dimecres, 31 de juliol del 2013

De los Cobos no puede dimitir porque no es magistrado del Tribunal Constitucional.


Según Rafael Hernando, portavoz del PP;hay una campaña contra De los Cobos, con "tintes anticonstitucionales", por su militancia en el PP. Falso: no hay tal campaña y, si la hubiera, no sería anticonstitucional, sino muy constitucional. Lo anticonstitucional es que De los Cobos presida el TC -incluso que forme parte de él- y que Hernando lo defienda.
 
Dice Hernando que la Constitución solo prohíbe que los magistrados del TC sean "cargos directivos" de los partidos, pero no militantes; que el TC solo está sometido a su propia Ley Orgánica y, por tanto no le afecta la Ley Orgánica del Poder Judicial que sí declara incompatibles la condición de juez y magistrado con la militancia en un partido. Eso era lo que creía Palinuro en un principio, antes de que el propio TC soltara su nota de prensa sentando esta doctrina. Viéndolo con más detalle la explicación es falsa y la posición de De los Cobos ilegal e insostenible.
 
El artículo 19, 1 de la vigente Ley Orgánica del Tribunal Constitucional enumera las causas de incompatibilidades de los magistrados del TC y al final dice textualmente: "En lo demás, los miembros del Tribunal Constitucional tendrán las incompatibilidades propias de los miembros del Poder Judicial."

Es decir, ni campaña, ni anticonstitucional ni nada: el señor De los Cobos tiene las mismas incompatibilidades que los miembros del Poder Judicial y de nada le sirve aducir que el TC "no es parte del poder judicial" porque su misma ley reguladora, la única a la que, junto a la Constitución, está sometido, lo hace tal en materia de incompatibilidades.

El señor De los Cobos está vulnerando la ley, su posición es ilegal y, lógicamente, debe dimitir, diga lo que diga el señor Hernando.

Pero, para desgracia del tal Hernando, el señor De los Cobos no puede dimitir porque NO es magistrado del TC. Qué sea lo que ha sido hasta la fecha es algo que habrán de dilucidar los tribunales si alguien tiene los arrestos suficientes para denunciarlo por usurpación de funciones, ya que ha estado actuando como magistrado sin serlo.
 
¿Por qué? La citada Ley Orgánica del Tribunal Constitucional sigue diciendo en su art. 119, 2: Cuando concurriere causa de incompatibilidad en quien fuere propuesto como Magistrado del Tribunal, deberá, antes de tomar posesión, cesar en el cargo o en la actividad incompatible. Si no lo hiciere en el plazo de diez días siguientes a la propuesta, se entenderá que no acepta el cargo de Magistrado del Tribunal Constitucional.

¿Causó baja en el PP el señor De los Cobos al aceptar el nombramiento de magistrado? ¿Sí? En ese caso no tengo nada que decir. ¿No? Pues a tenor de la ley vigente, el señor De los Cobos no es magistrado del Tribunal Constitucional y, por lo tanto, todas las decisiones de este Tribunal en las que haya intervenido este buen hombre son absolutamente nulas.

Ni campaña, ni anticonstitucional ni nada, amigo Hernando. Aquí los únicos de la campaña, los únicos inconstitucionales son ustedes y sus amigos. Y va siendo hora de que paguen por ello. Si no cesó expresamente en su militancia en el PP, ese señor De los Cobos es tan magistrado del TC como mi gato y a mi modesto entender debiera responder ante los tribunales por ejercer indebidamente un cargo sin estar legalmente capacitado para ello.

Declarar y aclarar.


El PP es un partido "presidencialista" en el sentido de que se nombra un presidente con plenos poderes, al que están sometidos todos los demás, incluido de hecho el máximo órgano, el Congreso, puesto que, hasta la fecha, no ha intervenido en el nombramiento del presidente salvo para ratificarlo. Así pues, detrás de los secretarios generales, por encima de ellos, tomando las decisiones y siendo responsables de ellos, están los presidentes. A Álvarez Cascos le tocarron Fraga y Aznar; a Arenas, Aznar y Rajoy. A Cospedal, Rajoy.  Por cierto, Rajoy también fue una temporada secretario general de Aznar.

Así que esos tres secretarios generales (un cargo más devaluado que el equivalente del PSOE, por ejemplo, que es un partido más "parlamentario") son la última defensa que queda a los dos presidentes que siguen siéndolo, pues Aznar lo es "de honor". Los tres fueron personalidades importantes de la política española (Cospedal aún lo es, por extraño que parezca) pero ninguno de ellos daría un paso sin el permiso de su presidente. Lo que los tres citados declaren como testigos, con obligación de decir la verdad, afectará a sus superiores que, en realidad, ya están afectados por los papeles de Bárcenas.

Van a declarar sobre asuntos muy complejos. No solamente sobre los que deben tener información, sino sobre los que los afectan personalmente. Bárcenas -o sus papeles- afirma que pagó sobresueldos a los tres. Es el momento de declarar "sí" o "no", meridianamente. Porque, hasta la fecha, no se ha escuchado nada concluyente. Al contrario, un confuso batiburrillo de medias negaciones, afirmaciones inconcretas, amenazas de querellas que jamás se interpusieron; ruido, mucho ruido mediático.

A esto de los sobresueldos le ha ocurrido algo muy curioso. Las primeras reacciones, al conocerse su cobro persistente en el pasado y el presente, oscilaban entre negarlo todo con indignación y aceptarlo, pero afirmando que eran legales porque se declaraban a Hacienda. Si son legales o no, si han prescrito o no prescrito lo decidirán los jueces. Pero la opinión pública parece haber sacado la cuestión de los términos legales para llevarla al enfadoso campo de la política y parece haber decidido que, con independencia de la legalidad, el cobro sistemático de sobresueldos repartidos casi como dividendos mafiosos, con fondos procedentes de donaciones ilegales, es inaceptable y forma parte indiferenciada de ese magma de la corrupción que todo lo invade, en forma de Bárcenas, de Gürtel, de Urdangarin, de Matas, de sobres. Un baile de mangantes esquilmando la Hacienda pública, estafando a los ciudadanos y dándose el vidorro padre. Inaceptable.

Un criterio que comparten implícitamente los interesados como se echa de ver en el sigilo con que procedían al reparto de la pastuqui, sus trucos contables imaginativos, la disparatada política de incomunicación que lleva el gobierno y clara intoxicación del partido desde el inicio del escándalo, la sistemática opacidad de Rajoy al respecto hace ya años. En efecto fue en un ya lejano programa de TV en donde una buena señora preguntó de sopetón al entonces candidato, cuánto ganaba y el candidato no respondió. Se hizo repetir la pregunta para ganar tiempo y acabó diciendo bastante más que usted. Pero no cuánto en concreto. Y desde entonces no lo ha dicho. En otra ocasión afirmó que miraba la cuenta a fin de mes pues tenía los problemas de todos los ciudadanos; seguía siendo candidato y por entonces, al parecer, cobraba más de 200.000 euros al año, pero no dijo cantidad alguna.

Es el momento de aclararlo el jueves, 1º de agosto. Mientras sus secretarios generales están emplazados a declarar ante el juez, a él le corresponde aclarar ante los legisladores y la opinión, por fin, cuánto cobra y ha venido cobrando al mes y por qué conceptos. Hay que aclararlo sabiendo, además, que cobrar sobresueldos es inaceptable.

Y actuar en consecuencia.

Hemos llegado al final del camino, señor Presidente.

dimarts, 30 de juliol del 2013

Encantada de colaborar con la justicia.


Sí encantadísima. Pero ha habido que llevarla a la fuerza, como un Cristo entre Cascos y Arenas, a los que no cabe considerar como el buen y el mal ladrón porque ninguno de los dos es bueno en nada. Por eso se metieron a políticos. Y ahí va tan sandunguera la Dueña dolorida, "encantada" de colaborar con la justicia a la que lleva años torpedeando, sin presentarse a los actos de conciliación cuando se le querellan por sus habituales difamaciones, ordenando la destrucción de pruebas judiciales (como el registro de entradas en Génova 13), personándose torticeramente como pseudoacusación en el proceso de Bárcenas, con el objetivo de defenderlo cuando todavía aquel era un caballero y no el espantoso rufián que ha resultado ser. Encantada, sí señor. Así podrá contestar a tantas mentiras como se han ido acumulando. Que si ha cobrado sobresueldos, amen de dos o tres sueldos acumulados y en tiempo real, nada de diferido. Que si la llaman la bien pagá cuando es obvio que, con todo lo que ella vale, debiera llamérsele la mal pagá. A dejar bien claro al juez eso de que, si en vez de a la política, se hubiera dedicado a la abogacía del Estado -su profesión- ahora no tendría un humilde cigarral de 2,5 millones de euros, sino seguramente siete u ocho. Porque, como sabe todo el mundo, la mejor manera de contestar a una mentira es con otra más gorda. Aunque la mentira de las mentiras, la de los 200.000 uracos que se volatilizaron en el camino desde las cuentas de Bárcenas a la contabilidad del PP, esa se quedará sin contestar pues el juez no preguntará por ella y quienes sí lo harían, los diputados de la oposición en las cortes de Castilla-La Mancha, no podrán hacerlo porque, con su abrumadora mayoría de un escaño, la Dueña impide que se la llame a comparecer en sede parlamentaria. Ella no es como el blandengue de Rajoy quien, aun con una mayoría real, ha cedido y comparecerá el jueves a cantar la gallina en el Congreso. Cospedal lo tiene claro: lo que hay que hacer con el Congreso es lo que ella ha hecho con las cortes castellano-manchegas: suprimir la paga de los diputados de la oposición, jibarizar la cámara y, si la dejan, suprimirla por inútil. Porque, vamos a ver, ¿para que hacen falta los diputados -incluso los propios- si ya está ella para hacer lo que haya que hacer? Reconocer que se han cobrado 200.000 € pero negarse a rendir cuentas por ello, mentir a destajo por todos los páramos y decir que van a desmontarse las mentiras y defenderse de las de Bárcenas.

