dijous, 25 de gener del 2007

Otra vez con la murga.

¿Quienes están interesadxs en pasarse la vida hablando de ETA, el conflicto vasco, las nueces, Ibarretxe, los bertsolaris, la muga, Navarra y el nombre de Dios? Por lo que parece, todo el mundo. Cabe considerarlo casi deporte nacional. Pero muy especialmente la propia ETA y sus oblatos y el PP, al que cabe referirse con jocunda asimilación, como partido de los persas. Para los etarras, cuanto más se hable de ellxs, mejor, más pisto se dan, más importancia se les reconoce y nadie diría que representan a una cantidad relativamente reducida de almas en el PV. Para los persas, también, porque, cuanto mas se hable de ETA, menos se habla de todo lo demás, en lo que la ejecutoria del PP es modesta, por decirlo suavemente. Esta idea no es mía; la he tomado de un artículo que he leído hace poco, pero no recuerdo de quién.

Mi aportación al fascinante tema que encandila a mis compatriotas es otra imagen de l'Épinal: Caperucita Roja va jugueteando alegremente por el bosque, sin maliciarse la taimada intención del lobo. Seguid asimismo atentos a las aventuras de Chaperon Rouge, niñxs, que no es menos interesante que las de caperuza negra y pistola

Pues Señor, héteme aquí que el juez Bermúdez admite la presencia de tres testigos que reclama la defensa de Jamal Zougam y que son tres temibles pistoleros etarras. Inmediatamente han salido las katanas entre los periodistas a ambos lados de la raya de la mochila y la orquesta Mondragón. Los de El Mundo sostienen encantados que es el primer paso para que se descubra la verdad verdadera en sede judicial, coincidente con sus fábulas sobre el ácido bórico, la mochilita y la orquesta Mondragón. A su vez, los de El Plural, los sopenistas, enemigos jurados de los ramirecistas, se debaten entre declarar juez de la nefanda ultraderecha al señor Bermúdez y recordar que los tres citados a declarar estaban prisioneros el día de autos. (Obsérvese cómo el malvado lobo llama a la puerta de la abuelita y dice ser Caperucita Roja)

Francamente, esto parece de broma. ¿Qué tiene de extraño que el acusado se defienda con uñas y dientes y utilice la muy prometedora línea de defensa que le ofrece El Mundo: ambos, el periódico y el señor Zougam están interesados en cargarle las bombas a ETA. El señor Zougam debiera tomar como abogado defensor al señor Ramírez. Y es obvio, por lo demás, que el juez hace bien en admitir las declaraciones de los testigos, para que el señor Zougam no pueda después aducir que se le impidió defenderse. Me da que el aunto no es complicado.