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diumenge, 14 d’octubre del 2018

Las musas del teatro en Lledoners

Iba a poner Talia en Lledoners, pero recordé que el teatro tiene dos musas, Talia, la de la comedia y Melpómene, la de la tragedia. Y como El meu avi va anar a Cuba es una tragicomedia, debería titular con las dos y me pareció pedante. Así que quedaron las musas.

Porque, en efecto, representamos la obra de Marcel Vilarós ante los internos del Centre Penitenciari de Lledoners, entre ellos, los presos políticos. Lo hicimos con aplauso de público. Un honor y una ocasión única para vivir la prisión desde dentro y tener una idea de cómo la viven los internos. Una satisfacción departir con ellos y comprobar en directo el fuerte estado de espíritu de los presos indepes. Vamos, que si los de fuera escalan cimas de montañas, los de dentro, las escalan de ánimo. 

En las fotos, de izquierda a derecha, el asesor histórico (porque la obra tiene un fondo histórico real), los cuatro fantásticos actores, pilares de la obra (un aplauso para Anna Vendrell, de fabulosa versatilidad), el general Valeriano Weyler y el autor de la obra, en la foto de la izquierda; y la esposa del general en la de la derecha. ¿A que están todos/as radiantes? Prueba de que, como se lee en los Hechos de los Apóstoles, 20: 35, "mejor es dar que recibir". Los bártulos en primer plano, todo lo que la compañía fue autorizada a pasar: las vestimentas. En el escenario, dos sillas y una mesa. El resto, el teatro. Talia y Melpómene.

La obra habla de Cuba y Catalunya o, con un neologismo, Cubalunya, que suena un poco como el Sóngoro cosongo. 

dilluns, 9 d’abril del 2018

Palinuro en la guerra de los mambises

¡Pues no estoy contento ni nada! El próximo 13 de abril, viernes, en riguroso estreno mundial, se pondrá en escena la obra de mi amigo, el dramaturgo Marcel Vilarós, El meu avi va anar a Cuba. Lugar, Mataró (Foment mataroní) a las 20:00. Y Palinuro tiene un papel, corto, pero decisivo dado que es el del general Valeriano Weyler, capitan general de Cuba cuando la última (tercera) guerra de los mambises, que acabó con el ficticio poder imperial español en 1898 y hombre que pasó a la historia por ser quien inventó las "aldeas de concentración", que fueron luego los "campos de concentración" de Lenin, que los llamaba Konzentrationslager, en alemán para que sonaran peor; y, por fin, los acogieron los teutones y los refinaron, distinguiendo entre meros Konzentrationslager y los Vernichtungslager, o "campos de exterminio". Sin duda, un adelanto científico.

La obra toma título de una vieja habanera catalana que tots els nens catalans coneixen i cuenta la historia de un chaval catalán que se embarca para la guerra de Cuba y las peripecias que allí le suceden. Es una obra de gran calidad teatral, mucha fantasía, sentido poético delicado y extraordinario rigor histórico pues de ello se ha cuidado Victor Camprubí, historiador de contemporánea, que conoce el lugar, las gentes y los hechos mejor que yo mi barrio. 

El drama es una metáfora, un bucle histórico. Versa toda ella sobre la guerra de liberación de Cuba y casi no se habla de Catalunya pero en el aire queda flotando la impresión de que, al hablar de liberación, también se habla de Catalunya.

En fin, es una gran obra y espero que nos veamos allí. Me someto al juicio del público como actor teatral gracias a la paciencia y el magisterio de Marcel que ya está venciendo mí lógico pánico escénico.

Deseadnos molta merda!

dissabte, 7 d’abril del 2018

Palinuro en la guerra de los mambises

¡Pues no estoy contento ni nada! El próximo 13 de abril, viernes, en riguroso estreno mundial, se pondrá en escena la obra de mi amigo, el dramaturgo Marcel Vilarós, El meu avi va anar a Cuba. Lugar, Mataró (Foment mataroní) a las 20:00. Y Palinuro tiene un papel, corto, pero decisivo dado que es el del general Valeriano Weyler, capitan general de Cuba cuando la última (tercera) guerra de los mambises, que acabó con el ficticio poder imperial español en 1898 y hombre que pasó a la historia por ser quien inventó las "aldeas de concentración", que fueron luego los "campos de concentración" de Lenin, que los llamaba Konzentrationslager, en alemán para que sonaran peor; y, por fin, los acogieron los teutones y los refinaron, distinguiendo entre meros Konzentrationslager y los Vernichtungslager, o "campos de exterminio". Sin duda, un adelanto científico.

La obra toma título de una vieja habanera catalana que tots els nens catalans coneixen i cuenta la historia de un chaval catalán que se embarca para la guerra de Cuba y las peripecias que allí le suceden. Es una obra de gran calidad teatral, mucha fantasía, sentido poético delicado y extraordinario rigor histórico pues de ello se ha cuidado Victor Camprubí, historiador de contemporánea, que conoce el lugar, las gentes y los hechos mejor que yo mi barrio. 

El drama es una metáfora, un bucle histórico. Versa toda ella sobre la guerra de liberación de Cuba y casi no se habla de Catalunya pero en el aire queda flotando la impresión de que, al hablar de liberación, también se habla de Catalunya.

En fin, es una gran obra y espero que nos veamos allí. Me someto al juicio del público como actor teatral gracias a la paciencia y el magisterio de Marcel que ya está venciendo mí lógico pánico escénico.

Deseadnos molta merda!

dissabte, 2 de desembre del 2017

Mi abuelo fue a Cuba

Mi amigo Marcel Vilarós ha publicado en forma de libro -y de libro en edición muy maja- su obra de teatro El meu avi va a anar a Cuba ("Mi abuelo fue a Cuba") de próximo estreno en Mataró. Es una pieza magnífica y sumamente actual, al tiempo que de mucho rigor histórico, sobre la guerra de Cuba, las circunstancias sociales de la isla y la peculiar relación de esta con Cataluña. Ya di razón de ella en un post de julio pasado, titulado, Palinuro debuta en el teatro, con motivo de un ensayo de la obra, también en Mataró en el que interpretaba el muy apropiado papel de Valeriano Weyler, el último gobernador militar de la isla. Es el papel que el desenfado de Marcel me ha reservado. Siempre que vaya por Catalunya y coincida con la representación, subiré al escenario a dar los gritos de rigor. El libro viene acompañado de un estudio del historiador Víctor Camprubí, pieza interesantísima que da las claves del contexto histórico en el que se libró aquella guerra y se desarrolla la preciosa historia que ha tejido Marcel. 

Por mi parte, púsele un pequeño prólogo por invitación del dramaturgo que el lector curioso encontrará en el libro en catalán. Se me ocurre que puedo incluir aquí la versión en castellano porque en ella se encuentra mi juicio sobre la obra, con un añadido que corresponde al tiempo pasado desde julio hasta ahora: me identifico con Lluís Claramunt i Rocafort que, habiendo ido a la isla como catalán/español, acabó sumándose a la rebelión cubana. 

El prólogo se títula Menos se perdió en Cuba y dice:

La obra teatral que tengo el honor de presentar no es producto de la casualidad. La casualidad no existe. Todo cuanto sucede, sucede por algo y, si no, hacemos que así sea a base de interpretarlo como nos parezca, pues lo que sucede tampoco sucede si no es a través de nuestra interpretación.

El título de la pieza hace referencia a una vieja habanera muy popular en Cataluña desde comienzos del siglo XX, El meu avi va anar a Cuba, cuya primera estrofa reza: “El meu avi va anar a Cuba/A bordo del Catalá/El millor barco de guerra/De la flota de ultramar.” La narradora de la historia (pues una historia es, narrada a la par que vivida) afirma que la canción está llena de mentiras ya que nada coincide con lo que pasó a su abuelo que sí, se embarcó para Cuba, pero el barco no se llamaba el Català, sino el Monserrat, y no era de guerra, sino un mercante, y otros gazapos. Sin embargo, en realidad, si la canción no fue verdad, se debió a la intervención inesperada del capitán del mercante quien entrega al protagonista los reales necesarios por entonces para librarse del servicio militar, que solo hacían los pringaos. El abuelo embarcó en el Monserrat y no fue a la guerra, pero sí a Cuba. En realidad, a hacer las Américas, afición a la que se entregaban muchos en otros lugares de la Península desde antes de perder el continente pero que había estado sustancialmente vedada a los catalanes desde el inicio de la llamada “aventura de América”.

Con ese ambiguo comienzo arranca la reconstrucción de una historia verdadera en un relato dramático tan sencillo de seguir como refinado y exquisito en su misma estructura. Entre bromas y veras asistimos a un encadenamiento de episodios tan variados en sus contornos que volverían loco a Aristóteles, pues vivimos un periplo, un estructura colonial con sus discriminaciones raciales, una economía sobresaltada por una guerra de liberación que una administración metropolitana tan inútil como inhumana no consigue sofocar y al final, pierde y un desenlace cuyo ingenio corona el acierto de la obra. Trae esta efluvios de la mejor tradición dramática, desde el ánimo burlón de la commedia dell’arte clásica, a la crítica social y pedagogía de las piezas de Brecht. Una obra sobre el pasado y el presente de tres sociedades, la catalana, la cubana y la española a través de las vicisitudes de las personas concretas, las que viven como individuos los afanes de los pueblos.

Fuera cierta o no la canción, la obra transmite un estado de ánimo. Un sentimiento que se ha perpetuado de generación en generación con esa habanera. El sentimiento de la especial relación de Cataluña con la isla que se había intensificado con la prosperidad de la industria textil, llamada a proveer de paño a las tropas que iban a la inacabable guerra de Cuba en sus tres periodos y que también había tenido que ver con la trata de esclavos. Una guerra cuyo remoto recuerdo hecho de nostalgia y algo de ridículo no puede ocultar su carácter cruel y sangriento. Que se lo pregunten a Ciges Aparicio que la sufrió directamente y la dejó reflejada en el cuarto de los terribles Cuatro libros de su vida, al que llamó De la crueldad.