¿Nadie ha dicho a esta señora -que se mueve con protección reforzada cuando sale a la calle porque nadie la soporta- que todo el mundo cree cien veces más Bárcenas que a ella? ¿Que las únicas mentiras a las que debería contestar son las suyas? ¿Que quizá la imputen mañana por choriza?

(La foto es un montaje de la revista El Jueves.

Al pan, pan y al vino, vino.


"Llamaré al pan, pan y al vino, vino". Mentira. Ni siquiera llama Bárcenas a Bárcenas.

"Daré la cara". Mentira. Dio el plasma.

"No tocaré la educación ni la sanidad". Mentira. Las ha dejado hechas unos zorros.

"No subiré los impuestos". Mentira. Los ha subido todos.

"Cuando yo gobierne, bajará el paro." Mentira. Ha subido.

"No tocaré las pensiones. Mentira, las ha desvalorizado, las ha desprotegido y se apresta a recortarlas.

Con ese elenco de embustes a la espalda resulta difícil esperar algo parecido a la verdad en la comparecencia del 1º de agosto, en torno a la cual gira toda la vida política española y parte de la europea.  Sí, sí, parte de la europea. Téngase en cuenta que Europa es un lugar en donde un ministro dimite por una multa de tráfico en lugar de espetar "usted no sabe con quién está hablando" al agente multador. En donde otro dimite por haber aceptado una donación dudosa de 435 € o algo así, es decir, la centésima o la milésima parte de lo que Rajoy puede haber cobrado en sobresueldos, según sostiene el Innombrable.

Rajoy comparecerá a petición propia, dice, luego de siete meses de escurrir el bulto y ante el anuncio de una moción de censura. Comparecerá y colocará el habitual discurso, trufado de perogrulladas, lugares comunes y meras invenciones: 1) está volcado en sacar a España de la crisis. 2) Hemos tocado fondo y ya se atisban en lontananza signos esperanzadores. 3) El gobierno seguirá haciendo lo que ha hecho hasta ahora: las reformas que España necesita. 4) Lo que España no necesita es distraerse con las insidias de algunos y las acusaciones falsas de algún otro. 5) Todo cuanto se dice en los papeles de cierto señor es falso. 6) Piensa seguir dirigiendo la nave con pulso firme hasta las próximas elecciones. 7) Cumplirá el mandato que le dieron los españoles. 8) Y colorín colorado.

La oposición, que lo ha forzado a comparecer a regañadientes, se pregunta qué podrá hacer una vez se haya consumado la ceremonia de la confusión. Y confusión hay un rato largo. CiU apoya el proyecto de Ley de Transparencia del gobierno, con igual, nulo, sentido del ridículo. Si a alguien no se le puede conceder crédito alguno en materia de transparencia es al PP y a CiU; justo los dos firmantes de la norma.

Pero, antes de preocuparse por lo que suceda después de la comparecencia, preocúpense las izquierdas por la comparecencia en sí misma. Ambas insistirán en pedir la dimisión de Rajoy cosa de todo punto obligada. Pero, además de pedir la dimisión, tienen que decir por qué. No ha lugar a debatir sobre la crisis, las reformas, Europa o la prima de riesgo, pues la comparecencia es monográfica sobre los papeles de Bárcenas. Y lo que Rajoy debe refutar es la convicción generalizada de que tiene un partido que más pareciera una asociación de malhechores, que ha ganado las elecciones haciendo trampas, que ha expoliado las arcas públicas durante años con un sistema organizado de corrupción a base de cargos públicos corruptos y empresarios no menos corruptos, que ha estado repartiendo sobresueldos como dividendos de la ilegalidad durante años, que uno de los más beneficiados por ese reparto de dividendos estilo mafioso pudiera haber sido el mismo Rajoy.

También pueden exponerlo en términos más literarios, burlescos, jocosos, llamando de verdad a las cosas por su nombre: una corte de logreros y mangantes que se sirve de una organización partidista para organizar y llevar a cabo sus fechorías. Aparte de las que se cometieran en los tiempos de Aznar -los personajes de la Gürtel aparecen originariamente ligados por vínculos de amistad con su círculo íntimo- es en las Comunidades Autónomas gobernadas a veces por más de veinte años seguidos por el PP, en donde parecen haberse cometido las mayores tropelías. Las CCAA brindaron la imprescindible red de caciques para generalizar la corrupción, el mangoneo, la malversación, el cohecho a todos los niveles de la administración. La ridícula epopeya de los AVEs sin viajeros, las autopistas sin coches, los aeropuertos sin aviones, los museos, las ciudades de la cultura, los centros planetarios sin visitantes, todo ese desmadre de sinvergüenzas e ineptos que, además, han saqueado y llevado a la ruina el sistema de cajas de ahorro se coció en las CCAA del PP, en donde la Gürtel, Urdangarin y Bárcenas ejercían el señorío con derecho a mordida, aquí llamada comisión, allí gastos de representación, allá sobresueldos y acullá gastos de compensación. O sea, trinque.

Efectivamente, al pan, pan; al vino, vino y al chorizo, chorizo. Traten ustedes, amables lectores, de explicar a los europeos que un secretario general del partido, como Javier Arenas, pueda haber estado alojado temporadas enteras en el Palace de Madrid a gastos pagados (incluidas comilonas de 2.000 €, tres veces el SMI mensual), al tiempo que recibía su sueldo y su correspondiente sobresueldo íntegros. Traten de explicarles que el interesado no dimite.

Para ir preparando el discurso bien puede la oposición preguntar a Rajoy directamente si él ha cobrado sobresueldos, cuántos, cuánto, cuándo y por qué conceptos. Las cosas por su nombre. No se pierda el tiempo. Pregúntenle también por Arenas. Y por los 200.000 misteriosos euros que salieron, presuntamente, de las próvidas arcas de Bárcenas camino del PP de Castilla-La Mancha pero se han desvanecido por el camino, como hacían el oro y la plata de las Indias, que nunca llegaban a España o, si lo hacían, era de paso. Cospedal, la Dueña dolorida, está amargada de tener que ir a declarar ante el juez y, en justa e iracunda reacción, se niega a hacerlo en sede parlamentaria. Sobre todo, pregúntenle por qué motivo, una vez Bárcenas, ya imputado, hubo de abandonar sus cargos en el Parlamento y el partido, se le mantuvo despacho, coche, secretaria y sueldo que se prolongó en diferido hasta hace nada.

Pregúntenle por qué mintió por enésima vez cuando aseguró que el Innombrable no trabajaba para el PP cuando, en realidad, estaba haciéndolo de la forma que mejor conoce: chantajeándolo. Si no, ¿de qué le conservan los privilegios y las bicocas?

Bien. Y ¿qué hacer -se pregunta la oposición- cuando Rajoy diga que el destino le llama a cumplir con su deber de sacar a esta gran nación del pozo en que la metieron los sociatas? Es obvio: presentar la moción de censura. ¿Y cuando, presentada la moción, sea derrotada? Entonces sí, entonces habrá la oposición parlamentaria agotado los cauces ordinarios. Será cosa de escuchar a la extraparlamentaria, la que lleva dos años articulándose en la calle. Para dar mayor crédito a su gesto, la parlamentaria debe considerar la posibilidad de proceder a plantes, ausenciasy otras formas de protesta en contra de la apisonadora de la mayoría absoluta del gobierno. La retirada al Aventino que aquí podría ser a la sala de los pasos perdidos. 

(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

dilluns, 29 de juliol del 2013

El reñidero.


Se entiende la comparación de Bárcenas con Unabomber por lo sonoro del nombre, la existencia de una "B" en él (la letra "B" está llena de connotaciones en esta historia) y por la lejana asociación con la dinamita. Pero en todo lo demás, desbarra. Unabomber era un genio de las matemáticas, un radical neoluddita, un anarquista que predicaba los ideales del retorno a la naturaleza, si bien lo hacía asesinando gente más o menos al azar. Un asesino que decía no estar loco aunque estaba como una cabra pero que vivía de acuerdo con sus ideas, en la pobreza más absoluta, cultivando sus propios alimentos y cosas así. Todo lo contrario de Bárcenas.

Me quedo con mi comparación del cadáver de la obra de Ionesco, Amadeo o cómo salir del paso. Gürtel/Bárcenas son el cadáver que ya ocupa toda la escena porque está aquejado de la enfermedad incurable de todos los cadáveres, según Ionesco, que es la progresión geométrica. Eso le ha pasado al de Rajoy, que ha seguido creciendo y creciendo y ahora ya no hay quien pueda ignorarlo. Y el próximo 1º de agosto será el día en que Amadeo/Rajoy ascienda a los cielos agarrado a su cadáver.

Gracias a la táctica del silencio impuesto, las escapadas frente a la prensa, la desaparición del Congreso, el mutismo hasta para el nombre de Bárcenas, Rajoy ha conseguido lo contrario de lo que se proponía. Los papeles de Bárcenas son la única realidad política tangible en el país. A ellos se refieren y de ellos hablan los políticos sin parar. Los demás asuntos, si los hay, están en segundo plano. Así ha pasado una ley de reforma del gobierno local, con los solos votos del PP. Lo único que importa es el grado de descomposición del PP y la capacidad de aguante del presidente.

No es de recibo que en el PP se hayan estado cobrando sobresueldos a toda pastuqui, ni que se hayan financiado ilegalmente las campañas electorales. Sin embargo es lo que parece ha estado sucediendo por todas partes, como se desprende de las palabras de Mayor Oreja, quien admite la práctica en el PP vasco con la mayor naturalidad del mundo. Es obligado que todas las personas que aparecen nominalmente o por iniciales en los papeles de Bárcenas aporten su versión en sede judicial. Este presidente y el anterior de su partido deben comparecer ante el juez a decir si es cierto que cobraron sobresueldos y demás cuestiones concomitantes. Y detrás de ellos todos los cargos que hayan cobrado sobres, Arenas, Álvarez Cascos, Cospedal, etc. La danza de la muerte.

