos iguales en todas partes..

INTERESANTE OFERTA EDUCATIVA.

CLASES DE VERANO PARA HOMBRES.

CENTRO DE APRENDIZAJE PARA TODA LA VIDA.

LA INSCRIPCIÓN DEBERÁ TERMINARSE EL LUNES, 29 DE FEBRERO DE 2008.

NOTA: A CAUSA DE LA COMPLEJIDAD Y DIFICULTAD DE LOS CONTENIDOS, EL AFORO DE LAS CLASES SE LIMITARÁ A 8 PARTICIPANTES COMO MÁXIMO.

Clase 1. Cómo llenar las bandejas de cubitos de hielo.- Paso a paso con presentación de diapositivas.

Cuatro semanas, de lunes a miércoles, dos horas a partir de las 19.

Clase 2. El rollo de papel higiénico, ¿se cambia solo? Debate en mesa redonda.

2 semanas, sábado de 12:00 a 14:00.

Clase 3. ¿Es posible orinar mediante la técnica de levantar la tapa del retrete y evitar el suelo, las paredes y la bañera cercana? Práctica en grupo.

4 semanas, sábado de 10:00 a 12:00.

Clase 4. Diferencias fundamentales entre el cesto de la ropa sucia y el suelo. Imágenes y gráficos explicativos.

Sábados a las 14:00, tres semanas.

Clase 5. Platos ¿Pueden levitar y volar hasta la pila de la cocina? Ejemplos con vídeos.

Cuatro semanas, martes y jueves, dos horas, de 19:00 a 21:00.

Clase 6. Pérdida de identidad-Perdiendo el control remoto de tu Otro Significativo. Línea de apoyo y grupos de ayuda.

Cuatro semanas, viernes y domingo, a las 19:00.

Clase 7. Aprendiendo a encontrar cosas. Se empieza mirando en el sitio adecuado, sin poner la casa patas arriba mientras se dan gritos. Foro abierto.

Dos horas los lunes a las 20:00.


Clase 8. Observatorio de la salud.- Traerle flores no perjudica su salud.Gráficos y cintas de audio.

Tres noches: lunes, miércoles y viernes, dos horas desde las 19:0O.

Clase 9. Los hombres de verdad preguntan direcciones cuando se pierden. Testimonios de la vida real.

Martes a las 18:00 Lugar pendiente de confirmación.


Clase 10. ¿Es genéticamente imposible permanecer callado mientras ella estaciona en paralelo? Simulaciones de conducción.

4 semanas, dos horas sábados a mediodía.


Clase 11. Aprendiendo a vivir. Diferencias básicas entre una madre y una esposa.

Clases online y simulación de roles.

Martes a las 19:00; lugar pendiente de confirmación.

Clase 12. Cómo ser el compañero ideal de compras. Ejercicios, meditación y técnicas de respiración.

4 semanas, martes y jueves dos horas a partir de las 19:00.

Clase 13. Cómo combatir la atrofia cerebral. Recordando cumpleaños, aniversarios y otras fechas importantes y llamando por teléfono cuando uno va a retrasarse. Terapia de shock cerebral y lobotomías completas.

Tres noches, lunes, miércoles y viernes, dos horas a las 19:00.

Clase 14. El horno. Qué es y cómo se usa. Ejercicios con hornos reales.

Martes a las 18:00, lugar pendiente de confirmación.

Al terminar cualquiera de los cursos se entregarán diplomas a los supervivientes.

(La imagen es una foto de La chiquita con una licencia de Creative Commons)

dijous, 20 de desembre del 2007

Baby Doll.

Merece la pena mirar este video de Marisa Crespo y Moisés Romera. Es muy fuerte.

Gracias, Jaime.

dijous, 11 d’octubre del 2007

Convocatoria.

Una Asamblea de hombres en contra de la violencia de género convoca a una manifa para el próximo 20 de octubre y antes, para recaudar fondos, a una fiesta con proyección del documental Macho, con entrada gratuita el día once de octubre, mañana, en el Patio Maravillas, en Madrid. La convocatoria se encuentra aquí.