Aquel sentimiento especial venía siendo, en cierto modo, un sentir vicario. Cataluña, integrada en una España que jamás la entendió, así como a ninguna de sus otras partes componentes más o menos forzadas, creía participar en la relación de la vieja metrópoli con la colonia de ultramar, la “perla del Caribe”. En realidad este vínculo venía a reflejar, aunque era distinto, el que unió a España con el conjunto de América y, desde la independencia del continente, concentradamente con Cuba y Puerto Rico.

Porque la verdadera metrópoli de Cuba era Madrid, en donde se tomaban, como siempre, las decisiones políticas que luego afectaban a Cataluña sin que esta pudiera hacer valer su criterio. Las erróneas y autoritarias decisiones. Los planes de autonomía de la isla del general reusense Prim terminaron con su nunca esclarecido asesinato; la relación de España con Cuba siguió siendo de intransigencia contra todo sentido común visto el contexto geopolítico de la isla y los dos capitanes generales que se sucedieron al mando, Martínez Campos y Valeriano Weyler no hicieron sino enconar más los ánimos y encender las batallas de una guerra que no podrían ganar. Así cuando, presionado por todas partes, especialmente los Estados Unidos, el gobierno español aceptó ofrecer un plan de autonomía a la isla con la propuesta de una alianza de cubanos y españoles para combatir a los estadounidenses, los cubanos lo rechazaron, prefiriendo la alianza con los gringos.

El autoritarismo español llevó a una sucesión de guerras: la guerra “de los diez años”, o “guerra grande”, de 1868 a 1878, finalizada precariamente con la paz de Zanjón que firmó un exhausto poder español, debilitado por la simultánea tercera guerra carlista en la Península; la breve posterior, llamada “guerra chiquita” (de 1879 a 1880) y, por fin, la última, la definitiva, de 1895 a 1898, que desemboca en la hispanonorteamericana de ese mismo año. La guerra de la que habla la habanera y la obra.

Esa es ya otra dimensión. Ahora se cierra una historia de ida y vuelta. Cuba como un espejo oscuro. El 98 es una fecha trágica en la historia de España. Da nombre amargo a una generación de la que se supone que surgieron profundas cavilaciones sobre el llamado “desastre” que no deben haber sido tales por cuanto ese momento del 98 abre una crisis de la conciencia nacional española que esta no ha conseguido superar. Y no lo ha hecho porque la magnitud de la derrota confundió de tal modo a los vencidos que no fueron entonces –ni parecen serlo ahora- capaces de aquilatar todo su alcance.

Se dio sin más por perdidos los restos del imperio, según reza la leyenda, en una alegre tarde de toros. Los madrileños fueron a la fiesta y aquí no había pasado nada. Pero sí había pasado y muy hondo. Los primeros treinta años posteriores a la derrota solo vivieron convulsiones: gran conflictividad laboral, una dictadura militar, un república, una guerra civil y otra dictadura militar, esta de 40 años, que puso al país en el último tercio del siglo XX convencido de poder mirar al futuro, pues los problemas del pasado ya se habían resuelto.

De nuevo una quimera. El imperio desmoronándose no podía resucitarse a sí mismo como una nación moderna porque no lo era. El franquismo hizo un uso casi patológico del simbolismo nacional español pero solo consiguió desprestigiarlo al identificarlo desde el principio con las viejas glorias imperiales, de cuya huera retórica estuvo viviendo en medio del hambre y la miseria la dictadura sus primeros 25 años. Posteriormente, cuando las contingencias del desarrollo económico permitieron la modernización del país y se trató de postular una nación avanzada en el espíritu del desarrollismo (el mismo Fraga teorizaba sobre la modernización y la extrema derecha se había hecho tecnocrática) ya era tarde.

Con el fin del imperio en la guerra de Cuba no solo se convulsionó el hasta entonces aletargado sistema de la IIª Restauración heredero del valleinclanesco reinado de Isabel II con sus espadones, sus escándalos, sus intrigas, sus guerras interiores y sus absurdas aventuras imperiales ultramarinas (en América y Asia) y africanas, sino que también se estremeció la estructura misma de España con la aceleración del nacionalismo catalán. Desde entonces, toda la historia del país aparece recorrida por un hilo de conflicto a veces manifiesto, a veces soterrado, entre la España centralista y la aspiración nacional del viejo principado. El meu avi va anar a Cuba es una reflexión y una metáfora de esa peripecia catalana en ritmo cubano. La narradora es la nieta cubana de aquel Lluís inmigrante en el Montserrat que tenía la costumbre de mantener un minucioso y sumamente realista diario gracias al cual la nieta reconstruye la historia del abuelo, que le da la clave de su propia vida, pues ella había sido educada como catalana en la isla independiente.

Ahí es donde está el bucle de la historia. La nieta que regresa a Cataluña con la vida del abuelo en forma de libro para descubrir aun otro dato biográfico que revela el ingenio de Vilarós, llega a una Cataluña como la que despidió a su abuelo, parte de un imperio en el que había flota de ultramar. Ahora ya no hay ultramar, palabra mágica. Ahora, aquella parte del imperio que llegó a sentirse en cierto modo metrópoli sin serlo, quiere serlo.

En España ha sido siempre popular el dicho de “más se perdió en Cuba”, cuando se trata de consolar a alguien por algún contratiempo o desgracia. Si, a ejemplo de la metáfora de la obra, Cataluña sigue el destino de Cuba, convendrá, a fuer de realistas, cambiar el signo del dicho y convertirlo en “menos se perdió en Cuba”.

dijous, 6 de juliol del 2017

Palinuro debuta en el teatro

Sí, señoras, y haciendo nada menos que de general Valeriano Weyler, al tomar el mando de la tropa española en la 3ª guerra de Cuba con unas ideas muy claras de cómo compaginar la eficacia militar con los derechos humanos de la población. Lamento no tener mejor imagen, aunque esta, tomada en vídeo por mi hijo Héctor con su móvil, tiene su aquel. Así no se nota lo malo que soy arengando tropas.

Mi amigo, el dramaturgo Marcel Vilarós, ha escrito una pieza llamada El meu avi va a anar a Cuba, correspondiente al título de una vieja habanera que, al parecer, conoce todo el mundo en Cataluña. Es un texto magnífico, un resumen de la guerra de entonces que funciona como explicación y metáfora del actual conflicto catalán así como una historia sentimental, profunda, literaria, poética. Es un relato como un mosaico que va componiéndose de variadas formas a lo largo de la historia y concluye con un final espléndido.

Marcel me pidió un prólogo. Lo escribí y lo titulé Menos se perdió en Cuba, sin ninguna mala intención. El caso es que el otro día, aprovechando mi paso por Barcelona, me autoinvité al ensayo general de la obra que se hizo en Mataró, en unos locales muy apropiados para estos menesteres de la gente de la farándula. La compañía de Marcel se llama Teatre Blanc y negre y, su elenco es una gente magnífica, muy bien integrada, con buena dirección y capaz de representar conflictos profundos de la condición humana con sencillez, alegría y un punto de farsa y un montaje minimalista. Un privilegio ver el primer ensayo general de la obra y más aun participar en ella, dejando alto el honor de España frente a criollos felones, rebeldes mambises, esclavos fugados y los Estados Unidos de América.

Gracias amigxs y, ya sabéis, mucha mierda.

divendres, 31 d’agost del 2012

Estampas del verano. Carromero, si te llamaras carroñero...

Un ciudadano español comete tantas infracciones de tráfico que la autoridad se ve obligada a incoarle expediente para retirarle el permiso de conducir. A continuación, lo primero que hace ese ciudadano es presentarse en Cuba y alquilar un coche sin preocuparse gran cosa por asuntos de legalidad ya que Cuba,  al fin y al cabo, es una excolonia de España, actualmente bajo dominio comunista, con lo que no es preciso pararse en menudencias. Una vez al volante se arrea una castaña y mata a dos ocupantes del vehículo de nacionalidad cubana. Las autoridades lo detienen y quieren juzgarlo, acusado como está, de un doble homicidio.
¿Hay algo extraño en esta noticia? Nada en absoluto. El ciudadano Ángel Carromero ha actuado con imprudencia y temeridad, ha causado la muerte de dos personas en otro país soberano. Que lo juzguen y lo condenen, si tienen que cndenarlo, y aquí paz y después gloria.
- Un momento: ¿quién paga la defensa de Carromero? 
- El ministerio de Asuntos Exteriores español. 
- ¿Por qué? ¿Paga ese ministerio (es decir, todos nosotros) siempre las defensas de los españoles procesados penalmente en países extranjeros? 
-  No, claro.
- Entonces, ¿por qué esta sí?
- ¡Ah! Es que Carromero no es un español cualquiera, un turista o un viajero por asuntos de negocios. Carromero es un agente español en territorio cubano.
- ¡Caramba, qué emocionante! ¿Un agente del CESID? ¿Un espía? 
- No, no, por favor: un agente del PP. Es un dirigente de las juventudes del partido, de Nuevas Generaciones. Un miembro del servicio exterior de la gestapillo a las órdenes de Esperanza Aguirre.
- ¿Y qué misión cumplía el tal Carromero en Cuba por órdenes del PP, de la gestapillo y de Aguirre?
- Contactar con la oposición a Castro, darle instrucciones, coordinar la acción y, desde luego, financiarla.
- O sea, llevaba dinero sin declarar en aduana para untar a la oposición anticastrista.
- Bueno, eso es muy crudo. Llevaba unos dinerillos para ayudar...
- ... para subvencionar, vamos. Como si fuera la enseñanza del Opus.
- ... para ayudar a los héroes que luchan por la democracia y la libertad en esa idílica isla sometida a la peor tiranía comunista.
- ¿Mucho dinero?
- No mucho. Ya se sabe que en Cuba un euro es una fortuna. Llevaba 4.000 euros.
- Y ¿de dónde salen esos 4.000 euros? ¿Del bolsillo personal de Carromero? ¿Del de Aguirre? ¿Hay constancia documental de ese pago? ¿Quién dio la orden? ¿Medió algún interventor o auditor o, simplemente se pillaron 4.000 euracos para organizar actividades subversivas en Cuba?
- Bueno, la lucha por la libertad...
- Actividades subversivas, ilegalidades, probablemente delitos.
- Es usted un radical, Palinuro.
- Y ustedes unos sinvergüenzas, ladrones, agentes provocadores y demagogos que esquilman a su propio pueblo, le recortan sus ingresos y derechos pero se funden la pasta repartiéndola entre agentes en países extranjeros con el fin de crearles problemas que luego permitan seguir con su discurso aislacionista e intervencionista.
- Eso no va a ayudar a nuestro compatriota.
- Su compatriota, oiga; no el mío. Yo no he enviado a nadie a interferir en los asuntos internos de otro Estado y mucho menos a un irresponsable que no sabe conducir; no le he dado dinero de procedencia misteriosa para engrasar la oposición en el país; no lo he amparado posteriormente y me parece de juzgado de guardia que sigan ustedes robando dineros públicos para pagar la defensa de un agente suyo ilegal y supuestamente homicida.
- No hable tan alto, hombre; sea discreto. En estos momentos el ministerio de Asuntos exteriores trabaja denodadamente para conseguir beneficios penales para el señor Carromero.
- En estos momentos, el presunto delincuente Carromero, que fue a un país extranjero a encizañar y atentar contra las leyes de la hospitalidad, el 007 de tres al cuarto, lo que tiene que hacer es colaborar con la justicia cubana. Ya se sabe que, al final, todos los gobiernos son parecidos y el cubano acabará soltando a Carromero para que cumpla condena en España. Si yo fuera ese gobierno, no lo permitiría.
- Es legal. Hay convenios entre los dos países que lo establecen. Y no dude usted de que Esperanza Aguirre, siempre leal con sus ayudantes y colaboradores, moverá Roma con Santiago para que se apliquen.
- Lo que Esperanza Aguirre debiera hacer si esto fuera una democracia seria y no la verbena del PP sería comparacer en sede parlamentaria, explicar por qué tiene que meter sus narices en los asuntos internos de Cuba, qué nueva gestapillo tiene montada, quién es el menda Carromero, de dónde han salido los 4.000 euros y gastos adyacentes (viaje de Carromero, suponemos que en clase turista), dietas, pagos varios, etc., decirle a su agente que tenga la bondad de costear su defensa y, por último, dimitir.
(La imagen es una foto de LisASckart, bajo licencia Creative Commons).

