diumenge, 29 d’abril del 2007

Aúpa, Ségo.

Ayer vi el debate -diálogo lo llamó la señora Royal- entre doña Ségolène y don François Bayrou. Hora y media en el hotel Westlin, centro de París, que se dio en directo por la BMF TV y la radio RMC. No sé qué audiencia tuvo, aunque imagino que debió de ser alta, dado que el hecho no es frecuente y había expectativa. La verdad es que ambxs participantes estuvieron muy bien: se expresan con corrección y elegancia y resultan convincentes. Por supuesto, Ségo me resulta más convincente... excepto en su propuesta de salario mínimo europeo; no porque no me resulte atractiva, sino porque no parece realizable, cosa que le señaló Bayrou, a lo que ella no dio respuesta aceptable. En todo caso, se trata de dos políticxs de altura a lxs que da gusto escuchar: sin latiguillos, sin frases hechas, sin redundancias, ni barbarismos, con conceptos claros y precisos, sin demagogias ni bobadas. En fin, no estoy pensando en nadie en concreto. Quien quiera verlo, que pinche en Le Monde .

Que el debate ha sido un éxito para ambxs se sigue de la extemporánea reacción de Mr. Sarkozy, que lo ha descalificado como "maniobra en un hotel de París" y luego se le ha ido el estro diciendo que es una práctica estalinista, un délit de faciés y un delito de opinión que abre el camino a la alianza con la extrema izquierda. Vamos, como si se tratara del señor Acebes que practica la máxima cristiana de "contra sustos, insultos".

El sondeo de Ipsos/Dell publicado ayer da un 52,5% de intención de voto para Sarkozy y un 47,5% para Royal. La cosa promete. Entre tanto, los movimientos unitarios se aceleran: Cohn-Bendit habla de una alianza PSF-UDF-Verdes y Henri Emmanuelli, un pope del socialismo, sugiere que el partido socialista forme un "partido progresista" incluyendo a los "antiliberales" de la izquierda. Esta última propuesta me sugiere dos ideas:

1ª qué suerte tienen los franceses de tener las ideas tan claras de forma que el término "antiliberal" no traiga las connotaciones negativas que tiene aquí, en donde todos los fascistas se llaman "liberales".

2ª: Qué suerte tienen los franceses asimismo de que el término "progresista" no sufra, como sucede aquí, el ataque de la extrema derecha y de sus comparsas ideológicas de la izquierda fetén.

Con un poco de suerte, la izquierda gana las elecciones presidenciales en Francia. La izquierda democrática y progresista, sí señor; la que hace algo más que hablar en el café; la que cambia la realidad aquí y ahora en un sentido favorable a lxs desfavorecidxs, las mujeres, lxs inmigrantes, lxs jóvenes, lxs pensionistas, la que quiere una política exterior independiente de la hegemonía estadounidense. En fin, la izquierda a secas.