dissabte, 24 de maig del 2008

Crónica de la Corte V.

POLÍTICOS Y PERIODISTAS.

Los ultras del PP salieron ayer de manifa aunque esta vez en contra de los suyos, enfrente de la sede del partido en la calle Génova. Y tampoco fueron dos millones como alardeaban en los buenos viejos tiempos de manifas contra Zapatero el rompedor de España, aunque estén por ver las cantidades que dé la Comunidad Autónoma de Madrid, cuenta habida de que era una manifa en contra del señor Rajoy. A la vista habría en el momento de mayor afluencia como los doscientos cincuenta fieles oyentes de la COPE y lectores de El Mundo, periódico cuyo director acababa de pedir por las ondas una sublevación de las bases del PP en contra del candidato Rajoy, al que insultó con su habitual refinada educación, con el resultado que aquí se comenta. Y no sólo fueron pocos los asistentes a la sublevación convocada por el gurú mediático del PP sino que se trató de los habituales viejos, fanés y descangallados que repiten como loros las consignas de la COPE y El Mundo del tipo de "Traidor, devuélveme mi voto" o "Yo no voté para esto", como si se les hubiera ocurrido a ellos. Un par de cientos de estafermos, marujas y miembros del frente de senectudes. Como "sublevación" de las bases de un partido que dice contar con 800.000 afiliados no es una asistencia muy representativa y que haya de preocupar al señor Rajoy.

Luego por la tarde, en Almería, el presidente del PP, que parece crecerse en la adversidad, respondió con contundencia reclamando la autonomía de su organización frente a sus censores mediáticos, al decir que quería un partido con doce millones de votos y no con dos, en clara alusión a la audiencia de la COPE, como rápidamente captó el órgano escrito de ésta, Libertad Digital. La guerra es ya abierta y hay que reconocer que no le falta valor al señor Rajoy al enfrentarse así a unos periodistas que llevan quince años de coyunda con el PP, imponiéndole sus criterios, dictándole su línea, haciéndole el programa y siendo más papistas que el Papa y que, en su arrogancia e infinita soberbia, no le perdonarán el desplante y echarán toda la carne en el asador para sabotear lo que puedan de su presidencia. Y ello no porque crean que, de triunfar en su empeño el señor Rajoy, fuera en verdad un traidor a las esencias neofranquistas de la derecha, que no será el caso, sino porque no pueden permitir que se salga con la suya de marcar distancias con sus mentores mediáticos ya que, en el mejor estilo mafioso, el poder de estos depende de que demuestren que quien se les enfrenta lo paga. De ese modo podrán seguir presionando a los políticos conservadores con constancia digna de mejor suerte. Cuando el vendaval amaine un tanto será cuestión de hacer inventario de lealtades, duelos y quebrantos.

Esa idea que tienen algunos medios en España de que ellos, en el fondo, son Kings' makers, "hacedores de reyes" es absurda, y empeñarse en hacerla funcionar a base de dar un escarmiento en la persona del señor Rajoy sólo puede ser malo para las audiencias de los medios y para el propio PP que, si no se escinde con estos avatares, quedará muy tocado al haber dado un espectáculo de fanatismo irrelevante y sectarismo de la guardia neofranquista.

La escisión es una posibilidad cada vez más palpable y si esto es así, el PP puede despedirse del Gobierno por una temporada.

(Las imágenes son fotos de Heart Industry, bajo licencia de Creative Commons).