diumenge, 17 d’abril del 2011

La NEP cubana.

Uno de los rasgos de los extintos sistemas comunistas solía ser que los congresos del partido único o dominante carecían de periodicidad. No se convocaban con regularidad mecánica sino cuando la élite dirigente lo consideraba necesario normalmente a causa de algún tipo de crisis. El VI congreso del Partido Comunista Cubano (PCC) a los catorce años del anterior corrobora esta constante. La crisis, y no menuda, en esta ocasión es la necesidad de recortar gasto público y privatizar. Igual que en los demás países del mundo. El socialismo no salva a Cuba de la crisis que es global, ni de hacer eso que se conoce bajo el eufemismo de los ajustes y que básicamente quiere decir que la crisis van a pagarla los que menos culpa tienen en su explosión.

Lo que el Congreso encuentra encima de la mesa como propuesta de la dirección política es el recorte del gasto público poniendo en la calle a millón y medio de funcionarios y la apertura de una gran cantidad de actividades a la iniciativa privada. Asimismo están previstas otras medidas restrictivas cuyos efectos se prevén duros como la supresión de las cartillas de racionamiento. Esto es una NEP al estilo bolchevique de los años veinte y con la misma excusa: dar un paso atrás para seguir avanzando. Pero si en Rusia se hizo a los cinco años de la revolución, en Cuba se hace a los cincuenta y esa diferencia es la clave de este desastre. Las demás cuestiones sobre si Castro, el liderazgo, su hermano, el significado de la Revolución y el romanticismo de Sierra Maestra son asuntos de menor cuantía.

Ahora viene el debate o lo que pasa por tal en el seno de la izquierda. Un debate en el que no es difícil prever que los que más gritan acusando a los demás de gusanos contrarrevolucionarios al menor asomo crítico frente a la inquebrantable adhesión serán los mismos que hagan la enésima cuadratura del círculo y afirmen que las privatizaciones y otras medidas de libre mercado no son antisocialistas sino, al contrario, la manifestación misma del socialismo y la clarividencia del PCC y de una revolución que avanza imparable hacia su meta final...

La imagen es una foto de xornalcerto, bajo licencia de Creative Commons).

dijous, 6 de gener del 2011

El entierro del pasado.

Hay dos noticias en este comienzo de año y decenio que llaman la atención por el desconcierto y la nostalgia que despiertan: el fin de la revolución cubana y el ascenso al puesto de mando mundial de la China. Son noticias que vienen a sacudir la ya atribulada conciencia de la izquierda, su incierta y dubitativa identidad.

Cuba se apaga. Los planes de amputación del Estado en la isla superan en mucho los más drásticos recortes conservadores y neoliberales. Probablemente deba ser así porque en otros lugares ya no había en dónde recortar pues era y es una economía de supervivencia. Los fieles a la causa dirán que se trata de reformas para preservar el espíritu del socialismo. El espíritu es posible; la práctica, desde luego no, cuando está prevista la privatización del cincuenta por ciento de la economía. Es el primer cincuenta por ciento; después vendrá el segundo y Cuba volverá al redil capitalista mundial con ciertas peculiaridades en su estructura social que provocarán crisis pero poco más. Si Cuba se apaga los mismos fieles achacarán su hundimiento al bloqueo y otras circunstancias exteriores adversas. Quizá tengan razón pero el hundimiento no por ello será menos completo.

Hay en el medio siglo de la revolución cubana mucha memoria y cultura para mucha gente. Cuba fue visible como no lo había sido nunca ningún país latinoamericano. Ahora esa visibilidad tendrá otro cariz. En cierto modo el destino del Che Guevara preanuncia el de su revolución.

Con la China ocurre algo similar en el impacto que no en su carácter. La China no sólo no se hunde sino que emerge como líder mundial. La China manda. Lo ha dejado clarísimo el Viceprimer ministro chino, Li Kejiang, al que la opinión ya ha bautizado con encomiable acierto como Mr. Marshall porque ha venido a repartir miles de millones, a apuntalar el sistema capitalista mundial en una de sus peores crisis. No es Rey Mago solamente para España, también parece traer regalos para Alemania y Gran Bretaña. Sobre todo trae confianza materia prima de la crisis.

Pero la China es un país oficialmente comunista, regido de modo dictatorial por un Partido Comunista que monopoliza los tres poderes del Estado y dentro del cual se gestan las carreras políticas de los miembros de la élite gobernante, los mandarines comunistas. No sé si el país tiene partidarios hoy en la izquierda. Se oye decir mucho que la China sólo es aparentemente comunista porque en ella existe la iniciativa privada y se dan formas tremendas de explotación de la clase obrera. Si el sistema político chino es capaz de mantenerse cerrado mientras administra un sistema económico abierto es cosa que está por ver. De momento lo es y no hay duda de que el sistema económico es muy abierto y muy competitivo, algunos dicen que depredadoramente competitivo.

En todo caso China manda y no da la impresión de querer ser un mando imperial a la antigua usanza, de dominio militar, político y cultural. Antes bien, pues que la China no tiene tradición expansionista (asunto distinto es lo que ocurra dentro de sus fronteras) cabe pensar que su intensa presencia internacional se concibe más como el de árbitro. O sea, se pasa de los que los ingleses llaman Empire a lo que llaman Umpire. Lo único problemático es la abismal diferencia cultural entre la China y el resto del mundo, algo que tendrá que cambiar, aunque no sepamos cómo. Hay en marcha una revolución cultural mundial sobre la que la izquierda debería tener algo que decir si no le asusta la otra revolución cultural que la izquierda china puso en marcha hace cuarenta y tantos años. Cuba se apaga, pero se enciende la China. Se apaga una llama y se enciende una hoguera. Pero lo que está claro es que el país no es un factor de revolución anticapitalista permanente o no permanente.

En ambos casos, Cuba y la China, la izquierda pierde sus últimos dos y ya muy problemáticos referentes de carácter propositivo, esto es, los ejemplos que podían ponerse acerca de la realidad práctica de las teorías. La pérdida afecta a la teoría que ahora se ha quedado en una desconcertada negatividad, sin capacidad de propuesta alguna. No hay modelo orientativo cualitativamente diferente del capitalista. Con ello sólo queda por reconocer que los modelos posibles no pasan de ser reformas del capitalismo que alguien criticará como justificaciones o embellecimientos de la explotación.

Siempre se dijo que el capitalismo era radicalmente injusto porque suponía la explotación del hombre por el hombre. Es verdad. Y no sólo el capitalismo: todos los modos de producción incluido, como se ha visto y se ve, el socialista. El ideal de la izquierda, abolir esa explotación del hombre por el hombre, sigue vivo. Y la izquierda sigue sin saber cómo hacerlo realidad.

(La imagen es una foto de Luiz fernando / Sonia Maria, bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 26 d’octubre del 2010

Cuba, perla de las Antillas.

Trinidad Jiménez se ha estrenado con buen pie, en una gestión coronada por un relativo éxito que ha tenido la gentileza de tributar a su antecesor. Digo relativo porque lo suyo habría sido que el Consejo de Ministros de Exteriores de la UE hubiera aceptado sin rechistar la petición española en relación con Cuba, consistente en "flexibilizar" (lo que en lenguaje diplomático quiere decir suprimir) la posición común, abriéndose a las relaciones bilaterales (UE/Cuba) en un diálogo y una colaboración para ayudar a la transición democrática en la Isla. Y no ha sido así del todo. La UE se da un plazo de unos dos meses para tantear el terreno antes de acceder por entero al requerimiento español. Al fin y al cabo, la posición común de dar con la puerta en las narices a Castro se adoptó en 1996 a petición de España, gobernada entonces por el PP con José María Aznar al mando.