Ese episodio del presidente del Tribunal Constitucional que parece haber sido asesor del PP desde 1992 es, en el fondo, un asunto de aroma gürteliano. El nombre de la empresa de De los Cobos, Labour Prospectives podría haber sido ocurrencia de El bigotes. Y la intervención tan extemporánea de Celia Villalobos, primero amadrinando el nombramiento de Pérez de los Cobos como magistrado, y luego, movilizándose activamente para bloquear el debate parlamentario sobre su ahijado, ya da un toque patrio de sainete parlamentario. No es seguro que el TC salga de esta si su presidente no presenta la dimisión al tiempo que Rajoy la suya.

Mientras en la calle se da este espectáculo, Rajoy prepara su comparecencia parlamentaria del 1º de agosto. Hará lo que tiene por costumbre: no dar explicaciones y no responder a las preguntas. Será mucho más patente y suscitará comentarios y opiniones más vitriólicas que de costumbre, pero ya se encargará él de que no suceda nada. Pasará un rato sosteniendo que el Innombrable miente y que él está limpio como una patena. No es el Parlamento el lugar adecuado para las tácticas y discursos procesales. No corresponde al Parlamento averiguar si Rajoy cometió o no delito. En el parlamento debiera ventilarse la responsabilidad política según la cual le corresponde asumir la suya, que es muy grande, y dimitir. Un país no puede estar presidido por un gobernante bajo acusación de haber cometido ilegalidades y algunas de ellas por pura codicia.

diumenge, 28 de juliol del 2013

Rajoy entre Mas y De los Cobos.


Según decrece el estrépito ensordecedor del descarrilamiento en Santiago, se desgasta el morbo y la tragedia se instala ya para siempre en el ámbito invisible de las vidas privadas, vuelve a oírse el sobresaltado latir de la vida pública española.

La sempiterna cuestión catalana ha adquirido forma epistolar. Mas ha enviado una carta a Rajoy diciéndole se sirva acordar con él el referéndum de autodeterminación del que Rajoy, como de Bárcenas, no quiere ni oír hablar. Mas sabe que la carta no obtendrá respuesta positiva pero la envía curándose en salud cuando le toque justificar su convocatoria unilateral, aduciendo que él siempre intentó dialogar. Esa misiva es sobre todo de consumo soberanista interno. Sirve para mantener unida a CiU y mostrar que la Generalitat ejerce la iniciativa, bien que espoleada por ERC. Una vez que las cosas llegan a lo espistolar están graves. Entretenido con el barullo Bárcenas, Rajoy no se ha dado cuenta todavía del empuje que trae la cuestión catalana, acicateada por el próximo referéndum en Escocia. En Cataluña hay una marea soberanista que Artur Mas quiere capitanear. El Consejo para la Transición Nacional, un órgano ad hoc para materializar esa transición a la nación, ha advertido al Honorable de que puede acabar en la cárcel. Y eso que el Consejo no ha echado una ojeada a Twitter. En Twitter no solo quieren a Mas en la cárcel; lo quieren ya fusilado.

Pero Rajoy está en otras cosas, como le gusta decir cuando quiere hablar mal esquinadamente de alguien, que es la mayor parte del tiempo. Por eso ha enviado a contestar oralmente a su vicepresidenta, Sáenz de Santamaría quien no se ha apartado un milímetro de la doctrina oficial: "No". Para vestirlo un poco, tras recordar que la Generalitat ya tiene paralizada una declaración de soberanía, avisa de que lo que llegue de Cataluña lo enviarán directamente al Tribunal Constitucional (TC), con la unción de quien se remite poco menos que al juicio de los dioses. Justo en lo que quizá sea la hora más negra de ese órgano con un presidente que ya debería haber abandonado el cargo y dimitido de la condición de magistrado del TC.

El asunto empezó siendo una cuestión jurídico-política, bastante chusca pero con cierta dignidad. Palinuro, que entendía que la posición de De los Cobos era inmoral pero no ilegal, ha cambiado de parecer, convencido por mejores razones y cree que, en efecto, también es y era ilegal. Su dimisión no es conveniente ni oportuna ni prudente. Su dimisión es obligada. Y cuanto antes, mejor mientras salen a luz informaciones que van dibujando en el caso De los Cobos los perfiles bárcénigos y gürtelianos del PP. El hombre ocultó su militancia mientras tomaba decisiones que afectaban a su partido. Y también ocultó que no era una militancia de base sino de fuste y hasta capitel, con frecuentes colaboraciones con la fundación FAES; entre otras la reforma laboral que su partido está aplicando y sobre la que quizá tenga que pronunciarse como magistrado. No es un mero militante. Es un ideólogo y hasta puede decirse que un dirigente del partido que de forma tan torticera lo ha aupado en donde está.

Pero las ocultaciones no acaban ahí. También ocultó, al parecer, su condición de administrador único de una empresa de asesoría que, según informa El Plural, pudo haber contratado con el PP y la CEOE. O sea, que ya hemos abandonado las finas cuestiones jurídicas para entrar de lleno en el estilo de la casa del reparto de la pastuqui. Se nota hasta en el curioso nombre de Labour Prospectives, en un inglés macarrónico muy similar a los nombres de la trama Gürtel, un título que sirve para enmascarar una empresilla que, según va sabiéndose, solo contrata con .un cliente o dos, en régimen de monopsonio. Es decir, ya están aquí las contrataciones, las facturaciones de una u otra forma, los dineros públicos en danza, parte de los cuales pueden haber ido a parar a los bolsillos de este nuevo personaje.

La triple condición de militante, posible proveedor y magistrado del TC, hace que la figura de De los Cobos valga su peso en oro desde el punto de vista del PP. Desde el punto de vista de la justicia, de la democracia y del Estado de derecho, puede ser su peso pero en plomo. Lo curioso es que, reveladas las trampas del nombramiento de De los Cobos, Rajoy haya defendido públicamente que ese nombramiento se atiene a la ley. Lo cual demuestra dos cosas:

Primera: acostumbrados el gobierno y su partido a arrostrar acusaciones tremendas, a habérselas con los casos más escandalosos de corrupción que los salpican personalmente, fueron y son incapaces de ver el carácter absolutamente inaceptable de la peripecia de De los Cobos en el TC. Probablemente les pareciera cuestión menor.

Segunda: Rajoy no está para nada ni para nadie porque tiene todas sus fuerzas concentradas en buscarse salidas procesales. Por eso sus respuestas son meras perogrulladas. En el nombramiento del TC se ha cumplido la ley cuando en realidad no es así ni mucho menos. Pero es dudoso que el hombre, obsesionado con el innombrable, se entere de lo que responde cuando le preguntan.

Hacer depender la cuestión catalana de ese TC es imposible, teniendo en cuenta, sobre todo, que la Generalitat va a recusar al presidente.
 
Y este es el Rajoy que comparece el próximo 1º de agosto.

dissabte, 27 de juliol del 2013

Sangre, sudor y rabia.


Finales de Julio en un Madrid achicharrado y nunca mejor dicho pues las chicharras no paran en los jardines. Se les une la algarabía de las cotorras; por eso lo de algarabía, que es el ruido de los árabes cuando invadían en algarada tierras de cristianos; que estas cotorras vienen en son de guerra, como plaga temible de depredadoras. Tanto que el Ayuntamiento ha decidido salir a cazarlas, como los tramperos iban a cazar osos. Y quizá con medios parecidos. La nota melodiosa la ponen las urracas, mientras los madrileños van a sus cosas con la lengua fuera y sudando la gota gorda. Muchos estaban de vacaciones y regresan sudando y sudando salen los que las comienzan hoy. De siempre ha sido julio el mes más sudoroso del año en Madrid. Agosto lleva la fama pero el bochorno, el aire tan caliente que sofoca, la luz cegadora de las calles con unas acacias raquíticas, eso es de julio; cuando el foro echa el bofe es en julio. El "poblachón manchego" de Ortega se manifiesta en su cegadora crudeza. Madrid, el rompeolas de las Españas, no ha visto jamás más olas que las que hagan los bañistas en la llamada "playa de Madrid", por otro nombre la charca del obrero, y las de los patos en el apacible discurrir del Manzanares, regato con ínfulas de riachuelo. Lo primero que llama la atención (luego hay muchas otras cosas, algunas enojosas) al comparar otras capitales europeas con la española, París, Londres, Roma, Viena, es la importancia que tienen sus respectivos ríos en la vida de la ciudad. Sin el Sena, no habría bateaux-mouches, ni gabarras que van y vienen, faltaría alguna película de Renoir y quizá no hubiera ni impresionismo. Sin el Támesis y su actividad portuaria, no habría East End, cockneys, ni Shaw habría escrito Pygmalion ni Wilde El retrato de Dorian Gray, ni hubiera existido Jack el destripador, ni las novelas de Sax Rohmer, llenas de chinos misteriosos y opio. Sin el Tíber, nada de puerto de Ostia, ni Testaccio, nada de romagnolo ni isola Tiberina, ni la mole adrianea. Y ya no se hable del Danubio, ese que solo ven azul los enamorados porque todos los demás lo vemos de un sospechoso marrón. Así que los madrileños viven de espaldas a su río. Que en verdad no es tal. Hay más agua -y salada- en el sudor de los madrileños en el mes de Julio que en el Manzanares.

