dissabte, 21 d’octubre del 2006

COSAS QUE SON Y NO SON.

VALENCIA.

He venido a Valencia,invitado por Javier Paniagua, director del centro de la UNED, a participar en un ciclo sobre fomento de la lectura en el que, al parecer, intervienen muchas celebridades, con lo que estoy muy preocupado, no vaya a desmerecer. Apenas instalados en el hotel, en el que hay wi-fi, me puse a buscar algo alegórico de Valencia para el post y, como soy más antiguo que los relojes de cuerda, pensé en algún retrato de Jaume I. Ambicionando mayor actualidad, busqué ninots (que quizá sean más antiguos que Jaume porque van con el amor moruno por la pólvora y la traca) y encontré una peich chula, con los ninots de 2005. Me hace gracia el que representa a Rajoy, con Aznar de mosca cojonera.

Pero, claro, si no ponía un Rey, tampoco un plebeyo. Me decidí por el famosísismo cuadro de Sorolla, la Grupa valenciana. El arte está por encima de todo, incluidas las clases sociales. ¿Alguna pregunta de por qué llaman a don Joaquín "el pintor de la luz". ¿Alguna de por qué los valencianos son eso, valencianos?

El curso o ciclo tiene un tema original. A la lectura le ocurre como al agujero de ozono, a las especies en extinción y al agotamiento de los recursos naturales no renovables: que se presenta siempre como una agorería siniestra de las que tanto complacen a los auditorios. ¡Dios mío, cada vez hay menos ozono, menos ballenas, menos petróleo, menos lectores! ¡Ya no se lee!

Eso es una bobada. Cada vez se leen menos periódicos (en términos relativos) y menos libros. Pero cada vez se lee más; de otra forma. Los editores de periódicos (¿recuerdan? Una sábanas de papel no enteramente blanco, impresas con una tinta no enteramente negra que se pegaba a los dedos) y de libros, confunden sus intereses con el interés llamado general, el continente con el contenido y el culo con las témporas. Internet es un mundo de lectores...y escritores. El personal está cambiando las pantallas de la tele por las de los ordenatas y haciendo verdad su condición de homo legens. Me pido el © del nombre, por si cuela.

El caso es que he preparado una presentación con texto e imagen y vínculos a todas partes, incluido el Domesday Book, que ya está digitalizado. Si algún lector fuera propietario de una parcela en Sphropshire, por ejemplo, hacia el siglo X, no tiene mas que pinchar en el enlace y solicitar una copia de la página correspondiente de lo que debe de ser el primer catastro de occidente. O sea, que parece que no se lee, pero sí se lee. Y más que nunca.


Y LOS MACHISTAS NO SON MACHISTAS.

¡Qué va! Pero ¡por favor! Pues será que no pero, en cuanto la raza respira, respira recia virilidad. Los chicos de ICV han retirado, muy compungidos, el cartel de "¡Fóllate a la derecha!" porque dicen que no quieren ofender a nadie. O sea, que si nadie se ofendiera porque todos los ciudadanos fueran tan ceporros como ellos, pongamos por caso, mantendrían el estúpido cartel. No se dan cuenta de la connotación de ese "fóllate" que implica que ha de ser algo doloroso o, cuando menos fastidioso, para una de las partes. O no han follado nunca o no saben follar, razón por la cual son machistas, aunque ellos digan que no.

Lo mismo que sucede con el señor Aznar que de machista no tiene nada, según su señora, Ana Botella. Por spuesto: meter un bolígrafo en el escote de una chica es un acto de liberación feminista o, cuando menos, la cosa más normal del mundo. Quien no lo vea así es un miserable o se muere de envidia ante la planta torera de bombita del Irak, siempre con la banderilla en la mano. Dice la señora Botella que su marido no es machista porque en su gobierno hubo más mujeres que en los anteriores. Puede ser. Y también que fuera por la razón que Marta Nebot apuntaba en su entrevista en la tele: para tener muchos escotes a mano en donde esconder el boli, el cuaderno azul, etc.