Es una especie de costumbre no escrita en la UE que las viejas metrópolis coloniales ejercen en cierto modo de lobbies en favor de sus antiguas colonias en sus relaciones con la UE, sobre todo si las tales metrópolis (París y Londres, por ejemplo) mantienen lazos orgánicos con sus ex-colonias. En función de ese criterio se adoptó la posición común, según el giro radical que Aznar imprimió a la política de España para Cuba, adhiriéndose por entero a la posición estadounidense y respaldando sin reservas la inicua Ley Helms-Burton que endurecía el bloqueo a la isla. Era un giro en toda regla no ya en relación a la política de los gobiernos socialistas anteriores sino, incluso, en relación a la de la Dictadura, pues Franco siempre mantuvo las relaciones con Cuba a pesar de los feos que le hacía Castro. Y hasta en relación con su propio partido pues su fundador, Fraga, siempre ha cultivado excelentes relaciones con la isla y personales con Castro. Ya desde el comienzo de su mandato Aznar dio pruebas de que se consideraba como una especie de gobernador del Estado más oriental de la Unión, España. La confirmación le vino en las Azores.

Cubanacán, Cuba, la última colonia que pierde España en el XIX, junto a Puerto Rico, Filipinas y diferentes islotes, es la que ha mantenido más lazos con la Madre Patria. Está llena de descendientes de gallegos y asturianos. Esa Cuba ganó mucho cuando los rebeldes de Sierra Maestra expulsaron a Batista, entraron en La Habana y proclamaron la isla "territorio libre de América". Ahí, por cierto, nació la bebida cuba libre. En el subconsciente de los españoles que por entonces tenían bases yanquis en su territorio y voluntarias, no a la fuerza como en Guantánamo, la victoria de la revolución cubana fue una especie de venganza por la derrota en la guerra del 98. Porque los cubanos habían expulsado a Batista pero de quien se declaraban libres era del imperialismo yanqui. Así que ponerse del lado de los yanquis en contra de los cubanos no se le ocurrió ni a Franco. Pero sí a Aznar.

Ahora parece que se ha articulado una especie de frente del "no" a Cuba en la UE en el que se cuentan, entre otros, Suecia, Alemania y la República Checa, lo suficiente para bloquear la decisión dado que la posición común ha de adoptarse por unanimidad. Así se desbarató ya el primer intento "flexibilizador" de Moratinos en el primer mandato de su gobierno (si bien se levantaron las sanciones) y ahora se impone una especie de "periodo de reflexión". A la ministra Jiménez le queda tajo hasta hacer aceptar sin más el criterio español en virtud de la relación especial.

Tiendo a pensar que un bloqueo que dura cincuenta años y no ha conseguido nada debe considerarse un fracaso cuya primera consecuencia debiera ser cambiar radicalmente el enfoque. Suprímase el bloqueo, flexibilícese la posición común, restablézcanse relaciones normales con Cuba, sólo por pura coherencia y honradez. Si se mantienen y fomentan dichas relaciones con la China, a la que se acusa de mayores violaciones de derechos humanos que a Cuba, ¿por qué no con Cuba? Porque China es poderosa y Cuba no, razón que convierte en hipocresía la aparente moralidad de la posición común y, por supuesto, el bloqueo.

Además de esta razón de principios también hay una táctica para pedir la normalización de las relaciones con Cuba: si se restablecen relaciones normales y Cuba puede prosperar, la democracia vendrá por su propio pie.

(La imagen es una foto de K. Hurley, bajo licencia de Creative Commons).

divendres, 28 d’agost del 2009

Colombia, punta de lanza del imperio.

Por esto quieren los gringos desunidos a los que llaman sus "aliados y amigos", porque siempre encontrarán entre ellos a alguno dispuesto a sacrificar la soberanía de su país en uso de la soberanía de su país. Si Europa no es una sino treinta y tantos países siempre habrá un Aznar o un Blair dispuestos a romper el consenso europeo y seguir a los gringos en sus aventuras militares, guerras de expansión o de rapiña. Si América Latina no es una sino asimismo veintitantos Estados, siempre habrá un Álvaro Uribe dispuesto a allanar el camino a la presencia militar gringa o, como es el caso, en realidad, a aumentarla decisivamente, dado que ya hay cientos de militares estadounidenses destinados en Colombia.

Dice Fidel Castro, ultimamente dedicado a analista político, función en la que tiene buenos y malos momentos, siendo este de los malos, que las nuevas bases estadounidenses en Colombia pretenden acabar con Chávez en Venezuela. Es posible pero sólo como efecto colateral. Lo que pretende el Imperio con la nueva medida es controlar mejor la región militarmente. Varios dirigentes, como Lula da Silva, están inquietos y otros, como Hugo Chávez, están indignados y dan a entender cierta predisposición al uso de la violencia. Baladronadas. La incapacidad de las regiones para unirse políticamente y no sólo las multiculturales como Europa sino también las monoculturales como América Latina, es decir, la incapacidad para hacer lo que sí supieron hacer los Estados Unidos es la única responsable de esta situación de supeditación política y militar que tanto las molesta pero contra la que nada pueden hacer. Las fronteras en América del Sur se deciden en América del Norte igual que, en buena medida, las fronteras en Europa.

La cuestión geopolítica de la presencia militar de los gringos a lo largo y ancho del planeta es asunto curioso, lleno de enseñanzas de psicología colectiva. En Europa, por ejemplo, conviven un difuso antinorteamericanismo en España con un pronorteamericanismo en Italia no menos difuso que el español pero suficiente para que Italia admita las bases yankees que los españoles no quieren. En América Latina el antinorteamericanismo es casi una seña de identidad. Puede decirse que la popularidad y el apoyo de que goza Fidel Castro en el continente no arranca del socialismo de la sociedad cubana ni de su propuesta revolucionaria sino de su cerrado patriotismo y sentido de la independencia nacional frente a la expansión gringa. Esa rebeldía ante los Estados Unidos es la que da a Fidel la estatura heroica con que lo ven los pueblos de la región.

Pero donde hay un Fidel también hay un Álvaro Uribe.


(La imagen es una foto de Piutus, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 19 d’abril del 2009

Una cumbre a la izquierda.

La cumbre de las Américas está resultando un espectáculo previsto. El señor Obama, muy bien recibido, es el punto de referencia de todas las intervenciones. El peso de la izquierda en la reunión se hace sentir. Daniel Ortega, el presidente de Nicaragua, se largó un discurso antiestadounidense de cincuenta minutos, Evo Morales dijo que esperaba que fuera la última cumbre sin Cuba y Hugo Cávez regaló a Obama Las venas abiertas de América Latina, la requisitoria de Eduardo Galeano contra el expolio secular del subcontinente. Está claro: la cuestión es Cuba, lo que representa una especie de autoafirmación de América Latina frente a los EEUU.

Algunos observadores han llamado la atención sobre el hecho de que la raza del presidente estadounidense esté teniendo una importancia en este viaje que no tuvo en Europa. Varios mandatarios han hecho referencia a la négritude del señor Obama y él mismo se ha referido a ella en algunas ocasiones, dandose así a entender que, por el hecho de ser negro, podrá comprender mejor los problemas de Latinoamérica en donde la pobreza es también un asunto de raza, como en los EEUU.

Encuentro curioso que, a la hora de aquilatar las posibilidades del diálogo entre Cuba y los EEUU, el presidente Obama se permita el lujo de decir que espera gestos del gobierno cubano como podría ser la liberación de los presos políticos porque implica una injerencia en los asuntos internos cubanos. A mí la injerencia me parece bien porque encuentro infumable que en Cuba haya presos políticos. Pero creo que el señor Obama requiere una respuesta en su mismo territorio que no entiendo por qué no se la dan los cubanos y que es muy sencilla pues basta con preguntar al presidente por qué se niega a perseguir judicialmente a los responsables de torturas en tiempos del señor Bush. También me parecería una injerencia razonable ya que encuentro inadmisible que se torture en los EEUU.

Dice el señor Obama que no se perseguirá a los responsables de torturas porque "obedecían órdenes". Me extraña que ignore que la obediencia debida no es eximente ni atenuante en los casos de tortura. Los torturadores deben comparacer ante la justicia y estoy convencido de que, diga lo que diga Mr. Obama, comparecerán, porque habrá mucha gente, víctimas, ciudadanos comprometidos en la lucha contra la tortura, defensores de los derechos humanos, etc, que llevarán a los torturadores ante los tribunales. Entre los acusados debieran estar Donald Rumsfeld, Richard Cheney y, por supuesto, el máximo responsable de la práctica de la tortura en los EEUU durante el mandato de George W. Bush: George W. Bush.

(La imagen es una foto de artemuestra, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 18 d’abril del 2009

Cuba: la Östpolitik de Obama.

En la cumbre de las Américas que acaba de empezar en Port of Spain, capital de Trinidad y Tobago, se reunen treinta y cuatro mandatarios de otros tantos países de las Américas. Sólo faltará Cuba. Estas cumbres de las Américas, que empezó a poner en marcha Bill Clinton en 1994, son reuniones de temática económica, comercial, social, tecnológica, etc normalmente de interés para todos los países. En la actual, en mitad de la crisis generalizada, hay un interés especial en tratar el voluminoso plan de trabajo que han elaborado previamente los expertos y los mandatarios latinoamericanos esperan de su primer contacto con el señor Obama que éste anuncie un plan de lucha contra la pobreza en el continente, en definitiva, la siempre necesaria y siempre denostada "ayuda de los EEUU" (USAID).

Sin embargo, todo el mundo da por hecho que el tema que dominará la cumbre será el de Cuba, expulsada de la Organización de Estados Americanos (OEA) en 1962 y sometida a un estricto embargo económico y comercial desde hace cuarenta y siete años. Todos los movimientos y declaraciones previos a la Cumbre de los distintos actores han estado orientados a allanar el camino a una medida realmente importante como podría ser la readmisión de Cuba en la OEA, que se manifestaría el mes que viene en Honduras y, quien sabe si también un levantamiento, aunque sea parcial, del embargo. Esos pasos previos se han ido sucediendo a una velocidad insospechada, prueba de que hay un ánimo extendido de llegar a alguna solución. Declaraciones y contradeclaraciones de los señores Obama, Castro, Clinton, Chávez, etc, en términos en general distendidos y algunos pasos prácticos como el levantamiento de la prohibición de viajar a la isla a los cubanos residentes en los EEUU o de enviar dinero a Cuba, van acotando el terreno en el que podrán tomarse las medidas concretas para el restablecimiento de relaciones normales entre Cuba y los EEUU..