Y de pronto la sangre ha estallado en un punto del noroeste y ha salpicado a un país en modorra. Con tanta violencia que, en los primeros momentos, se habló de atentado. Es mucho el destrozo, la mortandad, el desastre de vidas; mucho el golpe. Casi ochenta víctimas nos han caído encima, apenas cubiertos los cadáveres con mantas apresuradas y nos han dejado de piedra. Ha habido varios tipos de reacciones destacadas. Lo primero de todo, la laureada de honores, para esos bomberos que han interrumpido su huelga y se han puesto al tajo de salvar vidas humanas. La población en bloque a socorrer a las víctimas, a ayudar a los policías, los sanitarios, los médicos y a donar sangre. Tanta que hubo que organizarlo todo vía twitter para que los hospitales no se colapsaran. La sociedad es rápida, solidaria, eficaz. Las autoridades han respondido. Feijóo llegó en minutos, luego fue Rajoy, que parece ir aprendiendo. Los medios, en general, no tuvieron su mejor día. El 24h de RTVE ni se enteró de lo que estaba pasando y las cadenas privadas fueron incapaces de interrumpir la programación. Mucha prensa escrita derivó hacia lo morboso y sensacionalista, levantando la indignación de las redes. Son las redes las que han difundido la noticia, han colaborado en las medidas de socorro y han comentado la cobertura de los medios. Las redes son más rápidas, más flexibles a fuer de interactivas, están más capilarizadas y, por supuesto, son inteligentes.  También han albergado el debate de interpretaciones. ¿Cómo entender la catastrofe? Hay quien busca el lado politico: es el capitalismo, las privatizaciones, el afán de lucro, los recortes, la presión a la que están sometidos los trabajadores. Y hay quien reduce el asunto al factor humano puramente individual: el maquinista. Las dos empresas, RENFE y Adif, lo culpan directamente. Sospechoso. Pero precisamente circulan historias de comentarios suyos en su TL en Facebook que ponen los pelos de punta. Lo más probable es que haya de todo, incluida la negligencia culpable de alguien más y, como siempre, la indignante comprobación de que las empresas no invierten en seguridad por codicia. Como sea, la sangre ha estallado en Santiago y se ha mezclado con el sudor de julio.

Y todo lleva no a las lágrimas sino a la rabia. Esa tragedia de la gente normal se da en una sociedad gobernada por unos políticos consistentemente acusados de haber cometido todo tipo de delitos, faltas, trapacerías, arbitrariedades y corruptelas. Un presidente del gobierno de quien dice el ex-tesorero de su partido, al que él nombró y con quien estaba a partir un piñón hasta hace muy poco, que incumplía la ley de partidos. A quien el mismo personaje acusa de de haber cobrado sobresueldos hasta el ultimo momento en sobres . Un presidente que según el mismo Bárcenas, (a) el Innombrable, le había garantizado que cobraría su salario sine die. La rabia surge al ver que es todo así de sórdido, de ruin, de miserable. Y que están todos en ello: Arenas protegiendo a Bárcenas, Cospedal despidiéndolo en diferido antes de lanzarle demandas como quien tira venablos, Aznar, Álvarez Cascos, Mayor Oreja, Trillo, callados como difuntos. Y a este cortjo principal acompañan chirigotas, mojigangas y comparsas de lo más variado, Urdangarines, Matas, Lópeces Viejos, Albondiguillas, Sepúlvedas, Bigotes, Fabras, Baltares y me dejo docena y media del tablado de la pillería. Un cuadro de Gutiérrez Solana, una fiesta como el auge y caída de la ciudad de Mahagonny, en donde el robo estaba institucionalizado..

Está claro que la estrategia de Rajoy de no hablar, mandar callar, silenciar al extremo patológico de no nombrar a Bárcenas, ha fracasado. Gürtel y Bárcenas, Bárcenas y Gürtel son la ruidosa agenda española, tienen al gobierno contra las cuerdas, dedicado exclusivamente a escurrir el bulto e idear estrategias de salvación ante una convición cada vez más extendida: no hay otra salida que la dimisión. Total, el gobierno no gobierna; se defiende. Gobernar, gobierna Bárcenas, el delincuente, "ese señor", cuyo cuñado sigue siendo el jefe de algo importante en la sede de Génova. Gobiernan las cabeceras de los periódicos, con El Mundo por delante y los otros diarios de la derecha defendiendo trincheras. Gobierna Europa. Todos los barandas europeos tienen la nariz metida en España. Incluida su prensa que, por cierto, pone a Rajoy cual no digan dueñas. Ni siquiera la Dueña dolorida que, evidentemente, no lee The Economist. Gobiernan todos menos el gobierno.

A lo que no renuncia Rajoy es a la marrullería. Tiene que comparecer, según dice con su habitual sinceridad, "a petición propia" y tiene que hablar, tiene que explicar. Pero explicar ¿qué? ¿Nadie le ha leído sus derechos? ¿Nadie le ha dicho que todo cuanto diga podrá usarse contra él por la vía judicial? No hace falta. Ya lo sabe él muy bien. Por eso se propone desactivar la comparecencia. La ha puesto el 1º de agosto, quiere rellenarla de información no pedida sobre Europa, la crisis y las consabidas reformas y pretende obscurecerla anunciando la bajada de algún impuesto. Esto ultimo es llamativo: quiere mitigar la rabia y la indignación comprando a la gente. Es una forma de ver el mundo. No precisamente noble.

Bien. Y producida la comparecencia, dadas las no-explicaciones y ofrecida la no-dimisión, ¿qué más cabe hacer? Hay quien dice que basta con sentarse a esperar los desarrollos procesales del caso Bárcenas quien ya ha anunciado que tiene dinamita para volar el gobierno. Puede ser cierto, puede ser un farol pero, si el juez no se toma vacaciones, este agosto promete ser el más amargo de la vida de Rajoy. Y el de más rabia del reino.
 
También cabe ir adelante con la moción de censura. No cabe; se debe plantear. El presidente podrá asistir o no (doble contra sencillo a que no), pero el líder de la oposición mayoritaria podrá explicarse en la cámara y, a través de la cámara a todo el país. La opinion está deseosa de escuchar a un politico sobre el que no pese la acusación de ser un rufián.

(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

divendres, 26 de juliol del 2013

La comparecencia no exime de la dimisión.


Leo que la Junta de Portovaces no ha admitido la solicitud de comparecencia de Rajoy presentada por el PSOE porque este pide que, además de comparecer, el presidente dimita. Normal. Un presidente de gobierno en un país parlamentario que se niega a comparecer en el Parlamento y solo lo hace arrastrado, porque no tiene más remedio y habiendo hecho todo lo posible durante siete meses para evitarlo, no merece seguir siendo presidente.


Leo asimismo que el PSOE mantiene la moción de censura a reserva de lo que salga de la comparecencia. Todavía me parece mejor. No sé de dónde había sacado yo que los socialistas habían ido raudos a retirar la moción de censura al anunciar Rajoy su presencia. Me felicito mucho de que no sea así y lamento haber tomado lo que quizá fuera un bulo malintencionado por una noticia.

En cuanto a lo que la comparecencia dé de sí, lamentablemente cabe esperar lo peor. La convocatoria para el 1º de agosto, fecha en que toda España está en la carretera, unos yendo y otros volviendo de las vacaciones, ya deja ver la habitual mala fe del gobierno. Dice que va a hacer algo y se dedica a torpedearlo sistemáticamente antes de empezar. La oposición quiere hablar de Bárcenas, quiere escuchar al presidente del gobierno explicando sus relaciones con Bárcenas. Rajoy, sin embargo, trata de ampliar la agenda a ser posible hasta el infinito, hablando de economía, de la crisis, de Europa; todo lo cual está muy bien pero no hace al caso porque la petición es de comparecer para hablar de Bárcenas. No de otra cosa. Justo lo que hará Rajoy que, con un poco de suerte y un mucho de desvergüenza acabará la intervención sin mencionar por el nombre al tal Bárcenas con quien estaba a partir un piñon y abrir un sobre hace dos años y con quien se whatasapeaba animadamente hace unos meses.

La moción de censura sigue siendo obligada. El presidente no va a dar explicación alguna de la fronda de corrupción que hay en su partido porque no puede. De un lado está su partido, del que él es presidente; de otro la corrupción que también es el partido y el gobierno, los dos presididos por él. El principal encausado es su fiel tesorero, por él nombrado y quien lo acusa directamente de haber conocido y participado en el expolio a que todos juntos han sometido el país. Debería ser suficiente para dimitir sin más y dedicar todo su tiempo a su defensa procesal. De ese modo, además, liberaría el país de una rémora. Es imposible que pueda dar buen resultado un presidente del gobierno obsesionado por su necesidad de supervivencia.

Hay se han convocado de nuevo en las redes manifestaciones y concentraciones para que Rajoy dimita.

Pero Rajoy no dimite

dijous, 25 de juliol del 2013

Una desgracia.







Sin palabras.

El minotauro picassiano.


La Fundación Juan March ha decidido pasar el verano con una miniexposición dedicada al minotauro picassiano. Se compone de la pieza central de la Minotauromaquia (1935), quince grabados de la Suite Vollard (1930-1936), mayoritariamente con tema minotáurico y los once ejemplares que se editaron de la revista surrealista Minotaure (1933-1939), cuyo número primero traía una portada de Picasso, habiéndole seguido, entre otros, Dalí, Miró, Ernst o Magritte. Muy agradecidos de que en este julio asfixiante nos den la posibilidad de apartarnos por unos minutos y pasarlos en otro mundo.


Es saber común que en el minotauro vierte Picasso su genio del momento, que se proyecta en él, lo representa de muchas formas, lo carga de mil simbolismos de sexualidad, violencia y muerte. Alguien aficionado a los toros tenía que sentirse atraído por la humanización de la fiesta que viene incorporada en la leyenda del monstruo de Creta, el hijo de Pasifae, con cuerpo de hombre y cabeza de toro. Recordando que los años treinta son muy agitados en las relaciones sentimentales de Picasso y también los de la República en su país (pero no la guerra civil que, si se menciona es por anacronismo), muchos hablan del laberinto en que se encontraba el pintor en aquellos años. Pero me parece que se trata de una proyección, un tropo. No veo laberinto alguno en estas imágenes. El arte es libre. Puede coger lo que quiera; retirarle sus atributos; darle otros; recrearlo. El laberinto es una obra de la razón humana. Dédalo es ingeniero. Es la razón misma. Y el minotauro es la pasión, la fuerza, a veces una figura báquica, el lado oscuro en relación con los humanos. Es en todo excesivo, se emborracha, goza la vida, sufre tribulaciones, muere, ama e incluso viola a las mujeres y recupera la vieja historia de la bella y la bestia.  El mismo Picasso reconocía que, si se unieran todos los puntos de su vida, saldría la imagen de un minotauro.

