dimecres, 23 de febrer del 2011

30 aniversario del Glorioso Golpe.

Habla el Caudillo y Jefe del Estado, general Zoquete Pronunciado.


Españoles todos: embargado por honda emoción rindo tributo a los próceres del Glorioso Golpe de 23 de febrero de 1981, cuya inmarcesible victoria celebramos hoy por trigésima vez y seguiremos celebrando por los siglos de los siglos si Dios nos da vida, que voluntad no nos falta.

Eran aquellas horas amargas de desmembración y hundimiento de la Patria que veía acongojada cómo cada día se humillaba, ultrajaba y perseguía los más sagrados símbolos que son su esencia: la bandera, el himno, el escudo y su mismo sentir nacional.

Las hordas rojas y los masones en nauseabunda coyunda impusieron al país un régimen policial y de terror basado en una seudodemocracia parlamentaria con políticos venales y corruptos; con partidos que eran banderías de ladrones; con un periodismo de cloaca dedicado a la injuria, la calumnia y el ataque a los valores cristianos.

Con la religión perseguida, la Iglesia humillada, la familia preterida y agredida el país era un inmenso lupanar, sin respeto alguno por las buenas costumbres, la honestidad de nuestras mujeres y la virginidad de nuestras hijas. Un lugar en que no estaba la gente casada (por lo civil) y ya se había divorciado. Un holocausto de inocentes merced al crimen horrendo del aborto. Y una plaza de diversión y exhibición de todo tipo de aberraciones sexuales, desde la homosexualidad a la transexualidad, de forma que ya no se sabía cuándo un hombre era un hombre y una mujer, mujer.

La sagrada unidad de la Patria se resquebrajaba por la impudicia de los demagogos separatistas, de forma que esta gran Nación, madre de naciones, estaba rompiéndose en reinos de Taifas gobernados por sectores sediciosos antiespañoles. Sectores al servicio de intereses extranjeros siempre conspirando en contra de España. Esa Europa de la que nos mantenemos orgullosamente aislados, esa Europa de judíos, mercaderes, masones y mediadores internacionales que dice que no nos quiere siendo nosotros quienes no la queremos. En cuanto al terrorismo es verdad que ETA ha aumentado su actividad criminal pero no lo es menos que, habiendo declarado normal el Estado de excepción en el País Vasco, la situación está controlada y en vías de resolverse.

La disgregación moral y el separatismo iban de la mano de la degeneración de la raza. España se había convertido en puerto de acogida de desechos y razas inferiores de todo el planeta, lo que se traducía en un clima de inseguridad ciudadana a causa de los altos niveles de criminalidad de las bandas extranjeras, los proxenetas y los narcotraficantes.

En estas circunstancias extremas un puñado de hombres de honor que había jurado la bandera supo alzarse y, ofrendando sus vidas a la Patria, salvó a ésta del abismo. Esta Patria esplendorosa cuyo treinta aniversario celebramos hoy, libres de las ataduras de la dictadura izquierdista, libres de seudoconstituciones (que ellos mismos incumplían) y de monarcas felones. El rey de entonces, habiendo faltado a su deber de Capitán General de los Ejércitos de ponerse al frente de estos y comprendiendo que no estaba a la altura de su insigne predecesor San Francisco Franco, optó por el muelle refugio del exilio en donde le deseamos larga vida.

La patria recuperada supo ser generosa con sus enemigos. Ciertamente fue inevitable pasar por las armas a los principales dirigentes del centro y la izquierda, así como a los demagogos separatistas. En cuanto al resto bastó con una solemne admonición de la Jefatura que ostento en presencia del Cardenal Primado para que todas las ovejas descarriadas regresaran al seno de la Patria y se integraran en los puestos que la administración militar del trabajo les había asignado en el gran plan de la regeneración nacional cuyo éxito nos contempla.

Sabemos de todo esto gracias a unos medios de comunicación que, lejos de la demagogia, el libertinaje y la canallesca manipulación de la realidad, transmiten hoy el culto a los valores patrios con una única y potente voz con la que proclaman la verdad de España al mundo. Unos medios que así como reflejan fielmente la realidad edifican al pueblo en las virtudes cristianas: la lealtad y el valor en los hombres y la modestia y el recato en las mujeres.

Al día siguiente del triunfo del Glorioso Golpe, los partidos políticos desaparecieron por las alcantarillas como las ratas sorprendidas por la luz. No obstante entendiendo la Junta que presido hace 30 años que la participación política del pueblo es un bien para la colectividad, nuestro Golpe fundó un partido único, el Partido Patriótico, en el que incorporamos un buen número de políticos del viejo régimen mediante el correspondiente adoctrinamiento en nuestra forma de ver la vida. Bien es verdad que algunos no lo precisaron, dicho sea en su honor.

El resultado de tanto esfuerzo es el orgullo que compartimos todos los españoles de bien: ayer se suprimieron las cartillas de racionamiento y en un mes habremos alcanzado el PIB de 1903. España está preparada para conquistar el futuro gracias a la extraordinaria placidez de que disfrutamos.

(Las imágenes son sendos dibujos de Georg Grosz, el primero titulado Dependencia de las clases dominantes (1919) y el segundo Siegfried Hitler (1922-23).