La posición del señor Obama en este asunto es equiparable a la que adoptó Willy Brandt cuando accedió a la cancillería de Alemania Occidental en relación con la Oriental y a la que se llamó la Östpolitk, la "política hacia el Este" con el ánimo de romper el bloqueo de relaciones entre las dos Alemanias y abrir una senda que terminaría treinta años después con la reunificación. Es de esperar que la Östpolitik del señor Obama hacia Cuba dé resultados bastante antes, si no de inmediato. Para ello ayudan mucho estos gestos diplomáticos que van a haciéndose aquí y allí, abordando temas de carácter económico y comercial.

Sin embargo, el mayor inconveniente con que se encuentra el señor Obama en su propósito es la ley Helms-Burton, muy parecida al que también se encontró en su día Herr Brandt, la doctrina Hallstein. Los dos obstáculos son formalmente distintos ya que Hallstein era eso, una doctrina, un criterio que se seguía en la República Federal mientras que la Helms-Burton es una ley en vigor aprobada por el Congreso de los EEUU en 1996. Pero su contenido esencial es el mismo: prohibir que terceras partes, otros países, se relacionen con el respectivo apestado, la República Democrática Alemana (RDA) entonces y Cuba ahora. Según la doctrina Hallstein, todo país que reconociera diplomáticamente a la RDA rompía por ello sus relaciones con la República Federal. Según la Ley Helms Burton toda empresa o país que haga negocios con Cuba sufrirá represalias en los Estados Unidos y se le prohibirá acceder a los mercados gringos.

La ley tiene bastantes más provisiones igualmente duras hacia Cuba, como la prohibición de establecer relaciones diplomáticas con la isla mientras estén en el poder Fidel o Raúl Castro, motivo por el que Aznar y los suyos la saludaron alborozados. Con too lo más grave es esa prohibición de que empresas de otros países negocien con Cuba porque es una tan clara e ilegal extralimitación de competencias y representa tal ruptura con el principio de territorialidad de las normas, que ha sido condenado por el Consejo de Europa así como varios países aliados de los EEUU (entre ellos, el Canadá, México, Francia, etc). La doctrina Hallstein, al no ser una norma positiva sino sólo una política o un criterio, podía ser injusta o inmoral, pero no impedía la acción jurídica del gobierno alemán, mientras que la inconstitucional ley Helms-Burton sí obstaculiza la del gobierno estadounidense. Una de sus provisiones es facultar al Congreso para anular cualquier norma emanada de la Presidencia que suponga un levantamiento aunque sea parcial del embargo. El presidente Obama puede levantar el embargo, sin duda, pero necesita el acuerdo de las cámaras y la derogación de la citada ley, es un proceso que no depende enteramente de él. Tiene mayoría en ambas cámaras (raspada en el Senado) pero, dado el sistema representativo gringo, no está asegurado que consiga su objetivo, supuesto que lo sea.

La Östpolitik de los EEUU es complicada como también lo era la de Willy Brandt. No obstante, tiene la ventaja de que, igual que en el caso alemán, se trata de hacer frente a una situación tan injusta, antigua y enquistada que nadie la defiende claramente. Prácticamente todo el mundo está de acuerdo en que el embargo ha sido un monumental fracaso. De lo que se trata es de ponerle fin sin hacer mucho el ridículo. Una de las vías sería instar la declaración de inconstitucionalidad de la ley, pero eso, que depende del Tribunal Supremo todavía sería más prolongado en el tiempo. Por ello es importante lo que suceda en esta cumbre. Si el Congreso de los EEUU ve que hay una voluntad continental unánime de acabar con el embargo seguramente procederá a abolir sin más esa iniquidad conocida como Ley Helms-Burton a la que únicamente debe de quedarle un partidario: el señor Aznar.

(La imagen es una foto de jmtimages, bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 4 de març del 2009

Democracia a la cubana.

El compañero Raúl Castro ha decidido remodelar su gobierno y, tras consultarlo con su hermano Fidel, en una prueba más de que, así como hay patriarcados y matriarcados en el mundo, también hay adelfocracias, ha decidido prescindir de los servicios de algunos ministros (el de exteriores, Felipe Pérez Roque, y el Vicepresidente del Consejo de Estado, Carlos Lage entre otros), reorganizar ministerios e incorporar caras nuevas al ejecutivo. Hasta aquí, todo en orden: en cualquier país hay renovaciones ministeriales; unos van, otros vienen y la nave del Estado sigue. Lo peculiar en Cuba, como en todas las dictaduras, es que, aunque haya habido rumores con antelación, esta es la hora en que nadie sabe de cierto por qué estos buenos hombres, hasta hace poco ejemplares fidelistas, revolucionarios de pro y faros de la ciudadanía, han caído en desgracia. Ni lo sabrán. Esto es lo que se llama trasparencia y rendición de cuentas revolucionarias.

Las autocracias toman las decisiones en secreto y los ciudadanos, a especular. Todo lo que se sabe sobre las dos principales destituciones (la de Roque y la de Lage) es un críptico párrafo que el Comandante ha tenido a bien incluir en su acostumbrada homilía en el periódico Granma para ilustrar a su amado pueblo de título Reflexiones del compañero Fidel. Cambios sanos en el Consejo de Ministros, ni más ni menos, y que dice así textualmente: "Ninguno de los dos mencionados por los cables como más afectados, pronunció una palabra para expresar inconformidad alguna. No era en absoluto ausencia de valor personal. La razón era otra. La miel del poder por el cual no conocieron sacrificio alguno, despertó en ellos ambiciones que los condujeron a un papel indigno. El enemigo externo se llenó de ilusiones con ellos". Así que ya lo saben los cubanos: sus ministros son destituidos por "indignos" y sin rechistar. Esto último no me extraña, visto el clima de libertad de expresión que reina en la perla del Caribe, pero no se negará que ya es fuerte que a uno lo pongan de patas en la calle sin agradecerle los servicios prestados (se ve que Franco no acabó de enseñar maneras a Fidel) y llamándolo indigno. Por cierto, el resto del artículo del señor Castro en Granma va dedicado a jalear al equipo cubano de baseball que, según dice, ganará a los venezolanos de Chávez, que es lo verdaderamente importante y no esas futesas de los Roques y los Lages.

Democracia revolucionaria, sin duda alguna. Supongo que los habituales apologetas de la dictadura castrista, que hasta ayer ensalzaban la fidelidad, integridad y otras cualidades de los destituidos Roque y Lage, descubrirán ahora que, en el fondo, eran unos "indignos". Algo así como cuando Carrillo descubría de repente que su compañero de partidas de tute de toda la vida era un trotskysta, un "socialfascista" o un asqueroso "titista". Democracia proletaria. No la falsa "democracia" burguesa.


(La imagen es una foto de BalaSub, con licencia de Creative Commons).

dissabte, 17 de gener del 2009

Aguirre y la mafia.

La señora Aguirre está muy molesta porque los cubanos sostienen que es la cabeza de la mafia anticastrista de Miami. Y todo porque la dama se ha erigido en defensora de las libertades del pueblo de Cuba, bárbaramente tiranizado por el despotismo familiar de los Castro. Respondiendo a su talante ultraliberal, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha pedido el amparo del Gobierno central y en concreto del señor Moratinos para que meta en cintura a estos bocazas descendientes de los mambises. ¡Por favor! ¡Llamarla cabeza de mafia alguna!

Comprendo su inquietud. Es peligroso el pluriempleo en esto de las mafias. Resulta imposible que la señora sea cabeza de la Miami porque ya lo es de la del ladrillo en la Comunidad de Madrid, gracias a la cual pudo comprar las últimas elecciones. Y conviene que la cosa se aclare cuanto antes pues la mafia, como el dios de los judíos y de los cristianos, es muy celoso, no admite competencia y toma venganza terrible de quien sirve a dos dioses simultáneamente. Igual la de Madrid deja de pagar a los tránsfugas del PSOE.

(La imagen es una foto de Chesi-Fotos CC, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 13 d’octubre del 2008

Cuba a golpe de diario.

En la primera parte de la reseña del libro de Vila-Coia (Diario No Velado de La Habana, Madrid, Lapinga ediciones, 2008, 564 págs.), la previa a la presentación en el FNAC de Madrid, expuse lo que se puede llamar los aspectos más subjetivos del diario que recoge la estancia de Vila-Coia en La Habana durante unos ocho meses entre 2002 y 2003. Para esta segunda entrega he reservado los aspectos "objetivos", la imagen que de la situación política, económica y social de la isla da nuestro autor. Recuérdese que no se trata de un estudio sistemático, sino de un diario, alimentado con impresiones día a día y, por lo tanto, desordenado y algo caótico. Pero lo que el escrito pierde en estructura lo gana en espontaneidad e inmediatez. Recuérdese asimismo que Vila-Coia no paró en su estancia, que habló con todo tipo de personas, recogió muchísima información detallada, lo fotografió todo, anduvo en todas partes y, en consecuencia, la imagen que ofrece no está mediada por la propaganda del régimen, ni siquiera inducida por éste como solía suceder con los sistemas socialistas, que invertían muchos recursos en publicitarse pero sólo dejaban ver de así mismos lo que les interesaba enseñar.

En opinión de Vila-Coia los pilares de la legitimidad cubana son: a) carisma de Fidel; b) la fe en la Revolución; y c) la amenaza del imperialismo yanqui (p. 73). El sistema político, sin embargo, se caracteriza por la ausencia de libertades políticas (p. 82), la inexistencia de la libertad de prensa. Ésta es clamorosa, al extremo de que los medios simplemente no publican los sucesos que incomodan al régimen (p. 242) y ejerce una cerrada censura, como se prueba a través de una experiencia propia del autor al que la policía requisó unas fotos que había tomado el primero de mayo (p. 504). La falta de respeto a los derechos humanos y libertad de expresión alcanzó un punto culminante en el que Vila-Coia se extiende con bastante razón: el fusilamiento de tres ciudadanos condenados a muerte por haber secuestrado una embarcación con intención de huir de la isla. Es el hecho que, al parecer, la prensa cubana no dio noticia de las ejecuciones hasta pasados tres días (p. 476) lo que impulsa a Vila-Coia a equiparar a Castro con Franco (p. 477). El sistema electoral es una farsa porque las elecciones no son competitivas (p. 293). Tampoco hay justicia propiamente hablando en Cuba (p. 110) donde lo único que funciona es la seguridad (p. 142), lo que equivale a decir, la policía y un complejo sistema de vigilancia de la población, de coacción, amenaza y sistemática denuncia a través de las redes de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) (p. 269).

