dissabte, 19 de setembre del 2009

Al final no era para tanto.

Cualquiera que vea el mundo a través de los ojos de El País y no contraste lo que lee con la realidad estará convencido de que el PSOE se encuentra al borde de la anarquía y/o la sublevación en contra de Zapatero. Las filas sociatas están llenas de ninguneados, marginados y, por tanto, resentidos que, si no fuera porque en el PSOE rige la ley del silencio, ya habrían dado rienda suelta a sus agravios. Algunos lo hacen, quejándose por los medios de que el señor Rodríguez Zapatero no cuente con ellos, con el señor Peces Barba o el señor Leguina, que ya es tener desfachatez. Pero la mayoría se calla, acobardada, temerosa de perder el momio que cada cual tenga. El Gobierno del señor Rodríguez Zapatero es presidencialista y deja mucho que desear en modales democráticos. Su acción es errática, insegura, improvisadora y ello hace que cunda el desconcierto (y el descontento) entre la militancia.

Es lo que tienen las campañas de prensa -y ésta de El País contra el señor Rodríguez Zapatero lo es-, que tienen que argumentar lo que dicen, que no basta con llamar ladrón a alguien si no que es preciso aportar las pruebas que lo demuestran. Pregúntesele al respecto a la mentirosa mayor del Reino, señora De Cospedal. Igual que sucede a la señora De Cospedal, para ocultar el hecho de que el diario carece de pruebas del diagnóstico tenebroso que ofrece, da pábulo a las historias más absurdas y acaba dibujando una caricatura de lo que se supone que es la calle, la realidad, el lugar en el que se fabrica la noticia día a día.

En el PSOE no sabían vivir enfrentados a El País; ahora ya lo han aprendido. Pero también El País está aprendiendo que el PSOE que tiene enfrente no es aquel partido acobardado por los casos de corrupción y guerra sucia que aireó sobre todo El Mundo en los años noventa sino que es una organización bien definida, consciente de su posición, segura de sus actos, coordinada con el grupo parlamentario y el Gobierno.

La noticia de que Mr. Obama recibirá al Presidente español en octubre actuará propulsando el prestigio del último. El País tendrá que poner algo de sordina en sus ataques porque ni en la más delirante de las hipótesis es pensable ver al periódico global en español razonar como seguramente lo hará la oposición, diciendo que el encuentro en la Casa Blanca carece de relevancia internacional y torpedeándolo, como haría sin dudarlo el señor Aznar si pudiera. No, no está tan cuestionado el señor Rodríguez Zapatero en el PSOE como quisiera El País, que no informa de lo que es sino de lo que él quisiera que fuera. Irónicamente el último artículo en defensa del Presidente del Gobierno lo publica hoy Juan Carlos Rodríguez Ibarra en ese periódico: PSOE: ... donde nadie se atreve a levantar la voz, en el que queda claro que la situación enunciada en el título es falsa. La existencia del artículo mismo es buena prueba de ello. Espero que no sea el último que firma el político extremeño en este medio en donde sí que las gastan de modo clientelar, jerárquico y disciplinado.

En todo caso, no estaba el paciente tan moribundo como se decía y queda claro que los siniestros augurios de El País reflejan de modo sesgado la realidad y más como un piadoso deseo del diario de que el Gobierno socialista pague al precio más alto posible su desvergüenza de abrir la TDT de pago a otros operadores, irrumpiendo en un coto que el periódico y su grupo empresarial, Prisa, reputaban exclusivamente propio.

(La imagen es un dibujo del mexicano José Posada titulado Las calaveras periodistas).