Todos los personajes de la leyenda del minotauro, Egeo, Teseo, Ariadna, Pasifae, Minos, Dédalo, Ícaro, han desaparecido. Solo queda la figura del monstruo y la sombra báquica al fondo. El artista lo ha aislado, estilizado, símbolo de esa fuerza incontenible que identifica con la creatividad. Pero luego le adosa otra leyenda que le es ajena pero obliga a reinterpretar la imagen: el minotauro ciego, conducido por una niña, funde el mito de Edipo con el otro. Pero también libremente. Mientras Edipo, que se ha sacado los ojo, huye, el minotauro, cegado por desconocidas razones, busca. Un minotauro todavía más humanizado, convertido en peregrino y guiado por la inocencia.

La Minotauromaquia, que se exhibe en la exposición como la pieza central, es un grabado alucinante. Una escena abigarrada llena de simbología misteriosa y de violencia, de inmensos contrastes que obligan a mirarlos una y otra vez, a saltar de una figura a otra, en busca de un sentido unitario que no tiene pues cada una cuenta una historia diferente. Las dos mujeres en la ventana con las dos palomas en el alfeizar, como si vivieran en otro mundo, contemplan el espectáculo del caballo desentrañado, con la mujer desmayada sobre el lomo, violencia y muerte iluminados por la vela de la escolar que el minotauro parece rechazar. El hombre barbado de la izquierda, que recuerda lejanamente una figura del incendio del borgo, de Rafael, parece estar escapando, pero sin perderse nada de lo que deja atrás. 

dimecres, 24 de juliol del 2013

Nivelón.


Las redes son laberintos demoníacos. No hay día en que alguien no la arme en Twitter. En el fin de semana, un subjefe de la marca España, un señor Fago, diplomático de profesión, era fulminantemente destituido por haberse dirigido a los catalanes como catalanes de mierda, algo que, por lo demás, se lee mucho, aunque no en tuits de personajes tan encumbrados. Ayer Toni Cantó, actor valenciano (creo) y diputado de UPyD se metía con los defectos de dicción de Rajoy y tuiteaba No queríaish comparecencia? Puesh osh la voy a poner el día uno d agoshto,a ver como osh lo montáish con vuestrash familiash. Unos tuits más adelante, el hombre, que tiene más de 130.000 seguidores, se disculpaba. Cualquiera que mire Twitter verá que esa burla está muy extendida. Es verdad que tiene un punto de crueldad meterse con la dicción del presidente, pero también lo es que los políticos debieran esforzarse algo más, dado que lo suyo es, básicamente, hablar. Debieran tomar clases de retórica, de oratoria, ¿por qué no, de dicción?

Se ha perdido la costumbre de hablar bien o, cuando menos, de intentarlo; eso se nota y no ayuda en nada a prestigiar a esta gente que no tiene la estima muy subida. Porque uno puede hacer caso omiso de los defectos de dicción que, al fin y al cabo, suelen venir de la infancia. Pero ¿cómo nos sentimos cuando otro con dicción normal nos abruma con sus posicionamientos, mireusté, sus poner en valor, sus crecimientos negativos, sus "le digo sinceramente", sus "razonablemente optimistas", sus "como no podía ser de otra manera", sus permanentes "apostar" o entrar a valorar y no digo nada de conquistar el futuro, pasar página, sumar y no restar (todavía no han llegado a la multiplicación y la división), sus no temblarles los pulsos y sus poner las manos en el fuego que generalmente se les queman. En esto Rajoy es un consumado maestro. No es cosa de dicción, es cosa del concepto. Cada vez que toma la palabra se despacha con una sarta de simplezas, perogrulladas y vaciedades del tipo de: el gobierno no perderá el rumbo, nadie me va a apartar de mi tarea, gobernaré como Dios manda, con sentido común, España es una gran nación, el gobierno respeta las decisiones de los tribunales (como si pudiera no hacerlo) o nadie puede gastar más de lo que tiene, lo cual es falso en una economía basada en el crédito.

En realidad es un nivel propositivo muy cercano al de las peras y las manzanas de la alcaldesa de Madrid, cuya capacidad mental es inversamente proporcional a la rapidez con que se enfurece cada vez que alguien la contradice. Probablemente por eso fueran tan amigos en el pasado, aunque el de Pontevedra es más pacífico y sosegado, más bovino. Con todo, en mitad de huracán Bárcenas, ya ni eso es seguro. La vida es un permanente desengaño. Lo sabe muy bien la Dueña Dolorida que jamás pudo sospechar el abismo de maldad en que operaba el "delincuente" Bárcenas. He aquí otra que también obraría con prudencia si fuera menos agresiva, sobre todo con el lenguaje. Es una máquina de soltar adverbios terminados en "mente". Y cuando digo "soltar", modero el verbo.

Con estos palos construye Rajoy su estrategia discursiva. Tiene poco donde elegir, pero lo que elige lo elige para embarullar, mixtificar , hacerlo todo más oscuro e incomprensible y, en definitiva, para escabullir el bulto. Comienza por afirmar que comparece "a petición propia". Lleva siete meses negándose a comparecer y ahora dice que lo hace a petición propia cuando obviamente lo han  arrastrado tirando del ronzal porque le da pánico escénico. 

Asegura ser consciente de que hay una "legítima" preocupación en la sociedad. También ha tardado siete meses en enterarse. Y en cuanto si la preocupación de la gente es legítima, él dice que sí pero su alter ego, la Dueña dolorida  dice que no,  que esa "preocupación" es innoble agitación ambiental de demagogos contra un PP que es cristalino y un presidente, dechado de acrisoladas virtudes. Es la agitación de la Antiespaña.

La estrategia de estos pillastres que hablan de política, la patria, la Nación, el empleo, España pero solo piensan en sus bolsillos y en cómo llevárselo crudo es siempre la misma: tú niégalo todo, rechaza la evidencia una y otra vez con rostro de piedra hasta que llegue el momento de ponerse al frente diciendo que eso que antes negabas es lo que llevas defendiendo toda tu vida.

Conceptos, prácticas sociales inveteradas como la verdad, la sinceridad, el compromiso, la integridad, la honradez, la palabra dada, la entereza carecen ya de valor en este magma de estupidez y granujería en que se ha convertido el gobierno de España de la mano de un hombre cuya dignidad está a la altura de su veracidad. 

En su permanente enredar y amañar las cosas, Rajoy pretende que en su comparecencia se hable de economía y, si le dejan, de toda las secciones de un diario, incluidas las recetas de cocina y el horóscopo. La oposición se niega a la intención subrepticia de diluir el asunto Bárcenas con el cuento de hablar de la economía y la labor del gobierno. Hace bien y le brindo un razonamiento para su actitud: ¿de qué economía y gobierno quiere hablar este señor si es evidente que no gobierna, que no tiene tiempo para gobernar, porque se pasa el día ideando estrategias para salvarse a sí mismo? Una estrategia al servicio de la cual ha puesto los intereses del país que no son otros sino que él y la gente como él se aparten de la vida política. Que ya está bien de mangantes y sinvergüenzas.

Bueno. Mañana hablo de Picasso.

dimarts, 23 de juliol del 2013

Moción de censura; sí pero no; no pero sí.


Vamos a hablar con la claridad que falta en la vida política española.

Palinuro lleva meses pidiendo una moción de censura (MC) a este gobierno de ineptos, embusteros y corruptos. Ahorrémosnos las habituales disquisiciones sobre si se puede ganar o no, etc., que solo sirven para que los todólogos y seudocultos de las tertulias se levanten una pasta por no saber lo que dicen y reírse de las audiencia. La MC puede ganarse perdiéndola y perderse ganándola.

Por fin, siendo ya el escándalo mayúsculo y estando Rajoy hasta el cuello en la pomada barcéniga, Rubalcaba anunció la siempre rehuida MC.

La reacción del PP, la habitual. Primero, el lenguaje tabernario a cargo del especialista Floriano, quien, al decir que "el PSOE no tiene lo que hay que tener para presentar una moción de censura", reducía el asunto a una cosa de gónadas, lo único que le cabe en la cabeza, entre adoquín y adoquín. Luego, claro, confusión y gritería. Por último, los doctores en desvergüenza, Rajoy, Cospedal y sus enanitos de la prensa, afirmando que la MC era innecesaria pues Rajoy comparecerá a petición propia. La verdad, prefiero a Floriano.

De la MC rubalcabina no hay que fiarse mucho. La presentó tan a regañadientes y a rastras como Rajoy irá al congreso. Tuvo que presentarla visto el empecinamiento del otro miembro del duunvirato, Rajoy, en cavar su sepultura. La de los dos, pues esta pareja -probablemente la más veterana de la política española- tiene muchos elementos en común y, en el fondo, sabe que el destino del uno será el del otro.

¿Por qué no quería comparecer Rajoy? Obvio: porque solo puede seguir contando mentiras y el repertorio se le ha acabado.

¿Por qué no quería presentar Rubalcaba la MC? Porque tendría que mostrar que el PSOE tiene una alternativa, que cuenta con la gente necesaria y el líder adecuado. Y no es así, se mire como se mire.

Así que, anunciar Rajoy que, por fin, irá al Parlamento a tratar de escurrir y bulto y seguir mintiendo (el lo llama "responder") y correr el PSOE a retirar la MC fue todo uno. Venga, ya está, pelillos a la mar: Rajoy larga sus habituales incongruencias y mentiras en sede parlamentaria, los suyos aplauden falangistamente, como suelen; los sociatas lo ponen a caldo, pero tampoco mucho y, cosa acabada, la vida sigue, nos vamos de vacaciones y, cuando empiece el curso, los dioses dirán.

Sospechoso, ¿verdad? Ninguno de los dos duunviros quería la MC. Ninguno.