La violencia de género, el drama sordo que viven muchísimas mujeres (y, con ellas, sus familiares directos, hijos, hermanos, padres) en nuestro país y en todos los demás, no tiene límites ni conoce diferencias de clase, credo religioso, etnia, edad o color de los ojos. Es una lacra que ha estado latente pero deliberadamente ignorada a lo largo de los siglos a causa del carácter patriarcal de la mayor parte de la historia de la humanidad. Una lacra que había que esconder con el mismo pudor mal entendido con que había que ocultar las enfermedades.

Está claro que un fenómeno tan extendido y oculto no se puede resolver con una única medida y hay que insistir en la necesidad de abordarlo de forma transversal, aplicando siempre en nuestra acción social una "perspectiva de género". Y entre acción y acción, mucha publicidad. Este crimen, que se da en la intimidad de los matrimonios pero también de las parejas de hecho y hasta de los meros "noviazgos", prospera en la oscuridad y el silencio. Su exposición a la luz y al aire libre contribuye a acabar con él como si fuera un ser anaerobio.


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dimarts, 4 de setembre del 2007

Más machismo, que es la guerra,

En los novelones y melodramas de fines del XIX y primeros del XX había frecuentes crímenes pasionales. Un tipo de ellos consistía en que la mujer despechada, presa de los celos, arrojaba un frasco de vitriolo, o sea ácido sulfúrico, al rostro de la odiada rival. Esto del vitriolo acabó siendo un crimen "femenino". Los hombres resolvían el asunto a palos, por arma de fuego o por arma blanca. Por eso, el crimen de ayer en Madrid en el que un hombre roció con líquido corrosivo (parece que ácido clorhídrico) el rostro de su esposa en plena calle, tiene los elementos de un melodrama clásico, aunque con el sexo cambiado. Por cierto, se trata de rumanos. Es muy elevada la cantidad de extranjeros (comunitarios y no comunitarios) implicados en incidentes de violencia de género. Según estadísticas del Instituto de la Mujer la cantidad de extranjeras involucradas (supongo que básicamente como denunciantes) en casos de violencia de género, delitos o faltas, en 2003 supuso el 20,95% del total de mujeres denunciantes, un descenso respecto al 22,77% del año anterior cuando prácticamente de cada cuatro mujeres que padecían violencia de género una era extranjera. O sea, la violencia de género parece cebarse en los extranjeros ya que estos representan a lo más, el 10% de la población.

Esto, naturalmente, no significa que se haya de ser más proclive a infligir o padecer violencia de género por ser extranjero. Pensarlo sería estúpido. La violencia no sabe nada de permisos de residencia. Lo que sí es cierto es que los extranjeros, sobre todo si son inmigrantes y muy especialmente si además son ilegales viven en situaciones de tensión que exacerban los comportamientos conflictivos y violentos. Las condiciones materiales de vida tienen aquí su importancia pero no explican la violencia porque ésta se da en todos los estratos sociales.

La violencia es un recurso masculino que se ejerce individualmente pero se justifica colectivamente. Cada vez que se cuentan chistes machistas en las sobremesas se está justificando, como cuando se alardea de comportamientos que sojuzgan a las mujeres o las humillan. Esto de la violencia tiene una clara nota de afirmación patriarcal. Véase el magnífico cuanto insólito cuadro en la abundantísima producción del genio Dégas, La violación, que se encuentra en el Museum of Art, (Col. Henry P. McIlheny), Filadelfia. EEUU. La violación es un recurso al que los hombres echan mano individual o colectivamente. Basta con ver esos ejércitos que reciben orden de violar a todas las mujeres del enemigo que encuentren.

Por cierto, en la relación entre la violencia y el sexo hay aspectos turbios, difíciles de digerir. Recuerdo haber leído a las señoras Deutsch y Horney hablando, desde puntos de vista distintos, de un comportamiento masoquista en las mujeres. Otros especialistas, sin embargo, dicen que estas teorías son puras aberraciones machistas y que las mujeres tienen tantas ganas de que las maltraten, violen y asesinen como los notarios o los guardacoches. En tanto los especialistas se ponen de acuerdo, lo más sensato que puede hacerse es echar mano a los maltratadores en cuanto se pueda, prevenir la agresión si es posible y castigarla con rapidez y contundencia cuando se produzca.Todos los años muere una cantidad exagerada de mujeres a manos de sus parejas, ex parejas, postparejas o preparejas. Y eso cuando no mueren los bebés; aunque en esto de los bebés las mujeres tampoco se quedan atrás. Siempre paga el pato el más débil

Veo en El Mundo un video que es un corto de David Planell que se llama subir y bajar, un retrato contundente de la situación de tensión, angustia y miedo en que viven las víctimas de la violencia de género. Está aquí.

