dimecres, 25 de juliol del 2012

La mamandurria.


Con esa voz gutural impostada de rabanera aristocratizada que hace las delicias de las señoras bien de toda la vida, Aguirre pide acabar con los subsidios, las subvenciones y las mamandurrias. Las manifestaciones de la dueña son tan habituales, desatinadas y provocativas que, de vez en cuando, tiene que añadir alguna novedad para llamar algo la atención. En este caso, el término "mamandurria", poco frecuente. Si duda lo ha tomado de las que quizá sean sus únicas lecturas, las venenosas columnas del difunto escritor fascista Jaime Campmany que lo empleaba mucho para hablar de los socialistas.
Al igual que Campmany, defensor del régimen franquista, que no era otra cosa que una monumental mamandurria erigida sobre una fosa común, Aguirre recurre a la figura que los psicólogos llaman "proyección", esto es, a acusar a los demás de lo que ella hace. Porque su forma de gobierno no es otra cosa que pura mamandurria:
  • ¿Qué fue el "Tamayazo"? Una mamandurria de varios kilos a favor de unos sinvergüenzas, gracias a lo cual Aguirre consiguió ser presidenta.
  • ¿Qué es Fundescam? Una misteriosa Fundación/mamandurria al servicio personal de Aguirre que financia presuntamente las campañas electorales de esta neofranquista liberal, perfectamente opaca y de la que la señora se niega a dar explicaciones.
  • ¿Qué fue la gestapillo? Una mamandurria para que unos cuantos granujas se dedicaran supuestamente a espiar a los rivales políticos de Aguirre con el fin de extorsionarlos y sobre la que es muy difícil saber nada porque Aguirre no da explicaciones y boicotea toda investigación.
  • ¿Qué es la Gürtel? Una mamandurria de corruptos y delincuentes por la cual varios responsables de ayuntamientos a las órdenes de Aguirre han estado llevándoselo crudo y expoliando los caudales públicos sin que la señora mueva un dedo por esclarecer los hechos.
Esperanza Aguirre ha edificado un gobierno a base de mamandurrias y, como las suprima, tendrá que ir a gobernar a la isla de los pingüinos. Y no solo son estas. Toda la gestión de Aguirre rebosa de mamandurrias. Después de haber enchufado una recua de allegados, parientes, hijos, hermanas, primos, tíos, etc en distintas mamandurrias, todos ellos parasitando el erario público, Aguirre puede contemplar con orgullo su gestión que es pura mamandurria:
  • Telemadrid. Una mamandurria en la que chupa del bote otra recua de juglares, embusteros, demagogos y puros imbéciles, supuestos periodistas que rivalizan en las tareas de agitación y propaganda al servicio de Aguirre y que han conseguido llevar la televisión a la quiebra.
  • Hospitales. La galopante privatización de la sanidad pública madrileña, cuyo botón de muestra es el chanchullo de la contratación de hospitales públicos con gestión privada, es una inmensa mamandurria de la que se benefician las empresas que probablemente hayan sido más generosas con el PP.
  • Escuelas y colegios. El destrozo de Aguirre en la enseñanza pública -completado con el que está perpetrando el ministro Wert, otro de la mamandurria- se compensa con la concesión de todo tipo de facilidades (suelo gratis, por ejemplo) para la enseñanza privada (normalmente de curas) a la que Aguirre concede todo tipo de mamandurrias que abarcan el 30% de los costes; prácticamente lo que ha arrebataso a la enseñanza pública.
  • Los toros. Hasta 2.000 millones de euros destina la mamandurriana Aguirre a las corridas de toros pues, en su autorizda opinión, esta práctica cruel y estúpida es un bien cultural inmarcesible.
Si Aguirre suprime las mamandurrias, quizá no lleguen a fin de mes ella, sus parientes, nepotes, enchufados y amigos en general. Y sería una desgracia. ¿con quién cabría reírse si se va? (La imagen es una foto de Esperanza Aguirre, bajo licencia Creative Commons).