dimecres, 31 de gener del 2007

El cambio climático.

Circula por la red una convocatoria curiosa que nos pide lo siguiente para el 1º de febrero, mañana, cuando los científicos de la ONU harán público su informe sobre el cambio climático en París:

" JUEVES 1 de Febrero de 2007

ENTRE LAS 19,55 Y LAS 20,00 (1 HORA ANTES EN CANARIAS)

APAGAMOS TODO, LUCES Y APARATOS ELECTRICOS

Se trata de ahorrar cinco minutos de electricidad en todo el
planeta para llamar la atención de los ciudadanos, de los medios de
comunicación y de los que tienen el poder, sobre el derroche de
energía y la urgencia de pasar a la acción 5 minutos de respiro al
planeta, no es mucho tiempo no nos costará nada y mostrará a los
candidatos a las próximas elecciones que el CAMBIO CLIMATICO es un
tema en el que se debe pensar en el debate político."
Me parece una buena iniciativa, la apoyo y la cuelgo en el blog, invitando a todxs a hacerlo. Cuando digo que me parece una buena iniciativa debo matizar. Está claro, en primer lugar, que demuestra la ciega confianza que la blogosfera tiene en sí misma como factor de movilización. Y optimismo. Un rato largo de optimismo porque supone que todxs, animados del mismo espíritu, apagaremos las luces, olvidando a los millones y millones de personas en todo el mundo que creen, como creía hasta ayer el señor Bush (y seguramente seguirá creyendo, pero no puede manifestarlo ya porque, con la mayoría demócrata en el Congreso no puede jugar) que eso del cambio climático y las preocupaciones ecologistas son trucos de bolcheviques, rojelixs, enemigxs de la libre empresa, intervencionistas impenitentes y totalitarixs. Y esos millones y millones, seguramente no sólo no apagarán luz alguna sino que encenderán todas las que puedan hasta que sus moradas sean como la casa encendida del poeta.

Aun así apoyo la campaña porque, aunque no consiga su objetivo, servirá para aumentar la conciencia ecológica de más gente, la necesidad de implicarse en el asunto y participar, y eso siempre es bueno. Es decir, la función manifiesta de la convocatoria (que diría Merton) no se cumplirá, pero sí la función latente de que aumente la conciencia general sobre la necesidad de cuidar la biosfera.

Vivo la mayor parte del tiempo en un pueblito de Guadalajara y, cuando lxs que vienen a pasar el finde se largan, queda un rastro de mierda por donde han pasado que dan ganas de llorar: papeles, plásticos, botes, botellas, envoltorios... Uno se pregunta si lxs cerdxs (con perdón para lxs cerdxs) que hacen eso lo hacen también en la sala de estar de sus casas. En todo caso, hay que reconocer que las cosas tienden a mejorar. La cantidad de cochambre que dejan lxs desaprensivxs que salen al campo es hoy mucho menor que hace unos años y sigue disminuyendo. Para eso sirven estas campañas.

Es como lo del ruido, sobre lo cual también posteo de vez en cuando. Convencer a los españoles de que no berreen en los bares, que no pongan alta la música, que no fastidien a los demás con sus ruidos, que contengan a sus hijos cuando chillan en público, parecía imposible hace unos años en que algunxs empezamos la ímproba tarea de pedir regulación frente a la barbarie en forma de decibelios. Hubo que empezar por convencer a las autoridades. Que no se crea que fue (o es) tarea fácil. Por ejemplo: vayan al cura de su parroquia a decirle que tocar la campana para los fines que sea y por muy sacros que le parezcan es un atropello que no debe consentirse. Inténtenlo.

Ya veremos qué éxito conseguimos con esta campaña de apagaluces, que es un típico "pásalo" de la red. Dependerá de la cantidad de URM que consiga. La URM (unidad de ruido mediático) es una unidad que se ha inventado en Francia y sirve para medir el impacto mediático que tienen los acontecimientos y/o las personas y, por lo tanto, para predecir, por ejemplo, quién ganará unas elecciones. Pues, eso, a pesar de mi aversión al ruido, deseo que la campaña tenga una cantidad de URM altísima.

En otro momento expondré mi actitud respecto al problema de fondo del cambio climático, que no es de ciega y aterrorizada creencia en los males apocalípticos que predican los ecologistas más fervorosos, pero mucho menos es el estúpido cinismo de quienes dicen que todo eso es un invento izquierdista para fastidiar a la libre empresa e impedir la prosperidad y el desarrollo generales. De momento, dejo una convincente explicación gráfica del "efecto invernadero" y el "cambio climático" un poco más arriba, sacado del diario Clarín Estoy convencido de que, en este asunto, si de algo debe pecarse, ha de ser de preocupación y no de despreocupación. Parece elemental que debemos preocuparnos por las consecuencias de nuestros actos como especie y no sólo por los efectos que tengan para nosotros y nuestrxs hijxs, sino para los hijxs de los hijxs de nuestros hijxs.

Quien haya visitado la celda de San Francisco en el monasterio de Asis sabe que la encontrará humildemente preparada para acogerlx, con una modesta cama hecha, una mesa, una silla y, sobre la mesa un pan fresco y una jarra de agua. Sabe asimismo que puede quedarse en la celda el tiempo que quiera siempre que cumpla dos condiciones: a) que participe en las tareas comunes de mantenimiento del cenobio; b) que, al marcharse, deje la celda como la encontró.

La tierra es la celda de San Francisco en Asis.