La verdad es que estas situaciones son insufribles y mucho más extendidas de lo que se cree. Con todo, si así nos parecen ahora que hay posibilidad de denunciarlas, hacerlas públicas, hay que imaginar cómo era la vida de las mujeres antes de que comenzara el proceso de emancipación, en el siglo XIX en que sólo eran visibles en ciertas ocasiones y en otras eran perfectamente invisibles, como si no existieran, igual que en una sociedad islámica.

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dimecres, 6 de juny del 2007

Violencia machista.

En la última semana ha habido siete casos de asesinato de mujeres a manos de sus parejas o ex-parejas y la siniestra contabilidad de la violencia de género sigue aumentando. Sin duda las medidas de todo tipo que se han tomado y continúan tomándose, de carácter legislativo, judicial, policial, etc. presentan muchas insuficiencias pero, en líneas generales muestran una preocupación social genuina y un deseo bastante generalizado de poner coto a esta barbarie.

Lo que sucede es que para conseguir éxito en el empeño hay que cambiar la mentalidad de la gente, tanto hombres como mujeres, y eso no es fácil, ni se consigue de la noche a la mañana. Largos siglos de sometimiento de las mujeres a los hombres, prácticamente sin límite alguno, de aceptación y hasta de idealización de prácticas violentas no se borran de un plumazo. ¿Quién no se acuerda de la expresión "crimen pasional", que suponía una exculpación del criminal siempre que hubiera cometido su delito "cegado" por los celos? Son siglos embelleciendo la violencia de género como algo fatídico pero normal, hermoso, trágico. El cuadro de Frida Kahlo, "Unos cuantos piquetitos" horroriza por lo que tiene de consideración, digamos, ordinaria del hecho bestial.

Hoy cuando sale a subasta por un pastón una de las obras más famosas de Julio Romero de Torres, quien "pintó a la mujer española", cabe recordar uno de sus cuadros más famosos, Cante Hondo, una bellísima alegoría andaluza y una interpretación simbólica de la poesía y el alma de su pueblo, cuyo punto central en primer plano, es un asesinato de género del que, pintorescamente, se sigue que hemos de solidarizarnos con el dolor del asesino y no con la asesinada.

Mientras sigamos considerando como obras de arte relatos o imágenes que se sustentan en actos de violencia y crímenes machistas es evidente que tendremos un problema a la hora de ponerles coto. Y el asunto es difícil porque son obras de arte como de hecho lo es uno de los óleos más famosos de Magritte, verdadera quintaesencia del surrealismo y en el que se vuelve a hacer hincapié en la interpretación torcida, ya que se llama "El asesino amenazado", dando preeminencia a la peripecia del hombre sobre la de la mujer cuya muerte no pasa de ser una mera anécdota que da pie a la historia.

Efectivamente, no es fácil cambiar una mentalidad que se ha ido acuñando a lo largo de milenios, que tuerce nuestro juicio estético al extremo de hacerle pasar por encima del moral (¿qué diferencia hay entre estas imágenes y las concepciones del Marqués de Sade?) y que aún hoy sigue vigente en amplísimas partes del planeta. Véase, si no, el cartel de la derecha, una admonición oficial de la República Popular China en los años 70 en contra de la violencia machista.

Y no es fácil porque la emancipación de las mujeres, que tengo por la más importante revolución de todos los tiempos, consecuencia y superación de las revoluciones burguesas de los siglos XVIII y XIX, suscita la correspondiente resistencia en la parte masculina que ve cómo pierde privilegios que tenía como ley natural. No hay que cejar ni un instante en el empeño y no hay que desanimarse ya que aún ha de correr más sangre, a medida que las mujeres consigan vivir sus vidas en pie de igualdad con los varones. La libertad no se obtiene graciosamente; hay que conquistarla.