En los aspectos económicos la crítica es aun más demoledora. El sistema económico es un desastre, una mezcolanza sincrética de capitalismo y socialismo (p. 201) en la que se da una aguda explotación de los trabajadores que vienen a ganar unos ciento treinta pesos al mes por jornadas de cuarenta y cuatro horas semanales (p. 231) de forma que, en realidad, el país es "capitalismo de Estado" en donde se esquilma a los trabajadores (p. 280), a los que se permite que ganen unas míseras cantidades para ir tirando en situación de absoluta penuria (p. 291). Considera el autor que con ello el Estado cubano se configura como "el mayor ladrón" del país (p. 369) que mantiene una economía "dolarizada" (p. 29) lo quiere decir que para quienes tienen dólares (que son aquí como los ricos) no hay bloqueo (p. 235), esa sempiterna excusa que emplean las autoridades para justificar el desastre en que vive la isla.

Niega el autor el habitual argumento/excusa según el cual esta situación de miseria e injusticia queda compensada por el hecho de que la atención sanitaria y la educación sean gratuitas porque, dice, lo mismo pasa en los países capitalistas sin que tengan que sufrir los otros fenómenos concomitantes (p. 101), lo que no me parece un argumento muy convincente. Tampoco es necesario encontrarlo: esa situación de bajísimas condiciones de vida y buenos sistemas educativos y de salud era lo que sucedía en los países "socialistas" de Europa central y oriental de los que la gente huía como de la peste y a los que no quieren volver ni locos, lo mismo que sucederá en Cuba, supongo, cuando los cubanos puedan hablar libremente, situación que no se sabe cuándo llegará cuenta habida de que, como recuerda el autor, la vigente Constitución afirma que Cuba jamás volverá al capitalismo (p. 358). En verdad estas cláusulas de eternidad en política (como el Imperio de los mil años, de Hitler, que duró doce) son enternecedoras. En todo caso, vuelva o no el capitalismo a Cuba, coincido con el autor en que el propósito oficial de construir una sociedad habitada por un "hombre nuevo" ha resultado un fracaso por entero (pp. 360, 410)

No debe concluirse de esta reseña que nuestro autor esté movido por lo que los comunistas de catecismo suelen llamar un "anticomunismo visceral" (truco que utilizan para desactivar cualquier crítica) sino que, antes al contrario, cuando formula críticas a Cuba suele acompañarlas con otras paralelas a España en donde tampoco le parece que haya verdadera libertad de expresión, libertades a secas (p. 48), derecho de manifestación y crítica (p. 429). Es más, cada vez que topa con algún cubano ajeno al conformismo, cinismo y corrupción dominantes en la sociedad y que parece creer de buena fe en los ideales de la revolución, suele animarse y confirmar que también son los suyos (pp. 26, 95. 147), hasta el extremo de que le subleva que la gente se haya adaptado al sistema político tiránico y económico de explotación y llega a decir que los verdaderos gusanos no son los cubanos que se han ido a Miami sino los que se han quedado en la isla pero no hacen nada por cambiar el orden dominante (p. 339).

En resumen una visión crítica, minuciosa, fresca y bastante demoledora de la isla.

Por último, el libro se cierra con un apotegma que, al no estar atribuido a nadie, juzgo sea cosecha de Vila-Coia y dice así: "La feminización de las sociedades es el principio de su decadencia", expresión con la que no puedo estar más en desacuerdo tanto por lo que dice como por lo que presupone porque ¿qué quiere decir "feminización de las sociedades"? O se refiere al hecho de que las mujeres están en claro proceso de emancipación o "feminización" es el equivalente de "afeminamiento". Si se trata de lo primero, el juicio es una profecía tan caprichosa como la de Fátima ya que, al no haberse dado dicha emancipación jamás antes en la historia, nada nos autoriza a decir cuál será su consecuencia. Si se trata de lo segundo es una afirmación moralizante, arbitraria y bastante reaccionaria, de esas que atribuían el hundimiento del Imperio Romano al "afeminamiento" de sus costumbres. Una broma, vamos.

dissabte, 11 d’octubre del 2008

En La Habana con más gana.

Me comprometí con mi amigo Xabier Vila-Coia a presentar su libro sobre La Habana hoy en el FNAC de Callao pensando que se trataría de una obra de de prudenciales dimensiones así que cuando me mandó el gigantesco tocho a casa, un volumen en octavo de 564 páginas casi me da un soponcio. Conseguí leerlo todo y, aparte del breve comentario que haré aquí antes de la presentación formal en el FNAC, también sacaré una reseña en el post del lunes. Tengo que hacer sinergias.

El libro (Diario No Velado de La Habana, Madrid, La pinga ediciones, 2008) hace estricta justicia a su título en todos sus sentidos: es un diario, incluso casi un horario y no hay nada "velado" porque de todo se habla con absoluta franqueza. El autor pasó unos ocho meses entre 2002 y 2003 en La Habana, a donde había ido con la intención de hacer una investigación sobre los Nuevos Movimientos Sociales en Cuba. Pero como su punto de vista metodológico, según él mismo dice, consiste en "conocer la existencia de las cosas de una forma asistemática, pero descubrirlas por mí mismo; en lugar de ir a buscarlas donde otros las han coleccionado y ordenado" (p. 250) su obra resulta un amontonamiento de apuntes, observaciones, experiencias personales, conflictos cotidianos, juicios, testimonios según van pasando los días, sin más orden que el que establece el calendario. Es obvio que el autor se ha limitado a transcribir las abundantes notas que tomó de sus vivencias en La Habana, sin ordenarlas ni retocarlas, lo cual no estoy muy seguro de que sea un acierto porque la lectura de los continuos conflictos de nuestro hombre en lo restaurantes o los precios de los taxis y otras menudencias sin duda tiene un valor altamente testimonial pero resulta bastante premiosa.

En realidad el relato consiste, en lo esencial en las peripecias personales de Vila por un lado y sus observaciones y juicios sobre la política, la economía, la sociedad y las costumbres cubanas de otro. De este modo, referiré ahora las cuestiones de experiencia personal, las más subjetivas, y dejaré las observaciones objetivas para la reseña.

En los ocho meses (primera parte del viaje; luego volvió para otra estancia, pero esa está todavía por publicar) que anduvo nuestro autor por La Habana habló con muchísima gente, asistió a muchos actos, trató con gran cantidad de empleados, burócratas y funcionarios en los locales de la Universidad o en los establecimientos culturales, del Partido Comunista, etc y acopió un gran conocimiento de la realidad cotidiana cubana y una riquísima experiencia personal que, en muchas ocasiones, desesperado, lo lleva a maldecir del modo siguiente: "¡Esto es Cuba! ¡Así es Cuba! ¡Así son los cubanos! Es lo que la Revolución ha conseguido. Gente miserable, mentirosa, vaga, maleducada. Bueno; podría ser que no fuese un producto de la Revolución y que los cubanos siempre hayan sido así. ¡Podría ser! Lo ignoro. Y si fuese cierto, la Revolución debería de haberlos cambiado; sobre todo si su objetivo era crear un hombre nuevo, como es el caso". (p. 342)

Claro que luego de haber leído el tal Diario No Velado de la cruz a la fecha estoy en condiciones de decir que a lo que más parece haberse dedicado el autor en la capital de la isla es a follar y a consignar sus lances amorosos con todo detalle en el diario. Hay días en que parece que sólo se echa a la calle a ver cómo puede beneficiarse a alguna jinetera de prietas carnes. Y lo narra con tanta minuciosidad que a veces parece que esté uno leyendo a Henry Miller en La Habana. Porque casi todas las cubanas con las que folla son jineteras; blancas, negras o mulatas, pero jineteras por lo que las cuestiones eróticas aparecen mezcladas con tomas y dacas mercantiles, que si unas galleticas, unas medias, una cámara, etc. Dada la manifiesta desigualdad de las relaciones y la evidente indefensión de las mujeres pongo muy en duda la legitimidad de las "conquistas" del autor y su moralidad. En esos momentos es poco lo que sabemos de La Habana pero mucho de las apetencias sexuales de Vila a quien gustan sobre manera las chicas jovencitas, cuanto más jovencitas mejor, prácticamente niñas. Lo deja dicho en un párrafo que encuentro bastante desagradable, aunque quizá sea por mi formación moral: "Al mirar su infantil rostro, mientras me corría pensé: quien no se ha follado a una niña (o a un niño, que hay gustos para todo) desconoce el verdadero goce sexual humano" (p. 296). Imagino que es una exageración, pero tiene gracia con qué autoritarismo deciden muchos libertarios lo que es "verdadero" o no en términos absolutos en las experiencias ajenas.

A propósito, me llamó la atención la cantidad de chavalas, jineteras o no, con las que folla o intenta follar Vila y cuyos nombres empiezan con Y. Registré: Yozala, Yasimar, Yavila, Yolanda, Ysamar, Yanet, Yaquelín, Yemen, Yumabel, Yucabel, Yordanka, Yavela, Yohana, Yosabeth y seguro que me faltan algunas. No estoy haciendo un elenco de los ligues del autor ya que, según dice, se acostó con muchas más con otros nombres, pero me quedé pensando que ahora entendía el por qué del título del famoso blog de Yoani Sánchez, Generación Y, son muchos los nombres que empiezan por una y griega o la contienen en un país en el que, como advierte Vila en un par de ocasiones, no hay más reglas para imponer nombres a los recién nacidos que no sean palabras malsonantes y cosas así.

