divendres, 22 de setembre del 2006

DIVERSOS TIPOS DE AMENAZAS

ATRUENA LA CONSPIRACIÓN EN MARCHA

Hay que ver qué mala fama tienen las conspiraciones. Y no solamente la de ahora a la que, para abreviar, llamaremos "de la mochila", igual que otras se llamaron "de la pólvora", "de los boyardos" o "del día de los engañados", sino todas. Tienen mala fama hasta las teorías de la conspiración. Siempre que alguien dice que hay una conspiración sale algún sabiondo recordando que es de bobos creer en "teorías de la conspiración en la historia". Por fortuna en la actual las cosas han cambiado y el Parlamento se ha dado cuenta de que, en efecto, hay una conspiración: la de quienes tienen una "visión conspirativa del 11-M", pero es una conspiración.

El descrédito de las "teorías conspirativas" viene de los tiempos de la hegemonía marxista en la historiografía, con su empeño en la objetividad de las "leyes" de la historia y su desprecio por toda forma de "subjetivismo". No se hable ya del "conspirativismo". De las leyes no queda recuerdo, pero la pobre conspiración sigue sin levantar cabeza aunque sea obvio que es una de las prácticas (que diría Gramsci) a las que con mayor fruición han recurrido siempre las gentes. Quien niegue las conspiraciones en la historia ignora cómo murió Julio César, qué pasó en la noche de San Bartolomé, cómo subió el nazismo al poder, etc, etc. Las conspiraciones son esenciales, lo que no quiere decir que se propongan como explicación monocausal del acontecer humano porque eso, en efecto, es de bobos. El cuadro de la izquierda representa la conjura de Julio Civil, también llamada "juramento de los bátavos", de Rembrandt, que éste pintó por encargo del ayuntamiento de Amsterdam en 1662, para conmemorar la insurrección de los bátavos contra los romanos en el año 69, un momento simbólico crucial de la conciencia nacional holandesa. El cuadro es de gran audacia expresiva y, claro, los munícipes lo rechazaron y rescindieron el contrato con el artista por otros 7 cuadros más. Pasa cuando los artistas se ponen a lanzar mensajes políticos por encargo.

En la conspiración en marcha, que el Parlamento ha decidido parar, por fin, la reacción de los conspiradores ha sido enrocarse y acusar de conspiración a todos los demás. Y ya hay unos ejemplares descendientes de don Pelayo que han denunciado a los policías a los que El Mundo acusa de haber falsificado un informe. Obviamente si cada vez que uno publica un patraña, otro pone en marcha la maquinaria judicial, en poco tiempo aquí no funciona nada. A lo mejor nos lo merecemos a la vista de la oposición que tenemos y los medios a los que nos enganchamos.



LA NÉGRITUDE AL ATAQUE

Leo en el El Confidencial Digital que "Un columnista del gratuito de Lara y Planeta sugiere independizar Canarias o rodearla de tiburones para frenar la inmigración ilegal". Fuerte, ¿eh? Me voy al diario ADN que es del que se trata, pero la noticia es de anteayer y tropiezo con lo que me parece un fallo de la prensa digital: a menos que yo sea un torpe (muy, muy posible), estos diarios no tienen hemeroteca. Mientras la ponen (que no será difícil), doy la noticia por buena. Parece que la idea se le ha ocurrido al columnista Javier Calvo que dice, además, que demos la independencia a las Canarias y repatriemos a los canarios para dejar el archipiélago a los negros, y que él está dispuesto a admitir un canario siempre que sepa planchar. El primer comentarista de esta afirmación la apoya. No he seguido leyendo comentarios. Los imagino.

Los socios comunitarios dicen prestar su solidaridad a España siempre que ésta no haga regularizaciones en masa y las repatriaciones sean más expeditivas. Está claro que Europa no quiere más africanos. Hace de tripas corazón con los norteafricanos, pero se cierra con los negros. Y no parece tener remedio: el continente entero se vuelca sobre sus antiguas metrópolis: ¿no fue Europa en pleno al África en el siglo XIX y la conquistó y se la repartió en nombre de la civilización? Pues ahora regresan los antiguos civilizados y las metrópolis no los quieren. Nunca los quisieron. Incluso cuando eran colonias, a veces, los países africanos estaban colonizados por otros pueblos colonizados. Véase la aguada contigua de Harry Johnston, uno de los llamados "africanistas", esto es, artistas europeos en las colonias del África inglesa y francesa. Representa un centinela shik en Fort Johnson, a orillas del lago Nyasa, en lo que luego sería Malawi. Los ingleses emplearon muchos hindúes como guarniciones y administraciones de sus colonias en África porque jamás confiaron en los nativos. Vendidos como esclavos durante siglos, colonizados, saqueados, ignorados, víctimas de sus correspondientes señores de la guerra, los africanos huyen a cientos, a miles, del continente sin futuro. No se trata de la "marea negra viva" que vaticinan los que piensan como el señor Calvo, pero es un drama al que no sabemos cómo hacer frente.


LA ÚLTIMA AMENAZA

Iñaki Errazkin, del Insurgente me ofrece colaborar con ellos. Es un gran honor; muchas gracias, Iñaki. Eso me ocurre por hablar bien de estos insurgos, cosa que hacía encantado porque el periódico me gusta mucho y ando siempre pillándole fotos, que suelen ser muy buenas. Lo haré lo mejor que pueda, pero me da un poco de repelús viendo esos lectores tan radicales que tiene y, como la publicación es un blog o una bitácora o algo así, supongo que me pondrán a bajar de un burro. Eso me pasa por asqueroso socialdemócrata de izquierdas, a pesar de haber sido prochino en mis años mozos, como el señor Losantos, aunque mucho menos tiempo. Siempre tropiezo con alguien que dice estar más a la izquierda que este menda, cosa que me recuerda a la yenka. De todas formas, me he dicho, es el signo de la época, todo tiende a estar cruzado, mezclado, a ser mixto y mestizo; y siempre me quedará mi blog para lamerme las heridas. Además la izquierda presume de "plural", aunque luego, en la práctica, lo desmienta, a juzgar por las veces en que lo que se discute entre dos es si uno es (más) de izquierdas, si lo es el otro o si lo son los dos, en un arreglo muy de Grucho Marx. Así que, repito, muchas gracias, y ya estoy rascándome el colodrillo a ver qué saco que no me haga desmerecer demasiado de las ilustres firmas de que el periódico hace gala.