Sin embargo, había y hay razones más que suficientes para presentarla no por la incomparecencia de Rajoy, sino por el conjunto de su política errática, absurda, antipopular y, sobre todo, por su presunta corrupción y el hecho de haber convertido el PP, según lo que se sabe por ahora a partir de los papeles de Bárcenas en una banda de mafiosos.

Tomás Gómez, siempre medio paso por delante (medio, ¿eh? no uno) insiste en que hay que presentar la MC vaya o no Rajoy, pues sobran razones para hacerlo. Desde luego, desde luego. Pero Rubalcaba hará como siempre, como si no oyera. En esto también tiene actitudes típicas de la derecha, hacer como si lo que le molesta, fastidia o contradice no se hubiera pronunciado, no se hubiera dicho, no existiera.

¡Presentar la MC cuando Rajoy ya ha picado y ha dicho que comparecerá! Este Gómez debe de ser medio bolchevique y, además, descreído, republicano y quién sabe si partidario del derecho de autodeterminación de los catalanes. Vamos, hombre. ¡Presentar él una moción de censura que le obligaría a contar a la ciudadanía cuáles son las alternativas a estos nacional-católicos de la carcunda y quién habría de aplicarla: nada menos que él, cuyos índices aprobación y confianza ciudadanas son inferiores a los de Rajoy! Venga ya, Tomás.

En realidad, a Rajoy le perdió el rumano, que le hizo saltarse su jugada. Él, que conoce a Rubalcaba como si lo hubiera parido pues los dos llevan calentando escaños desde fines de los 70s, cuando no había ni móviles, apostaría a que el cántabro iba de farol. Pero los nervios le fallaron y anunció la comparecencia y Rubalcaba respiró, viendo que el otro había picado como un pardillo, pues nunca tuvo verdadera intención de presentar la MC, por lo que dio inmediata orden de retirarla, no fuera a ser que él también tuviera que explicarse. Claro, así está el país. Y ya veremos qué pregunta esta oposición penosa al rey del sobresueldo.

No hay que dar ideas a estos pavos pero, si yo fuera Rajoy -los dioses no lo permitan- ahora, con la MC retirada, el 1º de agosto me ponía enfermo y no iba al Congreso. 

Una última observación. He leído por ahí que Cayo Lara no apoyaría una moción de censura que presentara el PSOE. Espero haberme equivocado. Pero, de no ser así, solo me queda decir una cosa a los comunistas, procomunistas, sotocomunistas, seudocomunistas, paracomunistas, pericomunistas y demás neocomunistas de la izquierda "verdadera", "transformadora", etc: no tenéis arreglo y los verdaderamente iguales al PP sois vosotros. Extremadura es lo vuestro y Andalucía (en tanto no gane Sánchez Gordillo), una excepción.

Contraataques.


Con razón odia Rajoy la ruedas de prensa, las preguntas y a los periodistas. No hay modo de meterlos en cintura, caramba. Cuando crees tenerlo todo bien atado, cuando menos te lo esperas, salta un Ciprian Baltoiu y te suelta la pregunta que llevas siete meses evitando. Y no solo la suelta en perfecto español de forma sino también de fondo. Le pregunta el rumano cuándo y dónde piensa responder a la cuestión de Bárcenas, si en el Parlamento, ante un juez o en un discurso en la tele. No es de extrañar que a Rajoy se le descompusiera el rostro. La foto de El País es muy buena. Pero merece la pena ver el vídeo, que está colgado en el portal de La Moncloa íntegro. Espero que los especialistas en lenguaje no verbal, gesticular, nos deleiten con sus interpretaciones porque la faz del presidente, según va primero oyendo y luego comprendiendo la pregunta, canta. Es un gesto de pasmo absoluto, seguido de otro de resignación ante lo inevitable: tiene que hablar; tiene que decir algo; tiene que improvisar. Improvisar, santo cielo, con lo mal que se le da. Y, en efecto, esto es lo que improvisa: que Baltoiu es un buen "seguidor de la política española" y que, comparecerá en el Parlamento a últimos de julio o primeros de agosto, cosa que, lo más seguro, improvisó en tan angustioso momento. Lo de haber presentado ya la solicitud de comparecencia suena a la habitual  ración de trola.

Resumen: Rubalcaba ha arrancado la comparecencia y Baltoiu ha fijado el día y el lugar. Rajoy es como un cardo arrastrado por el viento. Va a dónde le dicen. Prueba irrefutable de liderazgo. Sáez de Santamaría y Margallo estarán satisfech@s de su presciencia: Rajoy comparece cuando lo estiman oportuno y conveniente... Rubalcaba y Baltoiu. Y no haya equivoco: Baltoiu merece que le hagan socio de honor de la asociación de la prensa. Eso es solidaridad profesional, sí señor. Sus colegas le deben una. A lo mejor se la devuelven en Rumania, en donde quizá los periodistas rumanos tengan la misma libertad que aquí tienen los españoles, es decir, escasa. Todos los periodistas hubieran querido hacer esa pregunta y muchos en sus exactos términos, pero hay una serie de barreras que lo impiden, desde las institucionales de La Moncloa y los chanchullos y maniobras para emascular las ruedas de prensa potencialmente "peligrosas" hasta las relaciones contractuales con sus empresas en tiempos de precariedad y zozobra laboral. En España, la de periodista es profesión de riesgo. Que se lo digan al de ayer, apaleado mientras curraba en el escrache feminista.

Y más y más. Ya dicen los heraldos de la verdad que Rajoy comparece a petición propia. (Sí, es la misma petición propia que hace en urgencias el que acaba de abrirse la cabeza con una farola). Para calmar, añade Cospedal, ese clima de alarma social que ellos han creado. (Ellos son los "políticos y periodistas"; o sea, los judeomasones que no descansan). Y porque, corona el nuevo discurso Rajoy, él quiere aclarar dudas que legítimamente tiene mucha gente. Suena, en efecto, a contraataque que merecería algún crédito de no ser porque todas esas consideraciones y afirmaciones se hacen a los siete meses de estallar el escándalo. O, lo que es lo mismo, siete meses negándose en redondo a dar explicación alguna de nada, mintiendo como bellacos, diciendo lo contrario de lo que ahora aseguran con la misma falta de vergüenza que en ellos es endémica y pandémica.

Ahora, hay otro giro radical y falso, sembrado de los habituales embustes. Dice Rajoy que él va siempre al Parlamento (sic), que responde cuando le preguntan (sic) y que hasta ahora nadie le ha preguntado en el parlamento. Parece como si el que no siguiera la vida política española fuera Rajoy. O quizá piense que la gente es tonta, no se entera de lo que pasa y se le puede colocar cualquier trola.

Contraataca también la dueña dolorida, más dolorida y más amenazadora que nunca. Asegura que ya va a presentar la segunda denuncia contra Bárcenas, de la que lleva hablando un par de semanas. No va a dejarse pisotear. El señor Bárcenas no es el PP. Lo que hiciera es cosa suya y sus papeles son todos falsos en lo que respecta a los cobros de sobresueldos en "sobres marrones". Hasta ahí podíamos llegar. Pero ¡qué le vamos a hacer! Son los papeles de Bárcenas frente a su palabra que, la verdad, vale poco, después del contrato simulado liquidado en diferido. Y ahí ya la dueña pierde los estribos e, indignada de que se cuestione sistemáticamente su integridad, se apunta al expediente no-estoy-en-política-por-dinero. Por todos los dioses: otra que se sacrifica por la Patria, como Rajoy. Ya escama y avergüenza un tantico que tengan que decirlo. Sostiene Cospedal, descubriendo la luz de la verdad, que ganaría mucho más con su profesión de abogada del Estado. ¿Sí? ¿Cuántos abogados del Estado poseen un cigarral de 2,5 millones de euros a los cuarenta y tantos años de edad y con 1.200 euros de trienios?

La señora Cospedal se ha zafado con una triquiñuela de comparecer en el parlamento castellano-manchego, pero se despacha a gusto por la televisión, que para eso es suya, aunque la paguemos entre todos. Es el estilo caudillo, que esta temporada se lleva mucho.

dilluns, 22 de juliol del 2013

Es usted el hazmerreír del planeta, amigo.


Aplausos a ese periodista rumano con su magnífica pregunta que ha tumbado a Rajoy en la lona como un directo a la mandíbula. Y hay que ver qué cara de payaso se le ha quedado. Hasta el Huffington Post del que tomo la noticia y la imagen, titula así la información: La cara que se le ha quedado a Rajoy cuando un periodista rumano le ha preguntado por Bárcenas (VÍDEO). Porque ha sido así, bien directo y claro. Quería saber el periodista rumano -prez de su profesión- cuándo y cómo iba a contestar Rajoy las cuestiones sobre Bárcenas: en el Parlamento, ante un juez o en una conferencia, como la última vez. Mejor y más sucinto, imposible. El rumano ha hecho la pregunta que todos los periodistas españoles anhelaban hacer y no han podido porque sobre ellos pesan dos represiones de las que el rumano estaba libre:

Primera: las trampas, amaños, mentiras habituales de Rajoy y La Moncloa para evitar preguntas, falsearlo todo y conseguir que nadie hable, nadie pueda preguntar nada y el sobresueldos nos coloque su habitual sarta de trolas sin riesgo de que nadie lo inquiete.

Segunda: la represión de las empresas periodísticas. ¿Se imagina alguien a un periodista del ABC o La Razón haciendo esa misma pregunta que quema los labios a todos los periodistas? ¿Cuánto tardaría en ser fulminantemente despedido de su empresa? ¿Media hora? ¿Una? No más de una. Esto es España, señores. Aquí los periodistas no preguntan motu proprio sino según lo que les ordenan los directores que, previamente, han pactado la cuestión con el preguntado para que este pueda llevar la respuesta escrita y leerla con sus habituales balbuceos pero sin grandes errores. 