Aparte de intentar ligarse a cuanta habanera se le pone a tiro, generalmente con buenos resultados, según afirma Vila, que no para quieto en los ocho meses, se busca conflictos permanentes con las autoridades por su resistencia permanente a los controles e identificaciones. Así llega a decir: "debería de existir un derecho humano a no identicarse ante nadie". (p. 346)

Es una de las caracteristicas del autor: opiniones radicales, tajantes, muy personales, nada convencionales, a veces supongo que escandalosas que va desgranando a lo largo de la obra. Así dice que le dijo a uno de sus ligues: "Todas las mujeres sois iguales. Cobréis o no cobréis; sois unas putas" (p. 363), opiniones que seguramente no le granjearán muchas amistades, cosa que no me extraña y que constituyen generalizaciones tanto más injustas cuanto que son enunciadas por personas muy celosas de su individualidad inconfundible. Porque imagino que esto es como si una mujer dijera a un hombre: "Todos los hombres sois iguales. Paguéis o no paguéis; sois unos imbéciles". Claro que eso se queda chico en comparación con un poema que incluye en el libro con el título Deseos humanos en el que dice : "¡Quiero follarme a mi Madre!/como antes mi Padre/se la folló./Muero por darle/el mayor placer de la vida/¡sentir el orgasmo del hijo que ella engendró!/(todas las Madres disfrutan viendo disfrutar a sus hijos)" (p. 526). En fin, todo un personaje de gustos, tendencias y opiniones fuera de lo común. Basta con leer el epitafio que se tiene preparado y que incluye en este insólito Diario No Velado de La Habana: Xabier Vila-Coia, morreu como viviu: ¡dando polo cu! (Xabier Vila-Coia, murió como vivió: ¡dando por culo!" (p. 406)).

divendres, 10 d’octubre del 2008

Che.

Me ha gustado mucho la peli de Steven Soderbergh, Che el argentino, primera parte (y muy larga) de una historia que tendrá dos sobre la vida del guerrillero. Retrata perfectamente la de los de Sierra Maestra y la lucha contra el régimen de Fulgencio Batista. Está muy bien hecha, con una especie de diálogo entre la historia de los tiempos de Sierra Maestra, en color, narrada como una obra de ficción y la de su estancia en Nueva York en los años sesenta para asistir a la Asamblea General de las Naciones Unidas, acoplada con una larga entrevista que le hicieron en inglés para la televisión estadounidense, todo ello rodado en blanco y negro, tratando de producir la impresión de un documental. Documental y ficción por tanto y ambos muy bien hechos. La ambientación, la interpretación están muy conseguidos. Benicio del Toro hace un Che estupendo.

La peli es muy movida, tiene mucho ritmo y trata con maestría las escenas de combates, a veces muy violentos. Pero sin olvidar la proyección política del discurso que no solamente se produce en la sede de las Naciones Unidas sino también en el quehacer diario de los guerrilleros de Sierra Maestra. La película es muy ideológica y presenta un Che (sacado de su propio diario) movido por fuertes convicciones políticas revolucionarias, como al resto de sus compañeros.

Al mismo tiempo he leído dos artículos de Pilar Rahola en La Vanguardia deconstruyendo o desmitificando al Che. Uno se titulaba ¿Héroe o villano? y el otro unos días después en el que contestaba a las críticas que había tenido por el primero, se llamaba El póster de la adolescencia. En ambos viene a decirse lo mismo: que el Che era un fanático sanguinario que jamás luchó verdaderamente por la libertad y la emancipación sino por sustituir dictaduras fascistas por dictaduras comunistas; que era un tirano despiadado que asesinó a prisioneros políticos en La Cabaña y arrasó aldeas enteras de campesinos; un ególatra visionario sin piedad. En fin, que lo deja guapo. Y no solamente eso: su aventura boliviana también es odiosa pues nos muestra a ese fanático empeñado en imponer sus ideas a sangre y fuego y ¿quién era él al fin y al cabo, pregunta la señora Rahola, para ir por ahí atribuyéndose estos derechos a punta de pistola? A pesar de todo el Che se ha convertido en un icono revolucionario, en un mito, se ha embellecido su figura, falsificado su historia, manipulado su pasado y se ha vendido tan sólo la imagen del Che más puro, el ídolo de la juventud, el que todos tuvimos en "pósters" de nuestra adolescencia. Lo cual, concluye la señora Rahola, nos recuerda que ya sería hora de hacernos mayores. .... En su caso es bastante probable, sobre todo si ella lo dice. En el de otros, en el mío por ejemplo, hemos sido siempre mayores, en mi caso antes cuando admiraba al Che de joven y ahora cuando, siendo mayor, sigo admirándolo.

Vamos a deconstruir de verdad al Che, no como lo hace la señora Rahola que llama "deconstruir" a demonizar todo lo que ante divinizó, a pintar de un solo color lo que antes estaba pintado solo de otro, sino poniendo relieve al ser humano con sus contradicciones, claroscuros e incoherencias. El Che que todos admirábamos era el que, al igual que los hermanos Castro, Camilo Cienfuegos, Frank País, etc se alzó contra la tiranía de Fulgencia Batista con las armas en la mano. La cuestión aquí es la de siempre: ¿hay derecho de resistencia a la tiranía? Cuando es tan obvia como la Batista en Cuba o la de Franco en España, la respuesta es sí. ¿Hasta dónde llega ese derecho de resistencia?, ¿hasta el empleo de la violencia? En mi opinión, sí, aunque conviene aclarar que eso no quiere decir que uno mismo esté dispuesto a practicarla. Resistí a Franco, pero no usé la violencia. Eso no supone que juzgue negativamente a quienes lo hicieron.

El otro Che, el carcelero, el represor, no es mi Che y no tengo por él respeto alguno ni condono su actuación. Pero no veo por qué tengo que renegar del Che insurrecto porque deteste al Che victimario. Que es exactamente lo que hace la señora Rahola en una clara muestra de la falacia post hoc ergo propter hoc según la cual como el Che carcelero viene del Che guerrillero el Che guerrillero es causa del Che carcelero y tan odioso como él. Igualmente inconsistente me parece la crítica de que el Che no luchaba por la democracia sino por sustituir una dictadura fascista por otra comunista. Subjetivamente eso no es verdad porque para el Che, como para todos nosotros y supongo que también para la señora Rahola entonces, la dictadura del proletariado era el nombre que tenía lo que considerábamos de buena fe la "verdadera democracia". Jamás hubiera luchado por una dictadura, fuera personal o colectiva, ni por la del Che Guevara o Castro. Después, cuando los ideales cuajan en la realidad y toman la forma que toman volverá a ser cosa de cada uno de nosotros si aceptamos o no la forma que toman. Unos sí, otros no y los que no la aceptan probablemente siguen alimentando en su corazón los ideales de juventud, que son los más generosos y los más hermosos de la vida.

La señora Rahola, llama "hacerse mayor" a renunciar a aquellos ideales. Para mí eso no es hacerse mayor sino decrépito, resignarse, comportamiento muy frecuente pero que espero no sea obligatorio. Porque todavía nos queda una segunda falacia en el razonamiento de la señora Rahola ya que, lo tomemos como lo tomemos, el gesto del Che de renunciar al poder político para reproducir la guerrilla en las selvas de Bolivia tiene una grandeza que no es posible empequeñecer y que hace astillas la crítica primera de que los ideales originarios sólo ocultaban a un torturador y un asesino. No, el personaje es infinitamente más complejo y matizado y se escapa a los desesperados anatemas de la señora Rahola. ¿Que quién era el Che para irse por ahí imponiendo a sangre y fuego sus creencias? Es que esa no es una visión justa pues se trataba más o menos del mismo Che que, siendo argentino, se enroló en la revolución cubana para acabar con la tiranía de Batista. Igual que diez años más tarde trataría de hacer lo mismo en Bolivia en contra de la tiranía de Barrientos, elegido presidente gracias a la junta militar que había dado un golpe de Estado en 1964. Había estado por entonces también en el Congo. Era un hombre convencido del internacionalismo revolucionario y lo demostró hasta el final. Esa es su faceta rebelde y la que le da su valor imperecedero. Junto a eso sus otras facetas, las odiosas, demuestran que, en efecto, era un ser humano y, como ser humano, capaz de lo mejor y de lo peor, de ser un héroe y un villano al mismo tiempo. Y que cada cual ponga en el poster al Che que quiera. Yo tengo el mío que es el de Sierra Maestra, el Congo y Bolivia y creo que me he hecho mayor, aunque no descarto la posibilidad de hacerme mayor aun pero, de momento, no renuncio a mis ideales de juventud por poco o nada practicables que fueran entonces o sean ahora.

Así que por eso me ha gustado mucho la película de Steven Soderbergh.

(La imagen es una foto de BvdL, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 30 d’agost del 2008

Prohibido cantar.

Exactamente, muy bien: prohibido cantar letras de música rock metiéndose con Raúl Castro y faltando al respeto al Comandante en Jefe. Prohibido bajo pena de cárcel de hasta cuatro años, de momento. Luego, ya se verá. Porque parece que así como Mr. Bush se sacó del magín (con ayuda de un par de lucidos catedráticos) la doctrina del ataque preventivo como mecanismo de defensa, el compañero Castro ha inventado la detención y condena preventivas como medio de guardar el orden público frente a individuos que acabarían delinquiendo indefectiblemente; que los dejas solos y te componen un cantar burlándose de los logros de la Revolución. Porque mira que es peligroso este Gorki Águila con sus letritas contrarrevolucionarias al frente de un grupo que se llama Porno para Ricardo.

¡Habráse visto mayor degeneración burguesa! Si no fuera porque tiene que estar en la cárcel ya que la legalidad socialista es la legalidad socialista bien podía largarse el tal Gorki a cantar a la gusanera de Miami. Claro que entonces no le haría caso nadie. Estos mequetrefes hacen su agosto enfrentándose al gobierno revolucionario dentro de la isla y al amparo de la magnanimidad de los compañeros Castro & Castro. Fuera, ni Dios los escucharía. Porque lo suyo no tiene nada que ver con la sana crítica que la revolución socialista acepta encantada, sino que es una pura provocación. Quieren ir a la cárcel para hacerse famosos y ganar dinero. Puro espíritu del capitalismo.

