dilluns, 25 de setembre del 2006

QUE NO SE MUEREN, OYE

LA FANTASMETA.

Los tres encapuchados que leyeron el comunicado en nombre de la ETA en el Gudari Eguna del sábado parecen salidos del Fantasma de la Ópera. Nadie se toma muy en serio esa melodramática aparición del trío del monte, dos con las metralletas en las manos, el tercero en la lengua. El Gara, del que saco la imagen, da la noticia como en sordina y los de Batsuna se llaman andana. La oposición del PP y sus muchachadas deducen del famoso parrafito del "pasado, el presente y el futuro" que no hay proceso de paz y que estamos donde siempre, con los chicos de la kale borroca animando el finde de la ciudadanía. Piensa uno que esto de la ETA no muere, como los vampiros. Los tres encapuchados son fantasmas del pasado con un lenguaje del pasado. Si cabe hacer análisis de sentido en los enunciados de la ETA, supongo que lo decisivo es que el comunicado hable de la lucha (pasado, presente y futuro) y no de la lucha armada, aunque eso es un ejercicio de "etalogía" ciencia tan exacta como la "kremlinología" de antaño.

A lo mejor resulta que esa aparición en el sagrado monte del soldado vasco es la fórmula dramática que ha encontrado la ETA para hacer mutis de la historia. Si fuera así, sería como en las películas de espadachines de Errol Flynn.


LOS VIEJOS NAZIS TAMPOCO MUEREN.

Llevaban los neonazis una temporadita sin dar que hablar por haber apaleado a algún indio o haber masacrado a una familia de turcos, y ya están aquí de nuevo, a lo bestia. El otro día hubo una manifa de unos 150 ciudadanos en la ciudad de Wismar, Mecklenburg, Alemania, para pedir que no se vote a los nazis en las elecciones. Pensaban los manifestantes pasar ante una tienda que es punto de reunión de los neonazis del lugar y que luce el escalofriante rótulo del "Hombre Lobo". Allí estaban esperándolos cinco neonazis francamente robustos con bates de baseball. Hay un conato de rifirrafe, tiene que intervenir la policía con las armas desenfundadas. Los neonazis no se arredran, uno de ellos agrede a los manifestantes y se necesitan tres policías para reducirlo. Una historia muy frecuente de las formas de acción de estos matones de la ultraderecha, que, bien pertrechados de instrumentos agresivos, en grupos, valiéndose de la sorpresa, asaltan concentraciones pacíficas de gentes en las que hay de todo, desde ancianos a niños.

Esta vez, sin embargo, un manifestante filmó la manifa y la agresión y colgó el video en You Tube. Merece la pena verlo porque es una pasada. Hay que parar esta peste antes de que, como en los 30s, sea demasiado tarde.


Y TAMPOCO NUESTRO HOMBRE EN AFGANISTÁN.

El mundo es un mentidero de pueblo. Un periódico regional francés da la noticia de la probable muerte de Bin Laden a causa del tifus, señalando como fuente los servicios secretos franceses, a su vez en contacto con sus colegas saudíes, pakistaníes y de algún otro lugar tan digno de confianza como los anteriores. Se pone en marcha el tamtam y nadie es capaz de confirmar o desmentir la noticia. Bin Laden, otro que tampoco muere, es el nómada eterno, como esos espléndidos beduinos que pintó a la acuarela John Singer Sargent a primeros del siglo pasado en un viaje que hizo por España y el norte del África. Hasta empieza uno a maliciarse que el personaje no existe, que es una invención de esos mismos servicios secretos que ahora quieren darlo por muerto. De hecho hace ya algún tiempo que los estadounidenses desmantelaron la oficina, centro o agencia que habían creado para echarle el guante.

No obstante, los rumores, dimes y diretes sobre el estado de salud del hombre más buscado del planeta pueden tener entretenido al personal para que no se ocupe de otras noticias de más enjundia. Por ejemplo, el informe del Estudio de Inteligencia Nacional, elaborado en abril de este año en los EEUU y presentado ahora al Congreso, informe en el que el Servicio dice que la guerra y ocupación del Irak ha servido para incrementar el terrorismo en el país y que los EEUU no están más seguros ahora que antes de la invasión. Pues ya no sé qué pueda quedar a Bush para justificar aquella guerra inicua y la no menos inicua ocupación posterior si ahora su propio servicio de inteligencia le arrebata la única razón que esgrimía ex post facto, esto es, que su decisión había contribuido a hacer más seguros a los EEUU.

Es decir, el Presidente mintió para comenzar la guerra y miente para mantenerla viva. Confío en que, después de esto, la campaña para inhabilitar a Bush tome mayor fuerza y consiga su propósito antes de que este irresponsable cause más destrozos.