Es una situación, ridícula, humillante. Es usted objeto de la rechifla mundial. Lo llaman "chorizo" ya en todas partes. ¿Nos jugamos algo a que el término chorizo va a ser la nueva aportación española del siglo XXI al vocabulario político mundial, como "guerrilla", "golpe de Estado", "Junta", "Caudillo" y "liberal". Ya veo a un inglés del siglo XXII diciéndole a otro: I have been chorized o a los franceses cantar: "Nous chorizerons pour la Patrie" o a los alemanes: Fahren Sie im Urlaub zu Chorizenland. Marca España: ¿cantimpalos?

Resumen: Mariano Sobresueldos ha vuelto a escenificar un espectáculo a cuenta de Bárcenas, cuyo nombre continúa sin pronunciar y sigue haciendo el ridículo a ojos del mundo entero. Está claro que, con su amenaza de presentar una moción de censura, el PSOE ha logrado que este presunto corrupto se coma sus palabras, sus machadas y su firme propósito de no dar explicaciones. Por supuesto, tanto él, como el coro de pelotas que tiene repartidos a sueldo por los diarios, las radios y televisiones dirán que no, que comparece porque quiere, cuando "lo estima oportuno", como dice el tiralevitas de Margallo cuando la realidad es que va a rastras, a regañadientes, empujado y porque no le queda más remedio a raíz de las amenaza de la moción de censura.

Y con un miedo pánico. Porque le van a decir lo que no quiere oír: que es un inútil, un fracasado y, supuestamente, un mangante.

En realidad, los oposición lo tiene muy fácil. Son dos preguntas y solo dos preguntas. Y, salvo que se decrete que sea un pleno "sin preguntas" (pues todo es posible con estos neofranquistas) son las preguntas que Palinuro lleva meses haciendo:

Primera: ¿cuánto ha cobrado usted en los últimos diez años y por qué conceptos? Incluya, por favor, los pagos en especie: trajes, corbatas, viajes, etc.

Segunda: ¿cuántos sobresueldos se pagaron bajo su mandato, por cuánto y a quiénes?

Ni muerto ni vivo.

Viene el paisano de Vlad Drakul y Rajoy aprovecha la circunstancia para reaparecer procedente de... de ¿dónde? Pues quizá de la Transilvania. Reaparece en su naturaleza de muerto viviente o vivo muriente. El rito es, maldita sea, obligado: viene el afuereño y hay que hacerle los honores. Aprovechando que Van Helsing está en Moscú, explicando a los rusos lo que tienen que hacer para mitigar el paro en España, se mostrará en La Moncloa a responder a dos preguntas de periodistas españoles.

A propósito, ¿por qué dos preguntas? ¿Por qué no una y acabamos antes? O mejor, ¿por qué no ninguna? Que los periodistas le hagan todas al rumano quien, como buen hijo de la Dacia, será locuaz. De todas formas, nadie le mostrará una ristra de ajos o de crucifijos al presidente, que se las habrá amañado para pactar las preguntas con algún director fiel a la causa. Dada la notoriedad que se adquiere luego por cómo te ponen los colegas en las tertulias, sugiero que, para contribuir al desarrollo de las PYMEs, que tanto le preocupan, pacte la pregunta con el director de El berrido liberal de Pinganillo de Oreja. Seguro que le suben las ventas.

A lo mejor se le ha ocurrido al presidente que con una nueva comparecencia al compás del dos resolverá el lío en que se ha metido por ignorar una ley de hierro de la vida: cuanto más quieres evitar algo, más se te impone. Decretó toque de silencio en el campamento y la algarabía no cesa; quiso evitar el nombre de Bárcenas y se lo encuentra hasta en los semáforos; pretendió ocultarse y eso hace sus apariciones más espectaculares. Trataba de no comparecer y tiene que hacerlo varias veces, mal, arrastrado, sin elegancia, a regañadientes: una vez con el polaco, otra con el rumano, otra cuando finalmente decida a su libérrimo parecer si por plasma, en una rueda de prensa con guacamole o en una charla distendida a bordo de un avión; y otra, la cuarta, finalmente, cuando no consiga evitar la moción de censura.

Y dice este señor, con quien ya empiezan a sentirse incómodos en su partido, al menos los que no cobraron sobresueldos, que él no está para estas menudencias, sino para sacar a España de la crisis. Pero, en realidad, la crisis se llama Rajoy. Se lo han dicho ya en español, en inglés, en francés, en italiano y en las demás lenguas que no habla. El The Economist que, a veces, se parece al Private Eye;lo llamaba con elegancia británica chorizo. Está arreglando la marca España. Esa marca de la que han tenido que sacar a empujones a un señor que tuiteaba catalanes de mierda...no se merecen nada. Un señor diplomático de carrera. Si alguna vez es Cataluña independiente, sugiero que España mande como embajador a este genio. Seguro que los catalanes le dan el placet.

Una digresión. Es la segunda vez que nos insultan con eso de que Rajoy no está en política por dinero sino para arruinarse por su amor a España. Margallo lo expresó en los términos legionarios al uso entre los suyos: Rajoy pierde dinero por entregar su vida a España. Ya está bien con estos diplomáticos. En primer lugar, no es verdad. No se sabe cuánto dinero ganaría Rajoy de no dedicarse a la política porque eso no ha sucedido nunca. Lleva toda su vida en cargos públicos. Fue hacerse registrador de la propiedad, tomar posesión y calzarse su primer cargo público como presidente de la Diputación de Pontevedra y, desde ahí, con tesón, sin prisa, sin pausa, como el buey por el surco, ha llegado a presidente del gobierno. Y, en el camino, según los papeles de Bárcenas, fue cortando lorquianos limones redondos en sobres hasta que se puso de oro. Pero, en segundo lugar y aunque fuera verdad, que no lo es, ¿obligaba alguien a Rajoy a sacrificarse por España? ¿Se lo pidió alguien?  ¿Aznar es alguien? ¿Cuándo le dijo España a Rajoy que le consagrase su vida que, por lo demás, tampoco es tan apasionante? Si lo hizo fue porque quiso, porque le interesaba. ¿Por qué tenemos que estarle agradecidos? ¿Qué culpa tenemos los españoles de que no estuviera a la altura de la responsabilidad que, en su inconsciencia, se echó sobre los hombros? O, para decirlo en términos más llanos, estos ¿de qué van?

Haga lo que haga Rajoy, aparezca o desaparezca, los indignados le han preparado otro escrache para el día 26 en todo el país y tenga por seguro Rajoy que irá mucha gente. Más que a la vergüenza de las barbacoas de chorizos. Y ya han quedado todos y se han dado cita porque, en realidad, les da igual lo que pueda decir hoy este presidente zombie. Como le da igual a casi todo el país. En el fondo, lo que la ciudadanía está esperando escuchar es una sola palabra, dimito. Si no le gusta, si le amarga, si se le hace cuesta arriba, cámbiela por otra: Bárcenas.

Son la misma.

diumenge, 21 de juliol del 2013

No hay salida.

Los papeles del innombrable queman. La contabilidad del PP colgada en la red echa la gasolina a la pira en que se ha convertido el partido y en la que está dispuesto a inmolarse su presidente a quien ya todo el mundo tiene por el principal (y no el único) responsable de esta gigantesca estafa, este engaño permanente y universal, esta inmensa mentira. Cada día, esa información, que los conservadores no pueden ya mantener oculta ni negar, trae un dato escandaloso nuevo que pone a prueba la santa paciencia de la ciudadanía, atónita, suspensa, indignada, sin dar crédito a lo que se va conociendo.

Ahora resulta que el PP también es sospechoso de haber blanqueado dinero -dinero de Bárcenas, pastuqui a lo grande, a lo Gürtel- mediante la compra de sus dos sedes en Bilbao y en Logroño. ¿Hay algún delito que no se haya cometido presuntamente en el PP en los últimos 20 años, vale decir, en toda su historia? Si, en efecto, aún le quedan muchos; pero con los que parece llevar, empiezan a alzarse voces pidiendo la ilegalización del partido como presunta asociación ilícita.

¿Puede un partido político ser una asociación ilícita? Por supuesto. Y en este caso concreto, la acusación no está infundada. Según los papeles barcénigos, en estos veinte años el PP ha estado percibiendo sumas astronómicas de donaciones ilegales que "pagaba" con contratos a los donantes (y, por tanto, también ilegales), con las cuales ha hecho, al parecer de todo, pero, en lo esencial, financiar ilegalmente sus campañas electorales y repartir sobresueldos, a modo de "dividendos mafiosos" entre sus principales dirigentes, muchos de los cuales, además, han estado dándose el vidorro padre a costa de los españoles, empezando por el propio Rajoy a quien, al parecer, también se le pagaban los trajes y las corbatas, como se decía de Camps. Y, de paso, se ha cargado el Estado porque los resultados de unas elecciones fraudulentas no pueden ser legales.

Entre los escándalos del pasado reciente y los de más rabiosa actualidad, en verdad, la situación es caótica, e inexplicable que todavía no haya habido una sublevación interna entre las gentes del PP que piensen que así no cabe seguir. El bueno de De los Cobos actual controvertido presidente del Tribunal Constitucional, no es un mero "militante de base" del PP, sino un ideólogo, intenso colaborador de la Fundación FAES, en la que también vierte su saber otro magistrado del TC, Enrique López, quien consiguió serlo gracias al voto de De los Cobos, emitido sin mencionar la circunstancia de que los dos colaboran con la misma Fundación, presidida por Aznar.

A la vista de esto podría replantearse la legalidad de la situación del señor De los Cobos. La Constitución no prohíbe que los magistrados del TC sean militantes de un partido, pero sí quer ejerzan "funciones directivas" en él. Y ¿hay alguna función más directiva que la de ideólogo? ¿No está el gobierno aplicando la reforma laboral que ideó el ideólogo De los Cobos, habitual de la FAES?

