diumenge, 25 de març del 2007

Segundas reflexiones sobre el boicoteo a PRISA.

A raíz de lo visto y leído ayer sobre la nueva ideaza del PP de boicotear a los medios de PRISA tengo algunas ocurrencias que expongo a vuela pluma y con ánimo liviano por ser domingo y señalada efeméride del 50 aniversario de la UE, espero que suficientemente celebrada en el post anterior, que mi curro me ha costado. Es mucho más fácil hablar de casa que del extranjero. Aunque haya que reconocer que, en buena crianza, la UE no es propiamente el "extranjero", como si se tratase de las Islas Vírgenes, sino más bien aquello que se inventaron aviesamente los soviéticos para convencer a los demás eslavos y no eslavos sometidos a su fraternal abrazo, esto es, el cuasi extranjero.

  • Negocio. Andaba El País algo alicaído porque las ventas no subían con la feroz competencia de los medios On line, empezando por la que el periódico se hace a sí mismo en su edición digital. El boicoteo hará subir las ventas. Publicidad gratuita para el diario. ¿Qué no darían los periódicos de la derecha, esos que hablan del "monopolio" de Polanco porque la libre competencia los deja atrás, por ser objeto de una medida así adoptada por el PSOE?

  • La indignación del señor Rajoy. La referencia polanquiana a la guerra civil ha indignado al señor Rajoy. El señor Rajoy se pasa la vida indignado con el Gobierno, ¿cómo no lo estará con lo que diga el señor Polanco, propietario del periódico que al señor Rajoy se le antoja baluarte del PSOE? En esta legislatura han estado llamándose "guerra civilista" (sic) unxs a otrxs sin descanso. Al señor Rodríguez Zapatero le han dicho que trata de resucitar la guerra civil por espíritu de venganza a causa de su abuelo, militar asesinado por los militares sublevados.
  • Don Hermann Tertsch. Hay quien dice que ese boicoteo es comprensible por cuanto el señor Polanco parece haber despedido al señor Tertsch, redactor de El País, por participar en el programa del señor Buruaga en TeleMadrid, un atropello que se quiere idéntico al que se cometió con el señor Yanke en esa misma cadena. Piano, piano: TeleMadrid es una empresa pública, mientras que El País es privada, con lo que los despidos, ambos ideológicos, tienen distinta naturaleza, siendo el privado aceptable (otra cosa es que sea legal) y el público, no. Pero hay más:

  • TeleMadrid. También se dice que el boicoteo es similar al que decretó el PSOE contra TeleMadrid. Eso es cierto y es inútil recordar que empezó el PP boicoteando 59 segundos. Esos boicoteos son pataletas. Lo que hay que hacer es criticar si se cree que el medio o el programa manipulan. TeleMadrid lo hace y el programa del señor Buruaga, mucho. Así (según tengo entendido, ya que yo no lo vi), el señor Tertsch es despedido no por participar en el programa del señor Buruaga, sino por dar a entender que lo hace en representación de El País. El señor Tertsch suele razonar en clave conspiparanoica, que no es el caso de su periódico. Debió desvincularse de éste y aclarar que participaba a título personal. Lo contrario huele a fraude y abuso de la buena fe de los telespectadorxs.

  • Doña Rosa Díez. También participó en el susodicho programa dando a entender que representa al PSOE. Como quiera que la señora Díez razona en clave PP, esa representación es una superchería y legitima la manipulación del señor Buruaga quien, al parecer, equilibra su programa con dos "representantes" de posiciones, digamos, progres que, sin embargo, sostienen los argumentos de sus oponentes. Si yo fuera el PSOE haría con la señora Díez lo que, al parecer (pues no consta aún) ha hecho el señor Polanco con el señor Tertsch: puerta. Al fin y al cabo, los partidos también son asociaciones privadas, aunque cumplan fines públicos.