dissabte, 30 de desembre del 2006

Despedida de año al estilo etarra.

A petición de un visitante y rompiendo mi costumbre de no postear hasta la noche, incluyo lo que llaman las redacciones un comentario de urgencia sobre la bomba de hoy en Barajas.

Hace unos años, andando un día por algún lugar de los EEUU leí un titular en un periódico que daba cuenta de que un juez había muerto en atentado callejero en Bogotá (creo) en lo que el redactor calificaba como basque style. Es decir, de un disparo en la nuca. Conciso, pero injusto. Porque no es "estilo vasco", sino "estilo etarra". Como la bomba de Barajas: estilo etarra. ¿Que se caracteriza por qué? Pues por ir por libre, no respetar los procedimientos, cálculos, compromisos ordinarios de la gente y reventar toda previsión racional de aconteceres. ETA tiene sus razones, que la razón no comprende, ni la de la izquierda abertzale. Al respecto cuenta el Estado con un granado cuerpo de etálogos y de yoyas (yo ya lo sabía, yo ya lo dije...) que mañana estarán explicándonos en sesudas columnas cómo éste bombazo estaba previsto y descontado y, según en qué lado de la divisoria nacional se encuentren, echarán la culpa al Gobierno o a Gengis Khan.

A riesgo de parecer un poco simple (aún no me he graduado de etálogo competente) entiendo que este acto da por roto el alto el fuego decretado hace unos meses. Por lo menos, es lo que yo haría si fuera el Gobierno. Y, a continuación, seguiría a lo mío: a guardar el orden público y detener o tratar de hacerlo a todx aquel(la) que lo altere. Es ETA quien ha puesto la bomba; será ETA la que explique qué significado le da. Y seremos los demás los que calibremos la respuesta del Gobierno. Es posible que ETA diga (si dice algo) que esta bomba no es una ruptura de la tregua y que dicha ruptura sólo se dará cuando muera alguien de verdad. También puede decir que es el modo que tiene de liquidar el sobrante de explosivos y que mañana hace entrega de las armas. Incluso puede haber un comunicado diciendo que no han sido ellos, sino algún agente provocador, un grupo escindido o la conexión Al Qaeda. Da igual.

A mi humilde parecer, con este bombazo, el Gobierno tiene la excusa perfecta para quedarse quieto, cosa tanto más fácil cuanto que hasta la fecha, no se ha movido. Y, por encajarlo en la interpretación que vengo sosteniendo del llamado "proceso de paz", asimilándolo al juego de dos jugadores de suma no cero, el del gallina, ETA está un poco más cerca del abismo o en caída libre por él. En todo caso son los etarras los que tienen que explicarse con palabras, que son engañosas, ya se sabe, pero menos que las bombas.