dijous, 30 de juliol del 2009

Taurolandia.

Quien diga que la política es aburrida no sabe de lo que habla. Un tesorero que se va de safari de 18.000 euros y se lo paga él según dice. Pero ¿qué es un partido político? ¿El club Bilderberg? A este pavo deben de habrle astillado una pastuqui importante porque ayer, de golpe y porrazo, tras hablar con el señor Rajoy, Bárcenas desconectó todos los cables y salió literalmente corriendo del Senado en el que por cierto tiene un escaño que si ya antes frecuentaba poco tendrá ahora abandonado, sin que la autoridad en el país diga nada, probablemente.

Sirva como ejemplo lo que, al parecer, pretende hacer el Curita: amarrarse al timón y decir que no dimite aunque lo condenen porque, si lo condenan, sólo puede ser por un delito menor que no implica inhabilitación para ejercicio de cargo público. Desde el punto de vista estético-moral, el asunto no parece de recibo, aunque sea jurídicamente irreprochable. No está mal la pretensión de ir a actos de campaña electoral a riesgo de que alguien te llame delincuente a la cara. Pero eso depende de cómo de dura la tenga el Curita. Y parece que bastante.

Está claro asimismo que hubo chivatazo del Supremo al PP de que se avecinaba suplicatorio porque al señor Bárcenas le faltó tiempo para saltar del asiento de donde dijo que no se movería salvo suplicatorio. O sea que las filtraciones están a la orden del día. Sugiero que también se averigüe el origen de ésta. Sin duda será interesante saberlo.

De no haber habido chivatazo, puede haber sido una información que compartió con Génova generosamente el gabinete de espías de la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM) si es que existe. Tenga hoy en cuenta todo cónyuge infiel, todo empleado de baja ficticia, todo estudiante novillero que el móvil es un gps en el tiempo de hasta un año, de momento. Llegará el día en que estemos registrados segundo a segundo desde que nacemos hasta que morimos, en bancos de datos biográficos de cada quisque. Menudo fondo documental para historiadores puntillosos de esos que dicen que lo importante no es lo que digan los reyes y gobernantes sino lo que piense la chusma, la muchedumbre, la gente de la calle.


(La imagen es una foto de Chesi - Fotos CC, bajo licencia de Creative Commons).