Es lo mismo que sucede con esa otra mírameynometoques bloguera enemiga del pueblo cubano Yoani Sánchez con su blog Generación Y que, si no fuera porque es basura contrarrevolucionaria, no lo leería nadie y como lo es y sigue en el aire gracias a la tolerancia y el respeto a la libertad de expresión en Cuba, ahí está con cientos de miles de visitas diarias. Propaganda al servicio de los gringos y probablemente pagada por intermediarios, como el grupo Prisa español, que añora la época en que esta indómita isla era colonia de España.

Gracias a la campaña orquestada del extranjero por los enemigos de la patria socialista estos gusanos internos ahora se atreven a lo que, estando Fidel al timón, jamás se hubieran atrevido: a manifestarse en público, a defender ideas contrarias a las que manda el Partido y boicotear actos populares, genuinamente revolucionarios. Así, en un concierto del compañero Pablo Milanés, que ese sí que es un artista surgido del venero del pueblo, la tal Yoani Sánchez y cuatro más desplegaron un escrito subversivo en el que se leía el nombre de Gorki, el esbirro del capitalismo gringo. Hubo que repartir algunos palos hasta que esta facción fanática y sectaria depuso su actitud. Ya lo saben: jamás permitiremos que una exigua minoría de agitadores al servicio del capital internacional y de la CIA ponga en peligro los logros inmarcesibles de la Revolución.

Y la tal Yoani que se ande con cuidado.

(La imagen es una foto de GC Comix, bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 6 de maig del 2008

Todos somos Yoani.

Según denuncia El País, el Gobierno cubano bloquea la salida de Yoani Sánchez para que no pueda viajar a España, a recoger el premio Ortega y Gasset que el diario le ha otorgado por su blog Generación Y que, por cierto, tiene una enorme audiencia. En su post del 3 de mayo comenta el hecho de que la revista Time la haya incluido en su lista de las cien personas más influyentes del mundo en este año, en el apartado de héroes (heroínas) y pioneros/as. A aquellos que ya estén pensando que todo esto no es más que una sucia maniobra de la CIA y el Pentágono, en alianza con la gusanera derechista de Miami y el grupo Prisa, para desprestigiar al glorioso Comandante, les sugiero echen una ojeada a la lista para que vean que nuestra Yoani Sánchez se encuentra entre el Jeque Mohammed al-Maktoum y doña Madeeha Hasan Odhaib que no estoy muy seguro de que les suenen a muchos. En todo caso, la propia Sánchez lo ve así: " Junto a noventa y nueve famosos me ha puesto la revista Time en su lista de personas influyentes del 2008. A mí, que nunca me he subido a un escenario, ni a una tribuna y que mis propios vecinos no saben si “Yoani” se escribe con “h” intermedia o con “s” final. Para más sorpresa estoy en el acápite de “Héroes y pioneros”, aunque preferiría la simple categoría de “ciudadano”.

De los innumerables caminos para llegar a ese célebre listado, creo haber transitado –a pie- por el más inusual. Ese que no va apuntalado con poder económico, carisma ante las cámaras, control político o ascendencia religiosa. Sencillamente me dediqué a contar mi realidad desde el distorsionado foco de las emociones y las interrogantes. Llegué a creerme que la voz de un individuo puede empujar los muros, oponerse a las consignas y desteñir los mitos. Ahora la vanidad solo me alcanza para imaginar que los otros inscritos se estarán preguntando “¿quién es esa desconocida blogger cubana que nos acompaña?”

Voto a tal que ese segundo párrafo sintetiza de modo magistral el poder que la red da a los individuos aislados, a las personas desde su casa, a la gente que tiene algo que decir. La fuerza de la red. La fuerza de la libertad. A ver ¿quién calla a Sánchez ya? Con razón restringen las autoridades revolucionarias cuanto pueden el acceso a la red porque por la red se les va la escasa legitimidad que pudiera quedarles, convertidos en carceleros sin más.

No debe olvidarse que Yoani Sánchez es bloguera. Forma parte de la blogosfera, es una de las nuestras. Espero que se monte una campaña, de esas que florecen en la red cuando hay que solidarizarse con alguien o denunciar algo o a alguien. Espero que lo haga la izquierda que no puede desaprovechar esta ocasión para dejar constancia de que defiende la libertad y condena la tiranía allí en donde se dé, incluida la tiranía de izquierda.

Por cierto, merece la pena leer el blog de Yoani y muchos de los comentarios. Realmente, más que un blog parece un foro. Hay posts con miles de ellos, básicamente lo que es la democracia, foros abiertos de debate. En alguno he leído algo genial: propone a los defensores extranjeros del régimen cubano que se intercambien por cubanos queriendo salir al extranjero (incluso al "Senegal" escribe uno, que debe de tener en bajo concepto a este país africano) y como muestra además de solidaridad revolucionaria. Otro afirma que si eso fuera posible la isla quedaría vacía. No creo yo tanto pero, de darse una posibilidad como la mencionada, sí podría marcharse un veinte o veinticinco por cien de la población. Como estaba pasando ya en la República Democrática Alemana, con lo que fue necesario derribar el muro de Berlín, un muro que se había erigido, en principio, para impedir la huida de sus ciudadanos (aunque la explicación oficial hablaba de evitar la entrada de espías) y que sólo conseguía impedirla desapareciendo.

¿Qué tal una campañita de emails a la Embajada de Cuba en España o al Gobierno cubano pidiendo que se respete el derecho a la libertad de circulación a la señora Yoani Sánchez? Porque todos somos Yoani.


dissabte, 19 d’abril del 2008

La libertad en Cuba.

Desde que el señor Raúl Castro sucedió a su hermano en la máxima magistratura cubana muchas cosas han empezado a cambiar en la isla. Y todas para bien. Bendito sea el señor Castro (don Raúl) que está consiguiendo hacer bueno a su hermano. No estaba claro que eso fuera a suceder. No se sabía cuánto poder conserva Fidel. Ni se sabe. En las dictaduras la sucesión en la Jefatura del Estado no suele estar regulada por dos razones: la primera, porque los dictadores planean siempre morir en el puesto y no ser relevados; y segunda porque no les importa quién los suceda ya que si salen del poder es porque han muerto o los han echado. La sucesión de Fidel por Raúl, lógica si se entiende el país como si fuera una posesión de familia, pero ilógica si se lo entiende de alguna otra forma, no está regulada en texto o costumbre alguna y responde a una decisión que tomó el Comandante en Jefe a la vista de su imposibilidad real de reincorporarse al puesto de mando, vista que lo llevó casi un año de cavilaciones.

No es probable -aunque tampoco imposible, mientras Fidel viva- que haya una retrocesión del poder, razón por la cual seguramente el señor Castro (don Raúl) camina con pies de plomo por el resbaladizo camino de las reformas. Pero ¡qué reformas! Hace ya un mes o dos que los cubanos pueden comprar electrodomésticos, siempre que los haya, claro, y puedan pagar lo que cuestan, que es mucho. También pueden comprarse móviles.

¿Cómo? ¿Teléfonos móviles?

Sí, móviles, celulares.

O sea, que antes no los tenían. En España hay más móviles que personas, como cuarenta y cinco millones. ¿Te imaginas que los españoles no pudieran comprar móviles? Ya tengo una definición de "dictadura", a saber: "dictadura" es un régimen en el que los ciudadanos no pueden comprar móviles por orden de la superioridad.

Las reformas del hermano sucesor siguieron con el permiso de que los cubanos puedan alquilar habitaciones en los hoteles antes reservados solamente para extranjeros. No está mal, tampoco, aunque no sé a dónde vamos a llegar con tanta libertad; seguramente al libertinaje, como decía Franco. Y, además de poder vivir en sus hoteles, los cubanos pueden ya comprar un ordenador cuando quieran (con la pertinente advertencia del precio) sin necesidad de pedir un permiso a la autoridad que normalmente era denegado.

Caramba, tampoco tenían ordenadores. Eso quiere decir que de acceso a internet, nada.

Nada de nada. Para enchufetas del régimen, extranjeros que se alojaban en los hoteles privativos y cibercafés a un pastón la hora y aun esos sólo daban acceso a una intranet cubana para escuchar loas a la Revolución y leer Granma y otras páginas igualmente apasionantes.

Dios mío.

Como suena. ¡No me vengas con tu anticastrismo y anticomunismo viscerales! Cuba tiene cosas buenas, como la sanidad, la educación y las actividades culturales. A ver cuántos pueden ir a la ópera en Port au Prince a diferencia de La Habana. Además, la última reforma del camarada Raúl es que los cubanos ya pueden viajar libremente al extranjero.

¿Ya no tienen que pedir un permiso que tampoco les daban nunca? O sea, los cubanos pueden viajar. Pues temo que el régimen tenga los días contados. No por eso que suele decirse de que viajar espabila mucho y los cubanos vayan a ser más críticos, probablemente porque ya lo serán, sino porque se van a ir todos, como sucedió en la República Democrática Alemana cuando se levantaron las restricciones, y no a México, sino a Miami.

Echar la culpa de todos los fracasos de Cuba al bloqueo de los gringos y atribuir a la presciencia del líder providencial, hoy bastante pachucho, todos los aciertos ha sido la práctica habitual de los panegiristas del régimen. Puede ser que el bloqueo sea responsable de alguna de las circunstancias reseñadas, incluso de todas, pero que los cubanos tengan o no acceso a la red tiene poco que ver con el bloqueo, sino que depende de la decisión de las autoridades en la isla. Y la decisión es represiva, consistente en impedir que los cubanos puedan comparar libremente con el extranjero (las comparaciones las hacen las autoridades y sus escoliastas por ellos) o informarse sobre lo que les interese. En verdad considero execrable, odioso, un régimen que impide el acceso a internet, que es la mayor puerta a la libertad que se haya abierto hasta la fecha a la humanidad. Sean cuales sean las razones del mando, yo no las admitiría y, en consecuencia, estaría en la cárcel. Por eso creo que los mejores cubanos de todos, los que merecen mis mayores respetos, son los que están hoy en las cárceles de la isla por "delitos" de opinión.

Y espero que la siguiente reforma del señor Castro (don Raúl) sea liberarlos. Para que no parezca que sus reformas se limitan a satisfacer el ansia de consumo de la población y también abordan el complicado tema de la dignidad de las personas.

(La imagen es una foto de florriebassingbourn, bajo licencia de Creative Commons).