dilluns, 9 de març del 2009

Irlanda: las aporías del irredentismo.

(Este es un comentario sobre el atentado del sábado en Massereene (Irlanda del Norte), en el que pistoleros del Real IRA (IRA auténtico) asesinaron a dos soldados británicos e hirieron a varias personas más. Pero el amable lector puede aplicarlo tranquilamente al País Vasco en España, como se verá más abajo).


No haya duda: el señor Gordon Brown, primer ministro del Gobierno de SM aseveró muy contundente que "ningún asesinato hará descarrilar el proceso de paz". Todavía más: el señor Gerry Adams, leader del Sinn Fein, brazo político del IRA, que hace poco todavía se daba algún rulo por el País Vasco español explicando a sus hermanos de sangre (nunca mejor dicho) de HB qué había que hacer para salirse con la suya en el conflicto, ha condenado sin paliativos el atentado de Massereene y ha dicho a sus leales que hay que colaborar con la policía para atrapar a los asesinos, algo impensable hace quince años. Y aun más: el señor Martin McGuinnes, leader también del Sinn Fein y actual Viceprimer ministro del Gobierno Autonomo del Ulster en el que el primer ministro es el reverendo Ian Paisley, leader del Partido Unionista Democrático, rabioso enemigo del Sinn Fein, el señor Martin McGuinnes, digo, condena también sin paliativos el atentado y afirma que nada podrá detener el proceso de paz. De lo que andan diciendo los protestantes (que se llaman a sí mismos "leales") no es preciso dar noticia detallada: más condenas furibundas y hasta amenazas.

Todo el mundo, muy nervioso, se pregunta si este atentado hará fracasar el famoso "proceso de paz" que surgió de los acuerdos de Viernes Santo en 1997, quedó interrumpido hasta 2007 y se reanudó entonces con la garantía de que los actores del conflicto se habían desarmado, tanto el IRA como los pistoleros loyalists. La respuesta la da Peter Preston en un magnífico artículo en The Guardian ayer, titulado Is the peace process derailed? en el que sostiene que eso dependerá de si los pistoleros del Real IRA encuentran cobijo y apoyo entre la población civil en la zona ahora que la policía empezará a buscarlos. Muy cierto. También lo es que estos grupos escindidos del viejo IRA, como el Real IRA, el Continuity IRA y otros Oglaigh na hEireann (o "Voluntarios por Eire") apenas cuentan con entre 20 y 40 miembros. Pero crecerán si, en efecto, al acometer sus acciones, encuentran refugio entre la población civil.

Porque el problema, aunque no lo parezca, sigue siendo político y se origina en el hecho de que el llamado "proceso de paz" que todo el mundo dice respetar, en el fondo no resuelve nada en Irlanda del Norte; nada quiere decir que es únicamente un artilugio para canalizar políticamente (es decir, civilizadamente) el conflicto mediante el entendimiento de las dos facciones antaño enfrentadas a muerte. Pero no sirve para resolverlo en uno u otro sentido. Y, cuando las cosas están así es siempre cuestión de tiempo hasta que surge un nuevo grupo faccional que acusa al partido de toda la vida (en este caso el viejo Sinn Fein y el no menos viejo IRA) de traicionar los principios o la santa madre patria y, tomando de nuevo las armas, retorna a la lucha pues no se siente vinculado por los acuerdos alcanzados por la generación anterior. Sí, esa es la cuestión: la generación anterior y la actual. Siempre que hay un conflicto de este tipo, un asunto de irredentismo irresuelto, en el que la Patria sigue mancillada, esclavizada, hollada, ocupada por el invasor, es muy probable que la generación siguiente vuelva al combate armado en la esperanza de que esta vez, sí; esta vez los echamos y, con ellos, a los cipayos. Es el problema de la mentalidad nacionalista reproducida a través de los procesos educativos y de socialización de comunidades muy cerradas sobre sí mismas.


Imagine el lector que tras una negociación cualquiera en el País Vasco español se hubiera llegado a un acuerdo por el que ETA se hubiera desarmado, Batasuna (o su equivalente), plenamente legalizada, se hubiera integrado en las instituciones y el País Vasco se gobernara con un nuevo, flamante, estatuto de autonomía dentro del Estado español. ¿Cuánto tardaría en aparecer una ETA verdadera que, acusando a la anterior y a Batasuna (o su equivalente) de traidores a la causa de la patria vasca, reanudara los atentados? Figúrese Vd., amable lector, que la ruptura de las negociaciones por ETA y la negativa cerrada de las Batasunas a condenar los atentados a lo mejor nos ahorra reproducir situaciones como la de Massereene ayer.

(La imagen es una foto de PPCC Antifa, con licencia de Creative Commons).