Lo dicho, una catástrofe. Ayer un par de ministros hicieron el ridículo advirtiendo que Rajoy comparecerá "cuando lo estime conveniente". O sea, cuando le dé la gana. Y lo dicen sin sonrojarse, como no se sonrojaban los cortesanos de los reyes absolutos cuando estos los trataban como escoria. Y es el caso que Rajoy se ha puesto nervioso y anda cavilando cómo salir del atolladero en que se ha metido él solo por chulería, al negarse a comparecer en el parlamento. Diz que baraja la idea de comparecer en una entrevista de televisión. O sea, más plasma. Sin duda será un espectáculo por todos los conceptos y dará para que el país siga haciendo chistes y hablando pestes del presidente. Pues, teniendo en cuenta que el 83 por ciento de la ciudadanía piensa que en el PP son unos randas, no sé a quién pretenderá el presidente y primer sospechoso convencer.

Un presidente cuya única función es sobrevivir, buscar subterfugios, formas de burlar su obligación, que vive obsesionado con su situación personal y su "horizonte procesal". Un presidente que, es obvio, no tiene tiempo de acuparse de los asuntos de la gobernación del Reino.

A lo mejor, sí, se esconde detrás de la pantalla. Pero eso no le exime del deber de comparecencia en el parlamento, en donde no solamente habla él, sino en donde habla la oposición y la ciudadanía tiene acceso a un punto de vista distinto y opuesto al del gobierno. Es de esperar que, por mucho plasma que el presidente utilice, la oposición no ceje en su petición de comparecencia parlamentaria (e inmediata) o moción de censura. Palinuro, incluso, propone una fórmula mejorada: petición de comparecencia inmediata y moción de censura.

(NB: en esta entrada he incluido tres vínculos a El Plural. Es justo reconocer la mucha utilidad de este diario progresista.

dissabte, 20 de juliol del 2013

La destrucción del Estado de derecho.


Después de haber desmantelado prácticamente el Estado del bienestar, el gobierno parece decidido a destruir igualmente el Estado de derecho. Ya le ha asestado golpes de muerte. Ha suprimido de un tajo -y es lo primero que hizo- el pluralismo y la imparcialidad de los medios de comunicación públicos, convirtiéndolos en una máquina de agit-prop, a las órdenes de verdaderos comisarios políticos y se ha cargado, de paso, el derecho a la información y la libertad de expresión. Ha bloqueado toda actividad de control del Parlamento y ha relegado su función legislativa a la nada, gobernando por decreto y sin comparecer en sede parlamentaria. Impone sus proyectos legislativos retardatarios y recentralizadores por ordeno y mando, sin dialogar con las partes interesadas y mucho menos escuchar a la oposición.


Corona su actividad con la última astracanada del Tribunal Constitucional. Rajoy y el PP habían dado pruebas abundantes de no tener en ninguna consideración este órgano salvo que se pliegue bovinamente a sus designios, razón por la cual lo tuvieron actuando en manifiesta ilegalidad durante años al negarse a su renovación por entender que esta daría una composición que no le sería favorable. Con su mayoría absoluta lo han poblado de militantes del partido y han acabado por destruir el poco prestigio que le quedaba. El episodio del señor Pérez de los Cobos ha sido, como dice el profesor Sánchez Muñoz, la puntilla para el Tribunal Constitucional.

El caso de Pérez de los Cobos es paradigmático del modo en que la derecha vacía de contenido las instituciones del Estado de derecho y las pone al servicio de su política de partido. Es una muestra clarísima de la mala fe de los conservadores. Palinuro tituló así la entrada correspondiente al día en que se descubrió que De los Cobos es militante del PP, la mala fe de la derecha y a ella se remite. Desde el principio estaba claro que la condición de militante del PP del presidente del Constitucional no era ilegal. Pero, al mismo tiempo, era y es inmoral y políticamente inaceptable, y la prueba es que el interesado la ocultó tanto en el Senado como a sus compañeros de tribunal. Es decir, De los Cobos está obligado a dimitir, no por ser militante del PP, sino por haberlo ocultado, porque de esa ocultación van a derivarse consecuencias desastrosas para el TC y para el conjunto del Estado de derecho en España.

En efecto, la cuestión planteada no es una de ley positiva estricta, sino de equidad. El señor De los Cobos ha intervenido y su voto ha sido decvisivo en cuestiones que afectaban a su partido, del que era oculto militante. Fue juez y parte, algo que nadie puede aceptar en ningún caso y bajo ningún supuesto porque vulnera un principio elemental de toda justicia. Y en efecto, por más que De Los Cobos y sus compañeros de partido se obstinen en negar la obligación de dimitir, las personas físicas o jurídicas que hayan sido perjudicadas por las decisiones torticeras de un magistrado que se pronunciaba en cuestiones en las que tenía un interés directo sin hacer este explícito están en su derecho de pedir la anulación de todo lo actuado de este modo. El primero ha sido Garzón, cuyos abogados han pedido ya la nulidad absoluta de actuaciones en el caso de la providencia del TC que rechazaba el recurso de aquel contra su inhabilitación porque lleva la firma de Pérez de los Cobos. Y detrás de este, vendrán los demás: siempre que en una decisión pasada del TC aparezca la fima de De los Cobos en asuntos de interés para su partido, la nulidad es patente, digan lo que digan la Ley Orgánica del Poder Judicial, la del Tribunal Constitucional y el sursum corda. Todas esas resoluciones están viciadas por la mala fe del magistrado y deben anularse. Luego, él, que no dimita si no quiere y siga presidiendo lo que quede del TC y con la legitimidad que cabe colegir.

Pues bien, esto mismo es lo que puede pasar en el conjunto del sistema político español. El partido del gobierno que, a tenor de lo descubierto en los papeles de Bárcenas y la contabilidad colgada en la red, podría considerarse como una asociación delictiva y, por lo tanto, ilegalizable, lleva veinte años recaudando fondos presuntamente ilegales, pagando substanciosos sobresueldos a sus dirigentes y financiando ilegalmente sus campañas electorales. Esa financiación ilegal, oculta hasta la fecha, como la militancia de De los Cobos, convierte en nulos todos los triunfos electorales obtenidos desde los años noventa y en nulas todas las actuaciones de unos gobiernos ilegítimos de origen por ser este fraudulento. España no está gobernada por un partido político como otro cualquiera sino por uno que supuestamente ha venido actuando con criterios mafiosos. Los delitos, de haberlos, habrán prescrito penalmente; pero no políticamente.

Si esto no es destruir el Estado de derecho, no se sabe qué lo será.

La dimisión de Rajoy, quien se niega a presentarla de un modo cerril que empieza a ser patético, es inexcusable. El país no puede estar gobernado por una persona sospechosa haber estado cobrando y haber permitido que muchos más cobren durante años sobresueldos de dinero ilegal y que, presuntamente, ha ganado las elecciones porque, al financiarlas ilegalmente, hizo trampa. La financiación ilegal de elecciones es como del dopaje en el deporte. Y si a Armstrong se le pueden quitar no sé cuántos maillots amarillos, a Rajoy y al PP hay que anularles unos resultados electorales obtenidos con juego sucio.

divendres, 19 de juliol del 2013

El PP y el crimen organizado.


Vaya. En el Uruguay llaman a las cosas por su nombre. Justo lo que Rajoy dijo que haría en España, llamar al pan, pan y al vino, vino. Una más de sus desvergonzadas mentiras. No llama pan al pan ni vino al vino y mucho menos Bárcenas a Bárcenas. También dijo que sería un presidente "que daría la cara" y lleva dos años escondiéndola y solo asomando a través del plasma. Asimismo dijo que, cuando él gobernara, bajaría el paro y ha subido; que no subiría los impuestos y lo ha hecho, que no tocaría sanidad y educación y las ha destrozado, etc., etc.

Pero ya es irrelevante señalar la mendacidad del hombre que detenta (en el sentido estricto del término) el poder en España y ocupa indebidamente La Moncloa. Es, además, redundante. Todo el mundo -excepto, al parecer, algunos votantes- sabía que la palabra de Rajoy no vale nada, que es un embustero redomado, capaz de decir cualquier cosa por obtener sus fines, sin ética, sin honradez, sin moral. Alguien lo puso ahí porque sabía que haría lo que fuera preciso porque la derecha ganara las elecciones.

¿Quién? El Uruguay nos da la pista: los beneficiarios de esta estructura organizada de expolio, de robo en masa, de fraude y enriquecimiento fraudulento que presidía Rajoy, habiéndolo hecho antes Aznar y gestionaba Bárcenas, a quien investigan en aquel país por crimen organizado. Ese es el nombre que debiera estar empleándose en España. Es posible que el PP sea un partido político, aunque tengo mis dudas, pero cada vez se revela con mayor claridad como una asociación de malhechores y como tal debiera ser tratado por los tribunales. No puede tener otro nombre una organización que lleva veinte años recaudando millones en donaciones y fondos ilícitos de empresas a cambio de conceder a estas todo tipo de contratos públicos de modo fraudulento con evidente quebranto para los intereses generales; veinte años financiando sus campañas electorales ilegalmente cuyos resultados, obviamente, son nulos y así debieran ser declarados por los tribunales; veinte años repartiendo presuntamente dinero negro entre sus principales dirigentes, con Aznar y Rajoy, sobre todo Rajoy, a la cabeza, una jarcia de políticos profesionales que jamás han trabajado en nada útil pero se han forrado, se han llenado los bolsillos con dinero ajeno. Una vergüenza cuya ilegalización como asociación ya debiera haber sido instada en vía judicial. No creo que el PSOE, víctima del síndrome de Estocolmo, lo haga, pero a lo mejor se anima IU o algún grupo independentista vasco, de esos que han sufrido ilegalización tras ilegalización a instancias, precisamente, de esta misma organización de presuntos mangantes. Si se puede en el Uruguay, también se podrá en España.

Tiene gracia que sean dos países latinoamericanos, la Argentina y el Uruguay los que amparen dos elementales peticiones de justicia que en España no prosperan: condenar el regimen del genocida Francisco Franco en el primero e ilegalizar la organización criminal cuyo extesorero se llama Bárcenas. La dignidad de España ha ido a refugiarse allende el océano. Palinuro se declara argentino y uruguayo de corazón.